"Eres tan lejano, tan mentiroso"

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La brisa caía cuál aire de invierno, ambos riendo tomados de la mano. Una imagen de amor, No... Era más como una imagen triste, pues el amor solo estaba de parte de una de ellos.

Sus ojos se humedecieron, dejando salir lágrimas, su mano lo soltó para proceder a darse la vuelta e irse.

- Se feliz... De verdad, quiero que seas feliz, Galled...

La brisa helada lo acompañó hasta la cafetería llena de luces, en donde con lágrimas en los ojos, pidió un chocolate caliente.

Giró la vista por última vez, solo para hacer doler más su corazón. Ese hombre ya se había encontrado con esa persona, a quién tanto esperó.

Y esa persona no era él.
...


El radio el día de hoy estaba apagado, por lo cual Evan no se preocupaba del tiempo. Le daba igual si llovía o no.

Además...

Tenía visita, algo que únicamente pasaba con Fabio y Ket. Quienes ahora estaban muy ocupados en el restaurante y no podían venir.

Su cuerpo estaba tenso, esa persona se acercó a limpiar su herida con esos ojos preocupados.

- ¿Te duele?...

Demian temblaba, pues estaba demasiado cerca de Evan, con ese delicioso aroma que lo ponía ebrio. Su cabello era largo, por lo cual Evan lo recorrió detrás de su oreja para que no le estorbara.

Esa acción provocó un vuelco en el corazón de Demian, el cual casi se cae de la cama con vergüenza. Sus orejas estaban como tomates y un pequeño rubor se hizo presente en sus mejillas.

Evan cerro lo ojos, mientras delicadamente Demian limpiaba y colocaba una curita en su frente.

Estaban demasiado cerca... Demasiado...

Pudo observarlo detenidamente, sus pestañas era largas y hermosas, su piel blanca y sus labios jugosos. Demian casi tuvo una reacción entre sus pantalones, pero pudo contenerse.

Evan era demasiado hermoso, demasiado ¡DEMASIADO!

Sus orejas dejaban salir humo de lo rojo que estaba por estar tan cerca de la persona que tanto anhelaba.

La frente de Evan se arrugaba, pues le dolía un poco cuando Demian lo tocaba con el ungüento. En uno de esos instantes, Evan sostuvo la muñeca de Demian, ya qué le dolia. Sin embargo, no cantaba con que esa persona, se alarmaria tanto.

Se levantó de la cama dándole la espalda un poco avergonzado.

(...)

- ¿Que te pasa estás bien?...

Demian no respondió, pues no quería moverse, Evan lo ponía muy nervioso. Le rozó la mano y casi se cae de la cama. Ahora mismo no podía pensar.

- E- Estoy bien... Tengo sed.

Fue lo único que se le ocurrió para decir. Sonó tonto, pero Evan se rió un poco de su comentario, levantándose para servir agua.

- Creo que hervir un poco hace rato, debe estar tibia aún.

Se dirigió a buscar la jarra de agua entre todas esas bolsas y cosas que Galled le había traído en la mañana.

Demian reacomodo su apariencia, para después mirar con desprecio todo lo que estaba en el suelo. Su aura se tornó fría, apretando sus puños ligeramente.

Regresó a sus sentidos, justo cuando Evan dio la vuelta para entregar un vaso de agua. El roze de sus manos con la temperatura de Evan, lo hicieron desear cada vez más.

- Gracias.

Bebió tranquilo, mientras Evan levantaba las bolsas debajo de las sillas.

- Te ayudaré!...

Sin embargo, Evan se levantó justo cuando Demian iba a estirar su mano, por lo cual quedaron mirándose cara cara de nuevo.

No era incómodo, más bien... Fue interesante.

- ¿Escuela secundaria?. - Dijo Evan, mientras parpadeó con confusión.

- ¡Eres tu! Demian Weller!! ¿Cierto?... Asististe a la Academia?!...

Evan se levantó rápidamente un poco emocionado, acercándose peligrosamente a Demian.

- Te recuerdo! Aunque... Creo que nunca hablamos, pero es muy obvio que eres tú! Siempre estabas en el cuadro de Honor del club de artes!

(...) Demian estaba más que feliz de que lo recordara, pero también un poco asustado.

- Si, soy Yo... Pensé que no me recordabas. Te- Te reconocí desde que te vi fuera de la tienda.

Los dos se sentaron en la mesa, Evan abrió unas cervezas, ofreciendo una a Demian, quién de nuevo no pudo alejar sus pensamientos. Esas cervezas, las mismas cervezas que tomaba Galled.

Lo seguía viendo y escuchando en todas partes. ¿Acaso nunca podré librarme de tu fantasma?

- Siempre que pasaba por la biblioteca, veía el cuadro de Honor con tus pinturas... Eran bastante impresionantes! Siempre ganabas los premios de Arte!... Viendo eso, es normal que te hayas interesado en el teatro!...

La sonrisa de Evan era todo, todo lo que siempre quiso ver. Esa sonrisa que lo observaba solo a él.

Ambos compartieron risas, y muchas anécdotas. Sin embargo, en un momento, Demian regresó a la realidad. Este era solo el comienzo de su plan.

No odiaba a su hermano, pero tampoco sentia una conexión fuerte con él. Su única familia era su Tía.

Demian expuso una mirada de seducción, besando la mejilla de Evan, pues esté, se había quedado dormido en la mesa después de tanto hablar y beber.

8:30 de la noche.

Demian cerró la puerta detrás suyo, saliendo directo al frío de la noche.

Tomó su teléfono, apretandolo con fuerza, para después llamar a alguien.

- Soy yo... Prepara todo, quiero que consigas esa campaña a toda costa. Evan será la cara principal.

Colgó la llamada, suspirando con pesadez.

Espérame Evan, espera por mi... Quiero hacer bien las cosas contigo. Así que, por favor, déjame enamorarte.






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