Capítulo 17. Ética.

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N/A: Buenaaas! Perdón la demora, demasiadas crisis facultativas y poco tiempo :( Pero aparecí de nuevo para regalarles otro capítulo y no dejarlos con la intriga jajaj que lo disfruten!

POV Levi.

Me cago en la mismísima mierda, maldición.

No podía creer que en el momento que estaba admirando el cuerpo de Halley y deleitandome con sus rosados pezones nos vinieran a atacar.

En el momento que escuché el disparo, mi cabeza se giró rápidamente en dirección al arma de fuego, mi vista se nublo a un color rojo y mis dientes estaban apretados debido al enojo que me provocó el que nos hayan interrumpido.

Resultó ser un campesino avanzado de edad a los pies de la colina, con una escopeta en mano.

No lo pensé tanto y abracé el cuerpo de Halley para cubrir su desnudez y protegerla con mi cuerpo de cualquier bala que quisera dañarla.

De solo pensar que ese imbécil hubiese acertado el tiro en su persona me hacia hervir la sangre, lo mataria lentamente.

—¡¿Qué demonios hacen aquí?! ¡Lárgense de mi propiedad!— nos gritó el vegestorio apuntando su arma hacia nosotros.

Estreché a Halley fuertemente contra mi pecho y accioné el equipo de maniobras tridimensional para escapar de esa colina rumbo al bosque de donde vinimos, si bien mi cuerpo estaba agotado debido al esfuerzo que realicé al traernos, no iba a permitir que ese viejo de mierda nos arruinara la noche, mucho menos lastimara a mi enfermera.

Despues de unos minutos que logramos volar a través de los árboles logré aterrizar en una rama gruesa y firme para dejar a Halley pararse sola, aunque ambos terminamos arrodillados sobre esta, mi cuerpo se sentia demasiado cansado. Pero en ese momento me percaté que aún estaba desnuda, y que temblaba de frío.

Su puto camisón quedo tirado en la colina.

—Le-levi...— el sonido de sus dientes castañeando me hicieron estremecer. Sin pensarlo dos veces me quité la camisa para cubrirla con algo. Por suerte, tapaba la mayoria, solo dejando a la vista sus muslos y piernas blanquecinas. —¡No! Levi t-te hará frío...

—No te preocupes por mi, estaré bien— le dije agotado, tratando de respirar hondo.

—No te ves b-bien, déjame revisarte— tal vez no lo estaba, pero ella aún temblaba de frío y era lo que más me importaba.

Tiré de su brazo para recostarla sobre mi pecho y tratar de brindarle calor corporal, hacia años que estaba acostumbrado al frío intenso cuando viajaba a las expedisiones, este clima no era mas que un cosquilleo. La abracé lo mejor que pude y recosté mi espalda contra el tronco detrás de mi para respirar hondo, mientras acunaba la cabeza de Halley contra mi pecho, al que rápidamente se abrazó con fuerza, sus dedos helados fueron como agujas contra mi espalda.

—Solo... dejáme reponerme un poco, y te llevaré de vuelta a la posada...— comenté sin aliento, cerrando mis ojos para tratar de estabilizar mi respiracion.

Mi pierna mala palpitaba en dolor, no tanto como lo que sentia en mi entrepierna debido a la imagen de Halley sobre mi, totalmente desnuda, y sus palabras sobre mis labios.

Mi mujer. Obviamente sería mia.

Ella sin saberlo, firmó un pacto con el mismo diablo al decirme aquello, Halley es y será mía siempre, de eso no habia ninguna duda.

—Levi...— susurró al cabo de unos minutos —tu corazón late demasiado rápido, déjame controlarte...

—Estoy bien, solo necesito un segundo...

𝓔𝓵 𝓬𝓸𝓶𝓮𝓽𝓪 𝓱𝓪𝓵𝓵𝓮𝔂  | 𝓛𝓮𝓿𝓲 𝓐𝓬𝓴𝓮𝓻𝓶𝓪𝓷Donde viven las historias. Descúbrelo ahora