3. Lobos

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En el interior de un laboratorio, un hombre de estatura baja trabajada nerviosamente mientras era observado por un tigre sin cola.

-¡¡Apúrate!!- grito un pez con piernas de metal -¡El maestro lo quiere lo más rápido posible para empezar a cazar a la tortuga!- completó el tigre haciendo que el humano apenas pudiera evitar dejar caer uno tubos de ensayo.

-S-si, debe de estar listo en pocas horas, ¡será la versión más efectiva jamás creada!- dijo la última parte orgulloso.

-Que así sea por tu bien- las puertas de metal se abrieron para revelar a la konuichi del clan -Destructor no tolerará más un fallo tuyo.

(...)

-El té está buenísimo Sensei, ¿de qué e...- el ninja morado después de tomar tantas tazas de café estaba probando un sabor diferente, perfecto para intentar reunir calor, pero no tuvo tiempo de terminar la pregunta por el brusco giro que dio su hermano de rojo, provocando que derrame un poco del té verde.

-Ehh., ¿chicos? No puedo pasar a partir de aquí- dijo el conductor.

El camino estaba repleto de nieve a afueras de Nueva York, los árboles estaban blancos y el pequeño lago a la lateral estaba cubierto de una fina camada de hielo, dando una apariencia bastante bonita de un clima invernal.

-Woow, Leo se lució con eso ¿eh?- dejo el genio mirando a través del vidrio.

-Estamos muy lejos de la ciudad, esconderemos el vehículo y seguiremos a pie- dijo la rata.

Todos los integrantes presentes de clan Hamato bajaron del vehículo para cubrirlo de nieve, fue puesto a un lado bajo unas árboles dejandolo a oscuras, simulando una piedra cubierta de nieve.

En un movimiento rápido Mikey se agachó para evitar el golpe de un shuriken.

-¡Hey!, hermano.

-Perdón, pero esto marcará el Shell Raider para encontrarlo de nuevo - examinó el objeto puntiagudo para asegurarse de que el mismo estuviera firme en el tronco del árbol.

El maestro miró con cierta desaprobación el acto de su hijo de rojo, pero terminó por dejar el asunto para más tarde

-Vamos, ya perdimos tiempo aquí y cuanto antes encontremos a su hermano mejor.

Caminaron por lo que parecía horas, pero en verdad sólo fueron un par de minutos, con cada paso que daban la nieve aumentaba causando que tuvieran nieve hasta las rodillas.

-Wow, cada vez se vuelve más frío- se quejó el ninja de rojo.

-Supongo que nos acercamos a Leo, pero... ¿cómo haremos que vuelva?

-Ese tipo es demasiado terco, si se metió una idea en la cabeza difícilmente la quite- respondió el de rojo.

-¡Ya se! ¿Que tal si le ofrecemos toda la pizza del mundo?- la idiotez fue recibida con una mirada de advertencia por el Sensei causando que ocultara su cabeza lo máximo posible en sus abrigos.

-Será tarea difícil, pero daremos nuestro mejor.

Instintivamente alzó sus orejas, escuchando una especie de gruñido proveniente de atrás de unos árboles, hizo señal para que todos sus hijos se callaran.

-Grrr...

-Espera, mi estómago no fu-. Rápidamente Raph calló la boca de su hermano de naranja, D sacó una linterna de su bolsillo y apuntó hacia el lugar de donde provenía el ruido.

Unos pares de ojos brillaron al entrar en contacto con la fuerte luz, revelando al menos cinco lobos de pelaje blanco.

-¿Lobos?

-¡Lobos!

Donnie jadeo muy levemente cuando los lobos, lentamente, se acercaron a ellos.

El menor se soltó del agarre del temperamental para dar inicio a la persecución, hasta que se tropezó y fue de cara en un tronco de árbol que se encontraba caído en el piso.

-Ouch...- llevaba una mano en el rostro mientras era levantado utilizando su otra mano.

-¡Rápido! muchachos, intentaré detenerlos- gritó el maestro.

-¡Chicos, miren! Se parece a un trineo- dijo empujando al pedazo de madera con sus pies, colina a bajo.

-¡¡MIKEY!!- gritó el de rojo, para rápidamente junto al genio alcanzar al menor de los Hamato que bajaba gritando yupii.

Habiendo dejado inconsciente almenos tres de los lobos, la rata se unió a sus hijos, sujetando de la mano a uno de ellos, pudo subir al vehículo improvisando.

-¡Acantilado!- Donnie gritó, con los ojos muy abiertos por el pánico.

-¡Prepárense para saltar, muchachos!- Splinter ordenó.

Mikey gritó cuando fue arrojado, cayendo al otro lado del acantilado sentado en la fría nieve.

Raph fue el siguiente, cayendo algo mejor, seguido por su hermano de púrpura.

El maestro fue el último, tuvo que saltar cuando el tronco de árbol estaba lo más lejos que podía, y trepó hacia arriba desde el acantilado, sentándose en la nieve. Los lobos gruñeron y ladraron, luego lentamente se alejaron de su desayuno.

El tronco cayó, golpeando una o dos veces el acantilado hasta que se perdió de vista, enfrentándose un destino que podían haber tenido los protagonistas.

Después de incorporarse y de una tentativa de Miguel Ángel de comer un pedazo de pizza, que terminó mal por la rebanada estar dura por la nevera que era prácticamente estar en aquel lugar decidieron seguir camino.

Mientras tanto, pasando por unos picos de hielo, se encontraba Leonardo Hamato.

Frozen Turtles | TMNT 2012Donde viven las historias. Descúbrelo ahora