𝑰𝑰. 𝑽𝒐𝒛

481 37 5
                                    

❝ THE BEST THING THAT’S EVER BEEN MINE ❞

Algo muy importante que tenían los cánidos —alfas y omegas— era la voz. En los alfas, su voz servía para mandar, con ella podían someter a los omegas, mandarlos a cualquier cosa, inclusive, podían someter hasta otros de su misma especie.

Lit jamás había utilizado su voz, excepto la vez que se peleó con Duki a los golpes, cuando este comenzó a cortejar a Paulo, a quien Monzón consideraba un hermano menor (sí, Paulo era mayor, pero el instinto alfa le hacía protegerlo como si fuera un menor en su manada). En los omegas, su voz servía para calmar a los alfas o pedirles mimos. Jamás había escuchado a un omega usar su voz.
Era un lindo día de verano —al menos en Argentina— pero muy caluroso. Las ventanas de la casa estaban todas abiertas y todos usaban prendas para el calor. Cuando bajó a desayunar, frunciendo el ceño por los gritos que escuchó, se dio cuenta que eran Enzo y Rusher peleando otra vez.

—No entiendo cómo son novios —le dijo a Tiago, de forma interesada. La relación entre esos dos era algo curiosa, o al menos para él. Notó que el omega se ponía nervioso y sonrió. —¿Estás bien, Tiago? —imitó el tonito “inocente” que ese mismo había usado unos días atrás con él.

—S-Sí...

—¿Seguro?

Tiago asintió y Lit asintió también, cómo habiendo captado lo que el otro quería decir. Un rato después, sus miradas se dirigieron hacia la pareja reconciliándose, mientras Mari y Duki entraban para desayunar también.

—¿Otra vez se pelearon? —preguntó la chica alfa de hermosos ojos, tomando asiento al lado de Tiago, después de servirse su desayuno.

—¿Cuándo no? —fue la respuesta de Tiago.

—¡Eh, chicos! —exclamó Duki, mirando su celular, con el envase de jugo en la otra mano. —Nos invitaron a una jodita, ¿quién viene?

La mano de Tiago se levantó como si fuera un rayo e impulsado por esto, Lit también levantó la mano. Pronto, todos los habitantes de esa casa estaban de acuerdo para ir a la joda. La mirada de Monzón se dirigía todo el tiempo al omega de corte casco, quién se veía especialmente tranquilo ese día. Y eso era mala señal. Cuando Tiago estaba así de tranqui, solo podían significar tres cosas. La primera opción era que estaba triste pero no lo iba a decir; después estaba la posibilidad de que estuviera planeando una broma contra alguno y la tercera alternativa era que su celo estaba muy cerca.

—¿Sí te deja ir tu señora? —preguntó Thomas a broma, refiriéndose a Paulo, el omega de Lombardo, con quien no vivía todavía.

—Obvio, soy re fiel y él lo sabe.

—¿Ya te tomaste los supresores? —le preguntó Lit, cuando, cómo de costumbre, Tiago se metió a su habitación a robarle ropa (no se quejaba de eso, al final sus prendas terminaban con el delicioso aroma del chico omega.

—Sí —puso los ojos el blanco, en el fondo sintiéndose importante para el alfa.

—¿Los de olor o los de celo?

—Los dos.

—Ah, muy bien.

Tiago se escapó con su ropa y Lit sonrió. “Es adorable”, pensó el teñido. A la noche ya estaban todos en la joda, había bastante alcohol y otras sustancias, la música estaba a todo volumen y había pibas lindas bailando.

Una de ellas arrastró a Lit a bailar en cuanto lo vio, sin percatarse de la mirada llena de celos de Tiago. No había olor en la chica, por lo que supuso que era una beta —o una omega usando supresores—, sin darse cuenta que un omega los veía mal.

—¿Tas enojado, Tiaguito? —preguntó Duki, pasando su brazo alrededor de los hombros del menor, siguiendo su mirada y notando que observa a Lit. —Es un pelotudo.

—Sí.

—Pero vos también, ¿cómo va a notar que te gusta si todo el tiempo lo jodes y actúas como solo su mejor amigo? Da una señal, Tiaguito, a los alfas les gustan los omegas con iniciativa...

Tiago frunció el ceño, sacándole una risa al chico de cada tatuada, quién le dio una palmada en el hombro, al tiempo que se levantaba y le decía que iba a la cocina por agua o un trago —lo primero que viera— y le dijo que lo esperara.

Sin embargo, la vejiga de Tiago era algo impaciente y sintió la urgente necesidad de ir a mear, por lo que se levantó, yendo al baño de la planta inferior; pero se quedó de piedra cuando, antes de tocar, escuchó ruidos de garche. “Definitivamente, yo por ahí no paso”, pensó subiendo las escaleras.

Después de hacer sus necesidades y lavarse las manos, salió del baño. Iba bajando las escaleras cuando lo vio. Un chico alfa bastante lindo, que decía lindo, era demasiado guapo y éste también se fijó en él.

—Ey, nunca te había visto por aquí —el alfa se acercó, no retrocediendo por el hecho de que, para ser omega, Tiago era bastante alto. —Sos muy lindo.

—Gracias —sonrió.

—Uh, y tus labios... ¿te los inyectas? —acercó su dedo a su boca, poniéndolo algo incómodo. Él no quería un rollo de una noche y menos en una joda de algún amigo de Duki.

—No, son naturales.

—Espero que no te moleste que quiera comprobarlo... —lo tocó y ahora el toque se hizo más insistente. Estaban en una esquina sin mucha gente, pues la escalera no era un sitio al que la gente quisiera ir a menos que estuvieran de paso yendo a alguna habitación.

Entonces ocurrió. El chico lo besó y Tiago no supo cómo sentirse. ¿Había algo en él que le dio ese indicio al alfa? ¿Por el coqueteo asumió que podía besarlo? Trató de apartar al chico, pero solo logró que este tomara sus manos y las colocara por encima de él, contra la pared. Cerró los ojos, sintiéndose culpable cuando los labios tocaron su cuello.

Y de repente nada más que gritos y golpes. Abrió los ojos y vio a Lit, sí, al mismo Lit Killah al que su omega anhelaba tanto, encima del chico, golpeándolo.

No. Toques. A. Mí. Tiago. Hijo. De. Puta. —Cada palabra, un golpe pero lo sorprendente era que Mauro estaba usando su voz alfa. —Es mío, ¿entendés?

—¡Basta! —exclamó cuando sintió que Lit se estaba pasando. —¡Soltalo, Lit! —entre él y otro beta lograron separar a los dos alfas. —Lit, tranquilo, ¿sí? Estoy bien, gracias a vos... —la voz de Tiago era bastante dulce, haciendo que el alfa se relajara y soltara la tensión acumulada, pasando sus pulgares de forma suave por la mandíbula de Tiago, para finalmente darle un beso suave, un simple piquito.

Tiago correspondió el beso, sintiendo esas malditas mariposas en el estómago y viéndose otra vez como un omega de quince años viviendo su primer amor.

Tranquilo, alfa...

02/12/2023
21/04/2024

𝐊𝐈𝐍𝐆 𝐎𝐅 𝐌𝐘 𝐇𝐄𝐀𝐑𝐓 | litiagoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora