POV LISA.
Cuatro días después de mi fecha límite.(Y no, realmente no obtuve una extensión. Actualmente estoy ignorando a mi editor... y a mi agente. También estoy ignorando a Ruby, hasta que termine)
(Ah, y mi libro no trata sobre “más que follar”. Es pura obscenidad como los demás).Siempre que requería algo de muy necesaria inspiración o un descanso de mi escritura, conducía a través de la ciudad hasta el Distrito de Arte y pasaba un día entero en la galería privada de mi mejor amiga, Rosé.
Como la autoproclamada “Reina de Piedra y Películas de Sexo”, se
especializaba en convertir sus películas románticas favoritas en salas dedicadas a la exhibición de esculturas desnudas y vidrio soplado. (Énfasis en “soplado”, ya que era conocida por elaborar imágenes costosas de cómo creía que eran las mamadas de las parejas ficticias a puerta cerrada.)También fue la primera persona a la que conocí cuando me mudé a esta ciudad hacía unos años, y nos convertimos en mejores amigas instantáneamente después de una copa de vino.
—¿Crees que hice la polla de Jack demasiado grande? .—Entró en la habitación con temática de Titanic y cruzó los brazos—. Quiero decir, tenía que ser enorme si Rose estaba dispuesta a renunciar a una vida de riqueza para estar con él, ¿verdad?
Miré la polla de veintidós centímetros que sobresalía de su estatua personalizada.
—No, no es demasiado grande, pero puede ser demasiado delgada. Parece una varita de rímel.
—Sí, pero lo hice intencionalmente. —Se encogió de hombros—. Murió al final. Ni siquiera intentó salvarse.
Puse los ojos en blanco.
—¿Qué? .—Se rio—. De todos modos, han pasado meses desde que viste una polla en la vida real. Ni siquiera debería pedir tu opinión. En fin… —Juntó las manos—. Aún estoy trabajando en mi habitación para Diario de una Pasión, debería estar lista para mañana. ¿Quieres que abra el balcón para que puedas escribir por unas horas?
—Claro. —Recogí mi carpeta del suelo y la seguí por el sinuoso pasillo. Cruzamos un conjunto de puertas dobles y esperé a que abriera la hermosa área de asientos al aire libre que daba al centro.
—Aquí tienes.—dijo—. ¿Cuánto tiempo debo programar en el cronómetro? Haré que un miembro del equipo te traiga el almuerzo cuando sea la hora de tu próximo descanso.
—Dos horas.
—¡Lo haré! .—Se dio la vuelta.
—Espera.—le dije—. ¿Tengo llamadas perdidas o mensajes de texto? ¿Alguna notificación de Letras y Cartas? .—Traté de no parecer muy emocionada por tener la oportunidad de una breve distracción.
—Um… —Sacó mi teléfono de su bolsillo y tocó la pantalla—. Algunos lectores preguntaron cuándo saldrá tu próximo libro. Tú madre envió un mensaje preguntando por qué no le has devuelto la llamada, y tu padre envió una foto suya en el campo de golf con el título “¡Finalmente vencí a Jennie en el golf hoy! Después de todos estos años. Espero que estés bien.” —Ladeó la cabeza—. En esta fotografía, esta tipa, Jennie, está muy sexy. Quiero decir, no soy de mujeres mayores, pero maldición… Es más que digna de una excepción.
—¿Algún otro mensaje?
—No realmente. —Seguía mirando la pantalla, mordiéndose el labio inferior—. Es muy sexy. Deberías darme su número de teléfono.