POV LISA.
Ese fin de semanaMe bajé del avión en Spokane International y sentí como si estuviera flotando en el aire. El vino de cortesía de primera clase aún corría por mis venas, calmando mis nervios con cada paso que daba.
Entrando en el baño más cercano, me abrí paso frente a un espejo y me miré por última vez. Quería asegurarme de que no hubiera dudas sobre lo que quería hacer después de la cena.
Mi cabello era suave y en una cola de caballo baja, mis labios cubiertos con un brillante tono de rosa, y mi vestido gris claro de corte bajo mostraba la curva de mis pechos.
Lo bajé un poco más, justo encima de mis pezones, sólo para dejar mis intenciones súper claras.
Dándome la vuelta, me aseguré de haber arrancado las etiquetas de mis tacones rojos y de que el bolso de gran tamaño que había comprado para este viaje aún coincidiera.
Mi cuerpo zumbaba anticipando todas las cosas sucias que Ruby escribió en esa escena de sexo, y esperaba que pudiera cumplir con todas y cada una de ellas.
Los pensamientos de sentir su polla dentro de mí habían dominado mi mente toda la semana, y estaba tan distraída que casi me olvidé de darle publicar a My Hot Neighbor.
Esperaba que fuera atractiva en persona, pero me preparé para la posibilidad de que nos viéramos y retrocediéramos, admitiendo torpemente que no estaba destinado a ser así. Que era mejor que volviéramos a escribir nuestras cartas semanales sin contacto cara a cara.
Por otra parte, si esta mujer era un mero cinco de diez, me la iba a follar. Y punto.
Saliendo del baño, me dirigí a la sala C y me dirigí directamente a la sala de recogida de equipajes. Me abrí paso entre la multitud, yendo hacia la Zona de Transporte VIP.
Al acercarme a la fila de conductores que sostenían mini pizarras, entrecerré los ojos y traté de encontrar mi nombre.
Rachel Vine. Ashley Carrington. Janet Alwyn… ¿Areum?
No, tú estás aquí por una Areum M. GRACIAS. A. DIOS.
Llegué al final de la fila y me di cuenta de que nadie tenía un cartel para mí. Entonces me percaté que había otra línea al otro lado del carrusel principal.
Respirando profundamente, me acerqué y empecé a mirar el nuevo juego de pizarras blancas.
Alex Mitchell. Tamisha Draper. Tiffany…
—¿Lalisa? .—dijo una voz profunda de repente, mi verdadero nombre, sacándome de mi búsqueda.
Confundida, miré de un lado a otro, viendo una cara familiar.
Era Jennie. La mejor amiga de mi padre.
—Hola… —Me acerqué a ella, con la esperanza de que no me retrasara demasiado para encontrame con Ruby.
—Oye, hace mucho tiempo que no te veo en la ciudad.—dijo, sonriendo con una perfecta dentadura—. ¿Cómo has estado? ¿Sigues trabajando en ese lugar de tutorías privadas?
—No, ahora hago otra cosa.—dije—. Algo que realmente disfruto.
—¿Qué es eso, exactamente?
—Nada emocionante, solo que es mejor que enseñar a estudiantes universitarios malcriados todo el día. —Cambié de tema—. ¿Supongo que ahora eres una chofer profesional? ¿Vas a recoger a una celebridad local o a…?
Mi voz se me quedó atascada en la garganta una vez que bajé la mirada y vi las palabras en su pizarra.
Areum, es un placer conocerte siete meses después…