10. Escape

92 6 0
                                    

Pudo salir del lugar del enfrentamiento por más que le costara, esquivando algunos ataques casi cayó de rodillas conforme se debilitaba.

-Vamos, levántate- se animo a si mismo.

Había perdido algunos de sus abrigos durante su intento por sobrevivir al tigre, observó sus manos y vio como la punta de sus dedos se veían cada vez más azules convirtiéndose en hielo puro.

-No, no, no...

Renunció el llegar a casa, Leo estaba demasiado cerca como para ignorarlo.

Iba a recuperar a su hermano.

(...)

Hacia poco más de media hora que estaba en total soledad, había mucho ruido afuera y supo que el ejército se estaba moviendo para algo.

Leo trató de concentrarse en una única tarea, liberar sus manos, el hielo había empezado a cubrir sus guantes de meta y la triste imagen de lo que le había sucedido a sus espadas volvió a su mente.

Pero pronto escucho como se metía una llave a la cerradura de la puerta y temeroso de encontrase con su archienemigo volvió  a apostar por una postura de combate.

-Karai...

Era la primera vez que veía a la semiteñida desde que llegó al lugar, ella tenía una mirada que era la mezcla de demasiadas emociones.

Pero el muchacho no se relajó, ella seguía estando bajo órdenes de Destructor, pero lo que ella le dijo lo dejo desconcertado por un momento.

-¿Porque hiciste eso? Con la ciudad...

La tortuga suspiró.

-Si lo que quieres es que descongele la ciudad, ya te adelanto. No puedo hacerlo- la miró con ojos tristes.

-¡¿Como que no puedes?! Leonardo...- la chica era conocida por su poca paciencia, pero podía jurar que en este momento realmente lo estaba intentando.

-No es que no quiera hacerlo, ¡no se que hacer Karai! Te juro que lo intente...

La konuichi se aproximó más, era la primera vez que veía al de cinta azul tan desesperado.

-Ayúdame a escapar- la miró a los ojos, cualquier cosa valía ahora, -Antes de que sea demasiado tarde.

Ella no le quito la mirada de encima, Leo se veía demasiado diferente y fue una sorpresa la descripción que dieron los capangas de su padre al encontrarlo, se había exiliado, confinandose como un rey de la soledad.

-Lo siento, pero no puedo hacerlo.- le respondió la chica. -Si lo hago Destructor me matará, ¡y tú volverás a huir como un...!

-Cobarde- el mayor de los Hamato completó la frase, fue así como su hermano de cinta roja lo había llamado aquella noche, no le gustaba admitir pero tenía razón, en vez de enfrentarse al problema decidió que huir sería una mejor solución.

Toda la celda lentamente volvía a congelarse, Karai tomo un poco de distancia cuando el hielo casi alcanzó sus pies.

-Lo siento, trato de controlar pero... no se que hacer cuando el problema soy yo. - el suspiro.

La chica se debatía qué hacer, sabía que no iba a llegar a ningún lado, además de que tenía órdenes: el control mental estaba listo y por más que Karai no quisiera, debía de obedecer.

-¿Que paso con el líder intrépido que conocí aquella vez en esa azotea?

Leo levantó la mirada, una pequeña sonrisa apareció en su rostro.

-Sigue aquí.

Ponerse sentimental no era el estilo de la muchacha, pero al ver a la tortuga que parecía tan derrotado, no pude evitar posar una mano suya sobre el hombro cubierto para consolarlo.

-Perdón.

Fuera de la celda se pudo ver como una explosión de nieve abrió la puerta, la nieve cayó como una cortina de humo y como segundos después la tortuga se daba a la fuga.

Las cadenas se habían roto y con esa fuerte explosión de su poder pudo desestabilizar a la muchacha, ella había caído y el prisionero lo aprovechó para congelar ambos brazos de la muchacha junto a la pared. 

Por un lado se sentía mal por engañarla, pero ahora era todo o nada.

Leo corrió, esquivó el ataque de algunos robopies y pronto se dio cuenta de los pocos que eran, el joven líder tenía razón, habían ido a cazar a sus hermanos.

Rocksteady hacía de guardia siendo el primer mutante en avistarlo, rápidamente el rinoceronte le cerró el paso.

-No quieres que te congele ¿o si?- trato de amenazarlo, extrañaba a sus katanas pero tenía que admitir que así era más rápido.

-En la madre Rusia he pasado inviernos peores.

El rinoceronte soltó un rugido y lo atacó, Leo trato de defenderse y acertarle un golpe, cuando se dio cuenta estaba sobre el cuerno del mutante y este trataba desesperadamente de que lo suelte.

Cuando Leo cayó rápidamente volvió a atacarlo, el ninja esquivo y siguió corriendo por el largo pasillo, se encontró a un par de katanas cerca de lo que debía de ser el dojo y cubrió el símbolo del clan enemigo con hielo.

Las uso para defenderse rápidamente de varios robopies, cortándolos a la mitad, escucho un aullido y como más enemigos se aproximaban, sus problemas estaban lejos de terminar.

(...)

El viejo maestro, a pesar de no estar en el esplendor de la juventud y con la espalda algo cansada atacó hábilmente a su oponente, tenía que deshacerse del tigre lo más rápido posible para ayudar a sus hijos.

-¿Preocupado maestro?- dijo con burla mientras se defendía del golpe de la espada del mayor.

Le acertó un golpe en el pecho a la rata, pero este rápidamente se recompuso y devolvió un golpe en la mandíbula del tigre haciendo que un poco de sangre se le escapara.

-Fueron unos idiotas al ir tras él sin un plan.

-¿Que dices?- siseo.

El tigre rio, -Solo nos hicieron las cosas más fáciles, y es una pena que Raphael se haya ido, quisiera ver como su hermano le da el golpe final.

No podía ser, ¿tenían a su pequeño? Y peor, ¿se dirigía su temperamental hijo con intención de ayudarlo? ¿O todo era una trampa? 

Un agudo grito interrumpió el enfrentamiento, Olaf había aparecido.

Había estado rondando detrás de los dos ninjas menores, los robopies lo habían escaneado y al no encontrarlo en la base de datos como enemigo lo habían ignorado sin más.

-¿Otra de esas cosas?- exclamó el tigre, la criatura blanquecina se había deslizado por la nieve y hielo y usado la tapa de un basurero como rampa.

Volaba hacia ellos, pero el felino no perdió tiempo y apuntó su arma hacia el, disparo y el cuerpo de nieve estalló a todos lados.

El maestro aprovechó esto para dar el golpe final. El pequeño sacrificio no fue en vano.

Noqueó al tigre y en eso vio como los dos ninjas menores se le aproximaban desesperados.

-NO. OLAF- grito el menor.

-¡Sensei! Destruimos a todos los ninjas- el portador del bo se apoyó sobre sus rodillas tratando de reunir aire, -trate de localizar a Raph por su T-Phone, se dirige a la guarida de Destructor.

-Destructor tiene a Leonardo.- los menores se sorprendieron, ¿tan rápido esto había pasado?

Corrieron en busca de los miembros faltantes, en los siguientes minutos se definiría todo.

Frozen Turtles | TMNT 2012Donde viven las historias. Descúbrelo ahora