Amor a la Antigua

Mi primer vaso

Leo: Qué? - dije exaltado frente a tal propuesta.

Alana: Lo que oíste, quiero que tú y yo finjamos ser novios en la uni.

Leo: Eh.... pero cómo sería, que haríamos? - pregunté mientras sentía como poco a poco me tornaba rojo cual tomate.

Alana: Buena pregunta, no lo pensé... Ya lo tengo! Andaremos de la mano, me abrazarás y así. 

Leo: Y.... besos? - dije de forma impulsiva, casi sin saber por qué lo hice.

Alana: QUÉ?!- Alana se sonrojo y casi se cae. 

Leo: Es broma, está bien acepto. - Poco a poco me convencí de la idea de que sería divertido hacer esto, en algún punto supongo que esto sería algo que encendería algunas alarmas, especialmente para Mikela, quien le contará todo a Luciana y mi celular no dejará de sonar.

La tarde se hizo amena y entretenida, Alana tenía una capacidad increíble para contar historias. Fuimos al cine y vimos una película de terror, era malísima, tanto que nos reímos de los pésimos efectos especiales. Al terminar, la acompañé hasta su puerta.

Alana: Oye, quiero preguntarte algo

Leo: DIme

Alana: Esto de fingir ser novios, lo puede saber Lía y Pablo no? 

Leo: Creo que sí, es importante tener cómplices.

Alana: Está bien, nos vemos el lunes Leo

Leo: Igual, cuídate. - emprendí mi camino a casa con mucho en que pensar. ¿Realmente está bien que haga esto? Quiero decir, si bien es un acuerdo entre ambos es casi como lo que hizo Mikela, al apostar.

Me perdí en esas ideas cuando poco a poco mi respiración se agitaba... No otra vez! Sentía un nudo en la garganta y mi mente volaba, pensando cosas como ¿por qué estás aquí? ¿realmente eres útil? No, solo eres un desecho, por eso Mikela jugó contigo, por eso Luciana no te quería, no lo vales. Mis ojos se llenaron de lágrimas y de nuevo, como siempre, estaba encerrado, solo en esa habitación oscura. 

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DÍA LUNES
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Mi fin de semana fue normal, mi mente no me dejó en paz, pero entre mi bajo, mi guitarra y una coca cola helada se iban poco a poco disipando. Me levanté a las 5 am para ir al gimnasio un rato, esta vez solo hice un poco de cardio y ya. 

Iba caminando a la Universidad cuando mi celular vibró.

<Mensaje de Alana>

Mira para atrás.

Volteé y me pellizcó en el abdomen.

Leo: Au! 

Alana: Lo siento, es que era la oportunidad perfecta para asustarte.

Leo: Que graciosa - dije de forma irónica

Alana: Estás bien? te noto cabizbajo, caído de ánimos. 

Leo: Sí, solo tuve una mala noche - como dice esa frase famosa "Es más fácil fingir una sonrisa que explicar por qué estás triste" 

Alana: Ya veo, peeeeeeero que crees? Tengo algo que te alegrará - de su bolso sacó unos halls, eran morados, mis preferidos. - Toma.

Leo: Es para mí? Gracias, no debiste gastar en mí. 

Alana: Cállate y come - dijo 

Leo: Lo siento, es que no me gusta que gasten en mí. 

Fuimos al salón y cómo de costumbre llegaron los compañeros, algunos muy apurados otros demasiado calmados. Las clases se me hicieron realmente largas y no tenía ánimos para nada. Alana trataba de hacerme reír pero se le dificultaba, igual yo fingía las sonrisas necesarias para evitar conversaciones incómodas. 

Pablo: Que aburrido estoy 

Lía: Yo igual

Alana: Somos 3 

Leo: 4 

Lía: Tengo una idea, ya que ya terminamos clases, hay un bar aquí cerca, ¿les parece si vamos? 

Pablo: Me agrada la idea, Leo te apuntas?

Leo: Uhmmm - la verdad no tengo ganas y no quiero contagiar mis malos ánimos. 

Alana: Ven anda, diviértete un rato. - Me jaló del brazo.

Leo: Está bien voy.

El bar se llamaba Noventero, ambientación interesante, vi posters de rock y una Rockola, muy interesante. 

Pablo: Qué vamos a tomar

Lía: uhmmmm no lo sé 

Leo: Yo no tomo chicos... Lo siento. 

Alana: Cómo? - se levanta de la mesa y vuelve con una copa medio extraña, tenía 3 colores diferentes. - A ver, bebe. - pone la copa en mis labios. 

Leo: Qué parte de que no tomo no entendiste? - digo medio enojado medio jugando.

Alana: A mí me vas a rechazar? - que bajo que use esa típica excusa. Bebí la copa, debo reconocer que al principio se me hizo de un sabor extraño pero me gustó, disfrute tomarla. 

Leo: Estuvo muy rico.

Alana: Bueno, ahora que está bautizado, les parece una sellada de vodka? 

Lía: Eres cruel, pero está bien.

No sabía a qué se referían con sellada, cuando lo descubrí me sentí un poco asustado, se trataba de una botella entera de vodka. Probe y bebí tranquilamente, sentía que no me afectaba ni nada por el estilo. 

Lía: Bailemos. - dijo mientras tomaba a Pablo de la mano. 

Alana: Bailas? 

Leo: Está bien. - Nunca lo había hecho, siempre creí que lo hacía mal.

Alana: Que bien bailas, a parte de músico bailarín. - no pude evitar sonrojarme. 

Copas van, copas vienen y mi vista se empezó a poner cada vez más borrosa, me sentía mareado y tenía mucha calor. 

Alana: Estás bi... - Interrumpe su pregunta porque ve a alguien que la hace enojar.

Mikela: Leo! Estas bien? 

Leo: Su el ta m e- balbuceé, ni podía hilar palabras. 

Mikela: Estás borracho, se supone que no tomas. 

Alana: Qué sabes tú de lo que hace o no, no es tu problema. 

Mikela: Tú cálla...- 

Leo: No le hables así a mi novia - digo enfadado 

Mikela: Tu qué?

Leo: No entendiste? Es mi novia - dije mientras tenía hipo, no era consciente de lo que estaba pasando. 

Mikela: Eso no es cierto, dijo casi llorando.

Leo: Que no? mira - tome del rostro a Alana y le planté un beso. Al principio ella se sorprendió, pero luego... luego me tomo de la cintura y me siguió...