Capítulo 14

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La llegada del desaparecido Hanagaki

[Residencia Haitani]

Noche tras noche, escuchando los llantos imparables de parte de Manjiro, sus amigos han estado apoyándolo en todo momento sin dejarlo ni un momento sólo gracias al peligro de que pueda llegar a las autolesiones.

Al parecer Takemichi estaba preparando algo muy importante y por eso desparecido, o al menos eso fue lo que les dijo Baji, según el peli negro el Hanagaki le dijo q le pida a Mikey calma, que le tiene una sorpresa y que este día se la daría.

Manjiro: ¿cual es la sorpresa? —pregunto dudoso acercándose al patio de los Haitani–.

Rindou: ni yo se, y ni siquiera sabia que habían hecho algo en el patio —respondió el menor de los Haitani con un pequeño gesto de enojo al no saber lo que pasaba–.

Takemichi: ¡Mikey! —exclamó feliz y corrió para levantarlo en sus brazos– amor te extrañe estas dos semanas —le dijo con sinceridad y beso su mejilla–.

Manjiro: ¡Estas vivo! —feliz beso sus labios– ¿porque me dejaste? —sollozo y con un puchero le sacó la lengua–.

Takemichi: bueno, esque te prepare algo, pero ven sientate, vamos a hablar —ambos se sentaron y los demás se fueron adentro–.

---[Habitación de Ran Haitani]>>

Ran: que no

Nahoya: mira, una sola cosa, o me dejas salir o te dejo sin herederos tu decides —el menor estaba dispuesto a patear lo directo en su amiguito–.

Ran: no, de aquí no sales —en un rápido movimiento inmovilizo el cuerpo del más bajo atrapando lo entre el suyo–.

Nahoya: ¿que haces? —algo asustado y con un notorio sonrojo pregunto el Kawata–.

Ran: nada del otro mundo, solo quiero hacerte mio —le susurro en el oído–.

Nahoya: primero un café, no me molestes jodido pervertido, ¿como es posible que no te de pena decir ese tipo de palabras y cosas así tan rápido?

Ran: pues Souya y Rindou ya van a tener un bebé y tu y yo nada —se quejó el mayor–.

Nahoya: ¿un bebé? ¡De que carajos hablas?! —se exaltó el más bajo–.

Ran: es un decir, no es verdad —intento calmarlo el Haitani–.

Nahoya: esta bien.. Pero como los estés encubriendo te corto las bolas con unas tijeras.

Ran: que miedo —susurro– como sea, casate conmigo

Nahoya: ¿que? No jodas —lo empujó y este término sobre Ran– dejame ir —intento safar el agarre del mayor en su cadera–.

Ran: ¿porque te vas y no me das un poco de tu amor? —se quejó el mayor con un puchero–.

Nahoya: Emm, no se —se sonrojo todo su rostro y al mayor esto le pareció tierno así que beso sus labios de una forma delicada y suave–.

Ran: te amo Naho —susurro al terminar el beso y el menor se abalanzó sobre el y lo volvió a besar–.

Nahoya: yo también te amo —susurro devuelta–.

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Palabras: 476

Malditos pervertidosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora