Capítulo 9 Los últimos detalles

126 29 0
                                    

Leilani

—¿Me veo bien así?

Nancy puso en pausa la novela y se giró para verme.

—Ese vestido va a dejar a más de uno colgadito.

Voltee los ojos y me termine de acomodar el vestido.

—No estoy intentando conseguir a alguien —murmure y me mire en el espejo. El vestido azul corto se ajustaba a mi cuerpo en los lugares correctos, me gusta como envolvía mi cintura y mis muslos rellenos se ven cuando el dobladillo llega al final.

—No, estás intentando conseguir uno en específico —se burla dándole play para reanuda la novela colombiana que ambas estábamos mirando, Nancy ya está completamente arreglada, un vestido negro un poco más ajustado que el mío, su rostro ya maquillado y sus tacos bajos también negros. Su cabello recogido, sin un solo mechón afuera.

Eso es gracias a mi. Pensé y volví a verme. Estaba nerviosa. Lo cuál era tan normal últimamente.

—No tuve que haberte dicho nada.

—Me lo ibas a terminar diciendo de todas formas —me mira de reojo—. Pobre Sylvain, no sabe lo que le espera.

—No te agrada —digo y se encoge de hombros sin mirarme, concentrada en la escena en donde los protagonistas se están peleando por qué él la acusa de ser infiel con el capataz de la hacienda.

—No es eso, es que no quiero que te ilusiones y que al final el idiota solo este jugando contig. —se levanta y se acerca a mí, dejando de lado el drama de la televisión—, pero si tiene buenas intenciones no diré nada.

—Es solo un amigo, Nans.

—Sigue diciéndote eso, pero yo sé que él no va con esas intenciones.

—Lion dijo lo mismo.

—Por algo será.

—No ha sido malo conmigo. Ha sido amable, me ha escuchado y cuando estoy con él siento como si volviera a estar un poco más viva, me siento segura y confiada. Tranquila —levanté la vista y mire a Nancy—. Me hace sentir bien, y un montón de cosas que no he sentido desde que papá estaba vivo.

Me acarició el brazo con mucho cariño.

—Entonces quiero confiar en que sabrá cómo cuidar de mi amiga —suspira—. Leili, yo necesito saber algo.

—¿Qué cosa?

—¿Acaso Sylvain...?

—No —digo de una. Sin darle tiempo a terminar ni a mi de pensar sobre ello.

—Ni siquiera me dejaste terminar —murmuró indignada.

—Porque ya se para que lado vas, y es un no, solo es un amigo, nada más.

No puede ser nada más.

Nancy rueda los ojos.

—Está bien, pero en unos meses volveré a preguntarte, no vaya a ser que cambies de opinión —me habla como si fuera una niña pequeña que aún no sabe lo que quiere, y quizás tenga razón, pensar en Sylvain como algo más de un amigo, aunque me muera de ganas de saber cómo sería, si presionará mis labios sobre los suyos, me dan ganas de vomitar y de correr por la incertidumbre—. Ahora ven y siéntate, te voy a maquillar.

Señaló el puff violeta que hay al lado de mi cama y yo voy rápidamente a sentarme, colocó mi cabello lacio detrás de mis orejas, esperando que Nancy vuelva a aparecer del baño con sus cosméticos.

Comienza a separar todo y se asegura que los productos que vaya a usar en mi sean antialérgicos.

—Con que me hagas el delineado estoy bien.

Querido SylvainDonde viven las historias. Descúbrelo ahora