–¡Y no vuelvan más!
Fue lo que les dijo el gran ser antes de lanzarlos hacia las resbaladizas escaleras de hielo, pero el ninja menor se había enfadado y como le lanzó una bola de nieve, la criatura se enojó y los había perseguido hasta el acantilado.
Habían caído, agradecidos con los seis metros de nieve suave como una almohada que los salvo de una queda mortal.
–¡No siento mis piernas! ¡No siento mis piernas!
Exclamó el muñeco de nieve.
–Estas son mis piernas.
La rata que había estado mayormente cubierta por la nieve se sentó y no tardo mucho en acomodar al muñeco sobre sus respectivas piernas.
-¡No puedo creer que nos haya echado!
Exclamó el ninja más alto mientras trataba de sacudir toda la nieve que tenía encima.
-No me importa lo que quiera ese terco, ¡voy a subir otra vez!- el de rojo sentía como la cólera lo invadía una vez más, ¿como el líder pudo hacerles eso si solo trataban de ayudarlo?
-¡Raph!.- le gritó su hermano menor.
-¡No trates de detenerme!.- optó por una postura rígida por la rabia.
-¡Raph!- repitió.
-¡Cállate enano!
-¡Raph, tu cara!.
–QUE. ¡QUE CARA QUIERES QUE TENGA SI ESTOY ENOJADO!
-Tu cara, se está congelando...
Solo ahora se detuvo, el ninja de rojo no pudo evitar tocar su rostro al sentir que una parte estaba endurecida.
-Pero solo fue un...
–Raphael, ¿donde te golpeó tu hermano?
Sintió como todo el enojo y la adrenalina abandonaba su cuerpo y no pudo evitar poner una mano sobre su corazón, sentía como este latía incómodo y fue todo lo que su maestro necesitó para entender.
-¿Estas bien?- su hermano lo había empezado a revisar, preocupado por el cambio brusco de humor del temperamental.
-Volvamos a la ciudad, resolver esto es más importante ahora.
–¿Pero que pasa con Leo?.
Todos se detuvieron a ver al dueño de la voz, Olaf.
-Nos iremos por el momento.
-Pero sensei...
-Me preocupa más Raphael en estos momentos- suspiro.
Lo habían traído arrastrando casi, la tortuga de rojo podía ser tan terca que habían partido a la violencia sin mucho drama.
-¿No es mejor solucionar las cosas con el que creo el problema?– insistió más una vez.
–No.- soltó, seco.
El pergamino que tenía la solución lo había dejado en las alcantarillas, así que debían de volver lo más rápido posible antes de que lo peor suceda.
(...)
Los había echado, sin más ni menos, ni un adiós, simplemente creo un ser gigante que con sus dos manos pudo cargar a todos y los tiro fuera del lugar.
También se dio cuenta de que su creación los había perseguido, casi se había echado atras con intención de buscarlos pero poco después vio como el grandulón volvía nuevamente, así que supuso que su familia ya debía de estar lejos de él.
Le dolía el corazón en pensar en su familia, pero era lo mejor ¿verdad?
Aquí podía aprender a controlar la maldición si afectar a terceros y quien sabe un día, volver a casa.
Pero los malos pensamientos no paraban de atormentar.
Había pasado todo el tiempo siguiente tratando de calmarse sin suceso, le abrumaba pensar en el daño que le había hecho a su hermano pero trató de pensar en que su padre sabía que hacer.
Porque así era su mente, las preguntas no lo dejaban de atormentar y la soledad solamente empeoraba todo de una manera que no pensaba posible.
Se vio el reflejo de una de las tantas azuladas paredes de hielo que había creado ¿ese ahora era el? ¿O el personaje que debía de superar?
Su nuevo yo era tal vez alguien que pudo ser el mismo, no más el líder o alguien que necesitaba mentir.
Pero tenia miedo, mucho más que antes.
Estaba algo avergonzado por cómo había reaccionado frente a sus hermanos y sensei, se supone que él era el fuerte, el hermano mayor, el que siempre pudo manejarlo.
Pero él no era nada de eso, era un adolescente, y estaba asustado. Tenía derecho a estarlo, se había enfrentado a grandes amenazas y al contrario de lo que muchos pensarían, siempre estaba asustado.
Pero ahora él era la amenaza, los poderes eran demasiado para el y no podía controlarlos. Sentía que podía lastimar a su familia o destruir Nueva York si volvía, quería llorar, quería llorar en los brazos de su padre mientras él le decía que todo estaría bien.
Solo obtuvo suceso para calmarse cuando puso en práctica a la compañera de siempre: la meditación.
Esto siempre había funcionado, gracias a esta práctica había mantenido bajo control sus poderes la mayor parte de su vida, había podido suprimirlo, así que al dejarlo salir no lo sabía controlar.
Se había calmado bastante, pero sin saber qué la verdadera tormenta estaba por empezar.
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Frozen Turtles | TMNT 2012
FanfictionFanfinc AU sobre las tortugas con acontecimientos similares a la película animada Frozen. Leonardo ha escondido sus poderes de invierno de sus hermanos luego después de un incidente en su infancia. ¿Cómo reaccionarán sus hermanos cuando accidentalme...