Capítulo 10. Recuerdos.

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Corría por el prado lleno de flores silvestres mientras que las luciernagas revoloteaban alrededor de mi yo pequeña de 5 años.

Llevaba un vestido azul recien bordado por mi madre y zapatitos blancos que hacian juego con mi vestimenta.

Mamá decia que parecia una princesa.

"No te alejes mucho Halley" esa voz masculina me hizo girarme y ver en lo alto de la colina a papá, junto a su telescopio y su diario de investigación.

"Ya voy papá" corrí nuevamente hacia él, la noche era bella y la luna estaba en su punto más alto. Nuestra iluminación natural de la noche.

"Mamá nos mataria si se entera que rompiste tu vestido nuevo, debes cuidarlo" mencionó algo concentrado en un mapa estelar con el cual se manejaba.

Mientras mi padre miraba por su instrumento y hacia anotaciones, yo trataba de contar las estrellas y acordarme la posición de cada una, hasta que escuche que papá se alejaba un poco.

Los murmullos que escuché a lo lejos no se hicieron esperar, y aunque quise concentrarme en mi tarea, no pude evitar escuchar.

"No vas a decirme como ser madre, yo sé lo que-" antes de seguir, papá la interrumpió.

"Esto es lo que ama y también lo que amo, tiene que dejarla seguir sus sueños"

"Son tus sueños, no los de ella. Merece una vida y una familia normal"

"Ella aquí es normal-"

"¡No lo es! ¡Halley no será como tú!"

"Deja de gritar Adhara, te va oír..."

"¡PUES QUE LO HAGA! ¡HALLEY! ¡A CASA!"

¿Qué? Yo no me queria ir.

Mamá subió la colina para agarrarme del brazo y llevarme a rastras hacia la casa de campo a unos metros de nosotros. Mientras papá me observaba de manera triste y cabizbajo sobre la colina, junto a su telescopio, la luna y las estrellas.

...

Abrí los ojos y me dí cuenta que los tenia nublados, tratando de observar el techo frente a mí. Hiperventilaba. Las lágrimas caían como cascadas sobre mis mejillas y mi pecho se inflaba al compáz de mi sollosar. Aún acostada en la cama.

Luego de la visita a casa de mi madre los días transcurrieron con normalidad. Cuando podia, Onyankopon venía de vuelta a la casa y cuidaba a Levi por unas hora para permitirme unas salidas libres en las que volvia a casa para pasar tiempo con mi madre.

No podia caberle tanta felicidad en el cuerpo, pero así era.

Después de esa charla con Levi, decidí ir y hablar con Penny y disculparme con ella por cualquier inconveniente que cause con Aru y decirle que la comprendia.

Al abrirme los ojos, Levi me hizo entender muchas cosas.

Siempre la habia tratado como la esposa loca y celosa, pero jamás me puse en su lugar y en como me sentiria si estuviera en su situación.

𝓔𝓵 𝓬𝓸𝓶𝓮𝓽𝓪 𝓱𝓪𝓵𝓵𝓮𝔂  | 𝓛𝓮𝓿𝓲 𝓐𝓬𝓴𝓮𝓻𝓶𝓪𝓷Donde viven las historias. Descúbrelo ahora