𝑿𝑰𝑿. 𝑪𝒆𝒍𝒐 𝒂𝒍𝒇𝒂

336 23 2
                                    

❝ THE MARK YOU SAW IN MY COLLARBONE ❞

La mudanza había transcurrido exactamente un mes después de la primera visita al apartamento. Había sido algo difícil para Tiago el separarse de su mejor amigo, Rusher, pues los dos omegas se consideraban hermanos del alma.

—¿Vas a venir a visitarme, Thomi? —le preguntó el omega más alto, mirando al santiagueño.

—No necesitas preguntarlo —se abrazaron.

Tiago también se despidió de Enzo y María de forma emotiva. Notó que Lit estaba un poco arisco y esquivaba a los otros alfas. Tiago no se hizo más insistente sobre eso y le dio la mano a su pareja.

En el departamento nuevo de ambos, estaban cajas con sus pertenencias. Apenas puso un pie en la vivienda, notó el aumento de feromonas de su novio, quién solo miraba su teléfono.

—¿Estás bien, Mau? —se acercó a él con cuidado y mostrándole una sonrisa, la cual fue devuelta por su pareja.

—Sí, amor, ¿por?

—No, nada.

Tiago se recargó en el hombro de Mauro, aspirando sus feromonas. Pasó sus manos alrededor del torso del alfa y movió su cabeza, hasta que esta quedó justo sobre el corazón del mayor y notó que éste latía muy fuerte. Lit tragó saliva al sentir a su novio de esa forma.

Podía escuchar con bastante claridad sus respiraciones y el latido acelerado de su corazón, pues Tiago traía su corazón saltando como loco por todas las avenidas de la ciudad. La mano de Lit fue hacia el cabello de Tiago y empezó a acariciarlo.

—Voy a entrar en celo —dijo con suavidad y cuidado, informando a Tiago de su estado.

—Está bien —se frotó contra su cuerpo, buscando quedar impregnado de la fragancia de Mauro.

—¿Sólo dirás eso? —No sabía si Tiago lo había tomado a bien o estaba pensando en irse mientras el alfa experimentaba su ciclo de calor.

—Ajá, lo pasaré con vos.

Aquello hizo que se quedaran en silencio, o eso parecía a oídos de Tiago, pues la sensibilidad auditiva de Lit captaba varios sonidos.

—¿Sabés cómo es un alfa en celo? —preguntó Lit, apartando a Tiago, para que pudieran verse a los ojos. Tiago negó con la cabeza—. Solo buscamos aparearnos, somos más salvajes y solo queremos dejar al omega lleno de nuestra semilla.

Aquellas palabras sonrojaron a Tiago, quién aún así dijo:

—Entonces tendré que comprar anticonceptivos.

—Puede ser.

Los dos se volvieron a quedar en silencio, disfrutando la compañía del otro, mientras Lit pensaba en que el celo alfa era tener la misma cantidad de calor y ganas de garchar que la de los omegas pero acumulados en un solo día.

Sin embargo, la compra de anticonceptivos jamás llegó porque amanecieron en la misma cama, con Lit sintiéndose caliente, como con fiebre, que pareció reducirse un poco cuando Tiago se montó en sus caderas y lo besó apasionadamente.

—Haceme tuyo —suplicó con una tierna voz omega, haciendo que las pupilas del alfa se dilataran del placer, llevando una mano a la nuca de Tiago y la otra a su cintura, y clavó sus dedos en esas mismas partes.

—Te voy a devorar —dijo con una voz completamente ronca y llena de excitación, haciendo que Tiago gimiera ligeramente en su regazo, sintiendo la erección de su novio aún en sus pantalones.

—S-Sí...

Las ropas de ambos desaparecieron rápidamente y pronto Mauro estaba comiéndose a Tiago a besos, sin dejar de tocar su cuerpo, queriendo saciar todo su instinto animal de dejarle un bebé en el vientre.

Las manos de Tiago fueron hacia la gran erección de su pareja, quién gimió cuando los suaves dedos de Tiago rodearon su miembro y empezaban a deslizarse de arriba a abajo. Antes de poder hacer otro movimiento, pues estaba dispuesto a chupársela, Tiago fue depositado en la cama, cambiando de posición, sintiendo la longitud de Mauro sobre su culo.

—Dios... Te voy a dar a mis hijos, omega —habló con voz pesada, cegado por el calor del celo, haciendo que Tiago cerrara los ojos y asintiera de forma sumisa, mientras sentía los colmillos del mayor clavándose otra vez en la marca en su cuello, sacándole un gemido.

Varios minutos más tarde, habían acabado de tener relaciones, por lo que Tiago se levantó y se dirigió hacia el baño del lugar para quitarse los fluidos en su cuerpo, aunque sabía que era en vano, pues Lit volvería a tener una nueva ola de calor en cualquier momento.

—¿Cómo te sentís? —había salido del baño, poniéndose una bata y yendo por un vaso para su alfa, quién respiraba frenéticamente.

—Bien, gracias, amor.

Tiago se sentó a su lado, tomando su mano, brindándole una sonrisa tranquilizadora. Mauro lo tomó del mentón y le clavó un beso apasionado.

—Nunca pasé mi celo con un omega —confesó, haciendo que Tiago se alegrara de forma inconsciente.

—¿Posta?

—Sí.

Una hora más tarde, mientras Tiago estaba haciendo algo de comer, sintió los brazos de su novio envolverlo y luego su pene rozándose contra su culo.

—¿En serio, Mau? —susurró, suspirando al ver que las manos de Mauro se dirigían hacia su torso y luego a sus tetillas. Se sonrojó furiosamente pues se estaba desesperando.

—Te necesito, mi omega —gruñó en su oído, haciendo que Tiago se sometiera y se inclinara, dándole mejor acceso para que lo llenara por completo.

Ambos gimieron cuando el mayor llenó por completo su interior, antes de comenzar a mover las caderas en un movimiento repetitivo de adelante hacia atrás. Tiago gimió cuando el alfa salió de su interior para cambiarlo de posición y subirlo en la encimera, para después volverlo a penetrar.

Y bueno, aquel día, y todavía en la mañana del siguiente, se la pasaron teniendo sexo por casi todos los rincones de su nuevo departamento, “bautizándolo”, en palabras de Lit unas horas después.

—Gracias, bebé —lo besó, mientras ambos se dirigían hacia la ducha, con el objetivo de sacarse todos esos fluidos de encima de sus cuerpos.

—Cuando quieras, Mauro —le dio un besito, antes de ambos meterse debajo del agua.

Y ambos se olvidaron por completo de los anticonceptivos.



19/12/23
26/06/24

𝐊𝐈𝐍𝐆 𝐎𝐅 𝐌𝐘 𝐇𝐄𝐀𝐑𝐓 | litiagoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora