CAPÍTULO 1

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El sol se alza imponente en el azul cielo madileño y la alarma suena avisándome del comienzo de un nuevo día, pero no un día cualquiera, hoy comienza mi primer día como universitaria. Estoy realmente emocionada, aunque no precisamente por la escuela, hoy me reencontraría con mi novio Christopher después de unas largas vacaciones separados.

Unos toquecitos en la puerta de mi habitación me sacan de mis ensoñaciones mañaneras y Esther -mi nana- me avisa que el desayuno está listo. Esther es una mujer maravillosa, desde que mamá murió se ha encargado de darnos a Christina y a mí todo el amor y la atencion que ella no pudo darnos cuando nos fue arrebatada por causa de la enfermedad que padecía.

Luego de ducharme y de desayunar, papá nos lleva a la universidad. El viaje transcurre entre risas y conversaciones animadas, con papá siempre es así, a pesar de que su trabajo lo mantiene muy ocupado siempre saca algo de tiempo para nosotras.

- Buena suerte, princesas. ─ una vez llegamos a la institución papá se despide, no sin antes dejar un beso en la frente de cada una.

Mientras Christie y yo caminamos por los pasillos, Christopher camina hacia nosotras y sin pensarlo corro hacia el y me lanzo a sus brazos para luego unir mis labios con los suyos, su boca me recibe gustosa y permanecemos atados lo que parece una eternidad. En verdad lo exrañaba y me moría de ganas de volver a estar entre sus brazos.

─ Te extrañé mucho. ─ admito en voz alta.

─ Yo tambien te extrañé, preciosa. ─ me sonríe y su sonrisa se ve opacada por el timbre que da inicio a las clases, el cual interrumpe nuestro reencuentro, haciendo que, a regañadientes, cada quien se dirija a su respectivo salón.

Al cabo de un par de horas, rezo para que la clase termine y al fin almorzar pues mis tripas rugen como leones del bestial hambre que tengo y, por fin mis suplicas son escuchadas al cabo de un par de minutos y me dirijo a la cafetería siendo acompañada por Christina. Ahí nos encontramos con Christopher y nos ponemos al día sobre lo que hicimos en el verano. Todo marchaba de maravilla hasta que aparece Leticia. Ella es la típica chica popular que ama las fiestas locas llenas de alcohol y meterse con personas más débiles o de menor estatus social que ella, y, por alguna razón -lleva años detrás de Christopher- ella parece odiarme y no pierde oportunidad en meterse conmigo cada que puede solo que yo no le hago mucho caso.

─ ¡Atención animales!. Este fin de semana habrá fiestón en mi casa, mis padres estarán de viaje por trabajo así que ya sabéis... ─alza las cejas mientras anuncia con tal seguridad que casi pareciera presentadora de un reality show. ─Tú también deberías ir, Kami. ─esta vez se dirije hacia mí y puedo notar perfectamente el deje de burla que contienen sus palabras, pero su atención está cien por ciento puesta en Christopher.

─No gracias, no me gustan las fiestas. ─me considero una chica cero violenta pero como esa arpia no quite sus ojos de mi novio voy a explotar.

─¡Ah, cierto!. Se me olvidaba que tu religion no te permite divertirte. ─enarco una ceja y siento mi sangre ponerse caliente con cada una de sus provocaciones.

─¿Cuál religión, Leticia?. Ni siquiera creo en Dios. Pero si tanto ruegas por mi presencia está bien, iré a la fiestecita esa tuya. ─se que tal vez me he pasado un poco de cabrona y las risitas de los demas estudiantes son la pruena viviente de ello pero me está provocando y a pesar de que soy tranquila si me buscas me encuentras. Además, me siento en el deber de limpar mi dignidad, literalmente me ha llamado monja delante de media universidad. Que no me gusten las fiestas llenas de drogas, alcohol y gente manoseándose sin pudor no significa que tenga complejo de monja.

El resto del dia transcurre tranquilo hasta que llegamos a casa. Christina se va a su habitación y yo me dirijo a la cocina a por un vaso con agua. Al llegar allí, para terminar de cagar mi dia, me encuentro con Nuria, mi madrastra. Ninguna de las dos nos caemos nada bien pero yo evito ceder ante sus provovaciones porque se que a papá no le gusta que peleemos, aunque al parecer ella hoy tiene otrs planes.

Imperio de mentirasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora