CAPÍTULO 8

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Kamila

─¿Me estás jodiendo?. ¿Cómo que no eres mi padre?. ─estoy en shock, no qué decir ni qué pensar, y no es hasta que me pide que me siente que noto que me he puesto de pie.

─Cuando conocí a tu madre ella ya estaba embarazada de tí, ella estaba huyendo y yo la puse a salvo; una cosa llevó a la otra y nos enamoramos, y créeme cuando te digo que te amé como a mi propia hija desde que te cargué en mis brazos por primera vez.

─¿Por qué recién me lo dices ahora?. ─se que estoy alzando la voz más de lo normal pero en estos mmentos solo es rabia lo que siento, he vivido en una burbuja de mentiras toda la vida, la anterior pude entenderla pero esta, esta no puedo entenderla y no se si pueda perdonarla.

─Porque no sabía como decírtelo, tu madre y yo pensamos hacerlo cuando tuvieses la edad suficiente.

─Hace mucho tiempo que tengo la edad suficiente. ─tal vez me estoy expresando con más odio del que debería pero en estos momentos eso es todo lo que siento, no solo por la mentira. ─Fue tu culpa. ─digo en un susurro pero él lo escucha. ─Ella murió por tu culpa. ─intenta hablar pero no se lo permito. ─¡La mataron por tu culpa! ─pierdo el control, rompo jarrones, lanzo sillas, y vuelan papeles.

Un par de brazos me rodean por detrás, aprisionando mis brazos e impidiéndome el movimiento, en un acto reflejo tiro mi cabeza hacia atrás, estampándola contra la cara de mi captor, logrando que me suelte, le pego un puñetazo en la mandíbula que lo hace girar el rostro, solo en ese momento me doy cuenta que es Damon. Salgo del trance y me paralizo al ver todo el desastre que acabo de hacer. Jamás había tenido un arranque de ira tan fuerte, pero ese mínimo instante de calma se va al carajo cuando Ernesto vuelve a hablar.

─Hija, por favor...

─¡No! ─no lo dejo terminar, no quiero escucharlo. ─¡No fue suficiente para tí que mi madre terminara sumergida en toda tu mierda y ahora quieres hundirme también a mí!. ─siento mi garganta desgarrarse con cada grito pero simplemente no puedo parar, es como si algún tipo de demonio destructor se hubiese apoderado de mi cuerpo y es tanta la rabia que llevo dentro que solo gritando y rompiendo cosas logro desahogarme. ─¡Solo tengo dieciocho años y gente que ni conozco anda detrás de mi cabeza por tu culpa!. ¿Acaso crees que eso es justo? ─mi tono de voz decae con cada palabra, simplemente ya no me quedan fuerzas para continuar, y lloro, lloro como la niña débil que soy.

─Por favor déjame explicártelo todo.

─No sigas, por favor. Ya no mas. ─salgo de la oficina directo a mi habitación, con la cabeza gacha y las verdades recientes dándome vueltas en la cabeza.

☆☆☆

Damon

─¿Por que nunca me lo dijiste, tío? ─no le reclamo nada pero tampoco estoy de acuerdo con su forma de actuar, las mentiras jamás serán la solución a ningún problema cuando de la familia se trata.

─Que no lleve mi sangre no significa que no sea mi hija.

─¿Mi padre sabe de esto?. ─pregunto a pesar de que se que no existen secretos entre los hermanos Stone.

─Por supuesto que lo sabe. ─y eso me jode, entiendo la reacción de Kamila porque no nos están tomando en cuenta a ninguno.

─Teníamos derecho a saber.

─Estaba esperando el momento...

─Te tardaste demasiado en encontrar el momento, tío. Nosotros también formamos parte de esta familia y estamos tan involucrados como ustedes en esta organización, y, por lo que veo, somos los únicos que no sabemos un coño de absolutamente nada. ¿Cómo pretenden que tomemos las riendas de los negocios en un futuro si somos títeres?.

Sé que mis palabras le estan golpeando fuerte en su orgullo pero me veo en la obligación de dejarle claro que Kamila está siendo la más perjudacada con esta situación. Todas estas mentiras podrían hechar abajo el imperio que la familia ha construido y toda la sangre derramada habría sido en vano, ya no somos niños y de la misma forma que tenemos la madurez suficiente para manejar una organización criminal, también la tenemos para afrontar la verdad; pero no podemos afrontar la verdad cuando siempre ha estado adornada con mentiras.

─Kamila está sufriendo. ─al momento en que esas palabras salen de mi boca su gesto se tuerce en una mueca de confusión y me toma más de una exhalación reunir valor para volver a hablar. ─Estamos enamorados.

Estoy consciente de que mi confesión le ha caído como un balde de agua fría y la forma en la que su boca se abre en señal de asombro me lo confirma. Tarde o temprano tenía que enterarse y creo que esta es la mejor manera de hacerle entender como se siente Kamila con toda esta situación.

─Ella se ha sentido culpable todo este tiempo porque piensa que lo que siente es enfermo e insano, y ahora de golpe le sales con que no eres su padre. Eso la ha destrozado porque piensa que la has engañadp toda su vida, y no se equivoca. ─mi tío intenta hablar pero lo corto, retomando mi monólogo, aún tengo varias cosas por decir y no puedo quedarme con todo esto por dentro. ─La has tenido toda su vida encerrada en una burbuja y de repente esa burbuja le ha explotado en las narices. Entiendo que lo hacías para protegerla, pero no le enseñaste lo que ella en verdad necesitaba saber para hacerle frente a todo lo que le esperaría cuando esa burbuja reventara.

─Jamás imagine que algo así podría pasar. ─habla en un susurro que a duras penas consigo escuchar. ─Esta situación se me esta saliendo de las manos.

─¿Te refieres a nosotros? ─inquiero pero su cara denota que se refiere a algo peor.

─No, es algo que llevo tratando de evitar desde que conocí a la madre de Kamila.

─¿Qué esta pasando, tío?.

─Hubiese preferido que no tuviese que enterarse de nada de esto.

─Ella merece saberlo todo, ya no es una niña.

─Lo se, solo no quiero que me odie.

─Ella no te odia Ernesto, solo esta molesta, pero ten por seguro que te odiará si continuas ocultándole cosas.

─Solo llevátela, haz lo que tengas que hacer pero mantenla a salvo. ─no necesitaba que me lo dijera, daría mi vida por ella sin pensarlo dos veces, y si la única solución era llevármela lejos pues eso haré, me la llevaré hasta el fin del mundo si es necesario con tal de mantenerla a salvo.

Imperio de mentirasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora