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モριѕ☉dι☉ (14)

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Jimin estaba hecho un desastre, el sudor recorría por su frente y estar en esa posición con las manos presas a su espalda lo cansaba un poco.

Jungkook al contrario continúo con su entretenida tarea introduciendo de un sola vez dos de sus dígitos en la estrechez del menor. Sonrió divertido oyendo aquellos agudos gemidos.

—Mm, vaya — jocoso, siguió empujando sus dedos hasta lograr encontrar el punto exacto —. Estas apretado, muy apretado.

Jungkook movió sus dedos introduciendo estos más en Jimin y cuando empujó un cierto punto lo escucho gemir con locura, supo que toco su punto sencible. Curvo sus dedos un poco observando esa espalda algo frágil curvarse con fuerza.

"N-no"

"J-jimin no"

El menor luchaba consigo mismo tratando de no caer en la maldita tentación pero le era difícil no caer y dejarse inyectar con aquel enloquecedor veneno. Los torturosos movimientos de los dedos de Jungkook en su interior cada vez lo ponían ansioso y desesperado. Su vientre quemaba con fuerza y su cuerpo desprendía espasmos jodidamente placenteros los cuales lo hicieron probar un poco de aquella manzana venenosa de placer.

—No voy a follarte hasta que tú mismo me lo pidas — retiro sus dedos largos para introducirlos casi al mismo tiempo —. Si quieres que te folle, debes admitir que lo deseas y rogarme.

—Y-yo.. ah.. no q-quiero — muy irónico cuando todo de él gritaba que sí.

—Oh, claro.

—P-por favor, q-quiero irme.

Jungkook sonrió ladino.

—No tienes idea de lo que dices mocoso— jocoso, presionó las caderas de Jimin con su mano libre enterrando sus dedos contra aquella fina piel —. ¿Tienes idea de la maldita suerte que tienes? todos desearían estar en tu lugar.

Jimin emitió un jadeo desesperado nuevamente sintiendo su punto ser chocado por los dedos largos de Jungkook.

—Mujeres y hombres desearían estar entre mis piernas, así como lo estás tú — empujo más profundo sus dedos, como si deseara asi enloquecer al chico, pero parecía lograrlo —. Debes sentirte orgullo, tienes el privilegio de tener mi pene dentro de tí.

Jimin no era de piedra y no pudo resistir por más tiempo y empezó a gemir sin sentir algún tipo vergüenza. Los movimientos ardientes de los dedos de Jungkook, más como le hablaba de esa manera tan dominante, hacían que cayera en aquella maldición.

𝑫𝑬𝑺𝑰𝑹𝑬 𝑨𝑵𝑫 𝑻𝑬𝑴𝑷𝑻𝑨𝑻𝑰𝑶𝑵Donde viven las historias. Descúbrelo ahora