𝑿𝑿𝑽𝑰𝑰. 𝑵𝒖𝒅𝒐

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❝ GIVE YOU MY WILD, GIVE YOU A CHILD ❞

El día anterior a la Navidad, Tiago estaba ocupado desde temprano preparando los postres con ayuda de su novio, quien estaba gustoso de ayudarle a su omega. Por la tarde se irían a la casa de la mamá de Tiago. Mientras Tiago se dedicaba a hacer la chocotorta, su pareja se dedicaba a hacer el turrón.

—Te ves sexy haciendo postres —le coqueteó su novio, guiñando el ojo, a lo que su omega respondió con un sonrojo. —Dios mío, amor, te sonrojás por todo.

—Bueno, tal vez no lo haría, si alguien no me dijera las cosas de la nada... —dijo, haciendo énfasis en 'alguien', dándole una mirada acusatoria. Giró los ojos, mientras ponía otra capa de galletas en la chocotorta.

—Ya tenemos un año saliendo, ¿y no te acostumbras? —Lit también puso los ojos en blanco.

—No, aún no... —el tono de voz de Tiago se relajó y estaba hablando con un tono casi... sumiso, reconoció Lit. "Todavía no puedo creer que seas mi novio y me quieras bastante", pensó. Al estar tan concentrado en los rasgos de su novio y en su silencio, Lit no se dio cuenta de que él había escuchado con claridad ese pensamiento de su novio hasta que parpadeó.

—Repetí eso —le mandó, sin querer sonando bastante serio.

—¿Repetir qué? —tragó saliva, sintiéndose nervioso. Había leído que algunas parejas, dependiendo de su nivel de compenetración, podían escuchar los pensamientos del otro y se sintió así de ansioso por el hecho de que Mauro escuchara su pensamiento un tanto inseguro.

—Escuché un '...No puedo creer que seas mi novio...', ¿por qué no lo creerías? Ayer me dijiste que amabas ser mi novio...

—¡Y amo nuestra relación! —Dejó de lado la actividad que estaba realizando para centrarse en su pareja, quien conservaba la calma, pero se estaba empezando a sentir algo molesto. —Solo que... como omega... a veces me ganan estos pequeños pensamientos inseguros y mi omega me dice '¿Es verdad que nos quiere?'

Lit suspiró y sintió que la tensión se evaporaba. Ambos rieron después de aquella explicación por parte de Tiago. A veces era normal tener pequeñas disputas en todas las relaciones, lo importante es siempre el cómo se lidia con ellas, cómo se resuelve, si lo hablan o no. Y al explicarse, Tiago sintió que aquella inseguridad se disolvía en el aire de forma patética.

Un rato después, cuando ya tenían ambos postres preparados, mientras Lit decidía disfrutar de una agradable ducha, Tiago se puso a empacar las cosas que requería para ir a pasar Navidad con su vieja y su hermana. Hablando de su hermana, estaba muy, muy orgulloso de ella, pues Ámbar había logrado su primera firma con una discográfica, persiguiendo ese mismo sueño de dedicarse a la música al igual que él.

Mientras estaba pensando en eso, se recordó que su celo no se había terminado aún y comenzó a buscar, con desesperación, algún supresor que hubiera quedado del celo anterior, pues según sus recuerdos, el último celo lo había pasado en sus vacaciones en el extranjero...

—¡Sí, sí! —festejó cuando en la caja de supresores encontró uno solo. Ese único le serviría, o al menos eso fue lo que pensó. Cuando su novio salió de la ducha, se sonrojó al ver su torso, como si nunca lo hubiera visto.

—¿Te gusto, mi amor? —El tono de voz de Monzón era bastante coqueto. Tiago se sonrojó aún más y asintió, pues sus ojos verdes eran como licor y su cuerpo era oro. Metió la cajita de supresores en la maleta y de repente, sintió que alguien, que quién más podría ser, le restregaba todo el paquete.

—Mau...

—¿Podemos hacerlo rapidito antes de irnos? —susurró con sensualidad en su oído.

—Me voy a duchar... —sentía el calor aumentando poco a poco, una nueva ola de calor se avecinaba.

—Pues entonces te follo en la ducha... ¿sí?

Finalmente estuvo de acuerdo, pues al llegar a la ducha, el calor ya se había apoderado de Tiago y este parecía desesperado por el miembro de Mauro llenando su interior.
El agua caía sobre ellos, mientras Mauro volteaba el cuerpo de su novio de modo que le diera la espalda. Puso las manos sobre su culo y lo masajeó mientras mordía su cuello una y otra vez. Tiago gemía, sintiéndose muy, muy caliente, ansiando el momento de la penetración.

—Mau... —gimió con desespero cuando sintió los dedos de su novio en su interior, queriendo que fuera una parte más gruesa del alfa.

—¿Cómo se dice, bonito?

—¡Ow! ¿Me vas a hacer rogar? —Habló con dificultad, pues el agua cayendo sobre él y la excitación eran demasiado como para poder articular correctamente las palabras.

—Sí, sé un buen chico y rogáme...
Tiago sintió que su rostro se ponía más rojo y más caliente, al mismo tiempo que sentía cómo su interior se lubricaba aún más. Los dedos de Lit salieron de su interior y se sintió vacío.

—¡Por favor! Por favor, alfa... haceme tuyo... dame tu pija... —gimió con desespero, mirando por encima de su hombro la sonrisita de Mauro.

—Así me gusta.

Se posicionó y empezó a entrar de forma lenta, como si nunca lo hubiera hecho. Las embestidas empezaron lentas, casi perezosas, teniendo el objetivo de hacer rogar a su pareja. Y tan pronto lo obtuvo, el sexo se volvió salvaje, casi animal. Habían cerrado el agua y Mauro follaba a Tiago como si no hubiera un mañana, mordiéndolo y arañándolo.

Tiago se sentía bastante cerca de su punto de culminación, cuando sintió que la base del miembro de su pareja se hinchaba, formando un nudo. Si bien anteriormente ya había sentido cómo su alfa lo llenaba de su semilla, aquella vez fue masiva. Se quedaron quietos por más de cinco minutos, mientras el semen fluía hacia el interior de su cuerpo.

Ambos se separaron en silencio tan pronto el nudo del mayor se deshizo y se quedó contemplando cómo su semilla salía rápidamente del interior de Tiago.

—Ups... perdón, Tiaguito… —Tiago puso los ojos en blanco y volvió a abrir la llave del agua, tomando el jabón.

—Mirá cómo me dejaste, ¡y vamos a ir a ver a mi vieja!

—Y estoy más que seguro que ahora sí te dejé embarazado —dijo en un susurro.



27/12/23
24/07/24

𝐊𝐈𝐍𝐆 𝐎𝐅 𝐌𝐘 𝐇𝐄𝐀𝐑𝐓 | litiagoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora