Capítulo 18. Marleyana.

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Entré con cuidado a mi cuarto para no despertar a Gabi, sin embargo mis lágrimas y sollozos estaban esparcidas por todo mi rostro desde que me retiré del cuarto de Levi.

Onyankopon tenia razón, fui descuidada, poco profesional, tal vez si lo llevasen a juicio lo considerarian como abuso lo que hice con Levi y eso me hizo un nudo en el pecho.

No sé que estaba pensando cuando hice lo que hice en la colina, el comportarme de esa forma. Él es mi paciente y yo su enfermera y así debian ser las cosas, tenia mas que merecida la reprimenda de Onyankopon, y debia estar agradecida de que no me denunciaran, podria quitarme mi título si así lo quisiera.

Perder mi trabajo y mi título seria como perder mi vida, no sabria como continuar si algo así pasara, que hacer o a dónde ir, sin dudas debia estar muy agradecida.

Me acerqué hasta mi cama y deje mis materiales de enfermeria en mi mesita de noche, incluso habia olvidado traer mi termómetro que aún lo tenia Levi, pero no importaba, el resto de sus signos estaban bien y esperaba que su temperatura igual, pero ya no podia estar allí con ellos sin romper en llanto.

—¿Halley? ¿Qué pasa?— la voz de Gabi resonó en la oscuridad, seguido de un fósforo para prender la vela. —¿Por qué lloras?

Negué mientras las lágrimas aún continuaban bajando, estaba a punto de decir algo pero la puerta de nuestra habitación sonó de golpe.

Gabi se levantó para ir hacia ella mientras yo me hacia un ovillo en mi cama, aún con la camisa de Levi puesta, solo esperaba qur no fuera Onyankopon cambiando de opinión y que fuese a despedirme y enviarme de nuevo a Merley. Odiaria tener que despedirme de todos, sentiria mucha vergüenza, en especial con Levi, Gabi y Falco.

Pero la voz sombria que se diriguió a Gabi sorprendentemente me alivió.

—Gabi, vete al cuarto de Falco, y dile a Reiner que se vaya a la mierda y que ya están comprometidos, pasa la noche allí.

—P-pero señor Levi...

—Te he dado una orden mocosa.

Gabi me miró un segundo antes de fruncir el ceño y dirigirse de nuevo a Levi, a quien aún no veia ya que lo puerta tapaba su silla de ruedas y todo su cuerpo.

—Lo lamento señor Levi, pero Halley se siente mal y me quedaré con ella.

Levi suspiró cansado antes de hablarle de nuevo.

—Lo sé... deja que me encargue de ella, ve con Falco...— ví como Gabi se tensaba, volvió a mirarme pero de reojo para luego suavizar su rostro, asentir y retirarse de la habitación.

Pronto vi como una silla de ruedas con el soldado mas fuerte de la humanidad entraba y cerraba con fuerza la puerta. Me puse de pie con pesar y enderecé la espalda, lista para cualquier cosa.

—¿Necesita algo señor Ackerman?— susurré con la voz rota.

Levi se acercó lo suficiente para jalarme y sentarme de nuevo en la cama, tomar mi rostro con ambas manos y vernos a los ojos, mucho más serios de lo normal, incluso juraria que podia ver como un aura oscura emanaba a su alrededor.

—Jamás, escuchame bien, jamás vuelvas a llamarme de esa forma— enjuago mis lágrimas con sus pulgares —Para ti soy Levi...

—Lo lamento...

—No te disculpes— me interrumpió —no hiciste nada malo, no faltaste en tu trabajo ni conmigo, no te sientas mal por Onyankopon.

—¿Qué hiciste?— me separé de golpe al oír sus últimas palabras.

—Solo hablé con él, todo esta bien, seguiras trabajando.

—Yo...— respiré hondo antes de hablar —Levi... lo que hicimos estuvo mal, no... no deberia volver a pasar, Onyankopon tiene razón, soy una pésima...

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⏰ Última actualización: Nov 24, 2023 ⏰

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𝓔𝓵 𝓬𝓸𝓶𝓮𝓽𝓪 𝓱𝓪𝓵𝓵𝓮𝔂  | 𝓛𝓮𝓿𝓲 𝓐𝓬𝓴𝓮𝓻𝓶𝓪𝓷Donde viven las historias. Descúbrelo ahora