A la mañana siguiente hice todo como me lo indicó mi madre. Me dolió en el alma dejarla con ese maniático, le dije que desde que cumpla los dieciocho volvería por ella. Además Richard me prometió mantenerme al tanto de todo lo qué sucediera. Y eso me tranquiliza un poco.
Estaba en mis clases con Jenia, le quería preguntar si me podía quedar con ella ya que Melisa no estaba en la ciudad, y era la única persona donde podía quedarme.
__ Has mejorado mucho. -dijo Jenia secándose el sudor con una toalla-
__ Bueno tengo una excelente maestra. -dije regalándole una sonrisa la cual ella me devolvió-
__ Oye y... ¿Qué tal todo?... en casa. -dijo haciendo énfasis en la última palabra-
__ Respecto a eso te tenía que hablar. -dije jugando con mis manos-
__ ¿Sucede algo? -pregunto angustia-
__ No, solo que te quería preguntar si puedo quedarme contigo, solo son algunos días.
__ Claro no hay ningún problema. -dijo restandole importancia, me sorprende lo rápido que respondio, creo que debe ser incómodo dejar que un "intruso" entre a tu casa, pero Jenia desde que la conocí a sido muy cálida. Diferente al mundo en el sentido completo de la palabra, ella era muy indiferente con las cosas banales, lo material cosas que a muchos le importa pero a ella no y eso me sorprende aún ya sabiendo más cosas de ella-
__ ¿Sucede algo?
Me quedé algunos segundos en silencio y la pregunta resonó en mi cabeza, sentí como mis ojos se llenaron de lagrimas y como mis piernas temblaban haciéndome caer de rodillas al suelo, los brazos de Jenia me rodearon, ella no dijo nada solo me abrazó. Llore en su hombro mientras ella me daba consuelo.
__ De verdad lo siento.
__ No, -nego con su cabeza- llora lo que tengas que llorar y sufre lo que tengas que sufrir porque todo en la vida es efímero en esta vida todo cesa en algun punto y el dolor no es la excepción. y si tienes que gritar y si tienes que derrumbarte, derrumbate y si tienes que levantarte, levantarte házlo que tengas que hacer para iniciar de nuevo para poder sanar para poder ser feliz para poder vivir.
Llore en el hombro de Jenia un buen rato, siempre había llorado solo pero estaba vez me sentía tan protegido tan comprendido... en los brazos de Jenia, alguien con quien sentía esa confianza de contarle todo y saber que no seré juzgado.
__ Estoy aquí para escucharte -esas palabras fueron lo que me motivaron a contarle mi situación a Jenia, con lagrimas bajando por mis mejilla, con sollozos saliendo de mi boca, pero lo hice-
__ Perdón si te agobie con mis problemas y por mojar tu ropa. -dije apenado-
__ Esto no es nada, no te disculpes, tenias que desahogarte y me alegra que lo hicieras, te fuiste llenando de tus penas y no las dejaste salir por mucho tiempo y llego el punto de que ese jarrón explote pero... ¿Te sientes mejor después de todo?
__ No me siento de lo mejor, pero si mejor que antes.
__ Me alegra Halan, siempre estaré para escucharte.
Estuvimos allí durante todo el día, en ese mismo lugar, sentados en el suelo recostados de la pared. Hablando de cualquier cosa, de lo que había paso, de cualquier tontería. Y por mi mente se planto un pensamiento y es que Jenia siempre me había escuchado pero nunca la había visto llorar o contándome sus problemas.
__ Jenia nunca me has contado nada de ti, bueno de tu vida. -tenia tanta curiosidad que fui directo al grano-
__ ¿A qué te refieres?
__ Bueno tu siempre me escuchas, y yo quiero hacer lo mismo contigo, tal vez no sea de mucha ayuda pero desahogarse ayuda.
__ ¿Quieres qué te cuente un mini "draw my life"?
__ Si algo así.
__ Bueno viví con mi padre y mi abuela toda mi vida, según ellos decían mi madre no me quería y pues nunca la conocí -dijo encogiéndose de hombros- me crié con mi abuela ya qué mi papá siempre trabajaba pero eso nunca le impidió ser un padre súper atento y mientras el trabajo yo me quedaban con mi abuela ella era la mejor, ella era mi madre, siempre hacíamos galletas, bailamos y hablábamos de todo éramos ella y yo... ¡Oh por Dios! no quiero llorar. -dijo tapándose la cara y intentando disimular el nudo que llevaba en la garganta-
Le tomé de su hombro y le dije: __ Llorar esta bien Jenia. -se que se siente estar en esa situación donde las palabras casi no te salen y se por experiencia que cuando alguien te escucha y te presta su hombro para llorar te hace sentir mejor-
__ Ella se fue hace tres años, y fue lo peor, todos me dicen que ella se fue pero que seguía viva en mis pensamientos pero el problema es que recordar duele, duele saber que no la volveré a ver. Qué no podré sentir un abrazo más, duele no volver a escuchar su voz me duele no tenerla conmigo. -cataratas bajan por las mejillas de Jenia tras cada palabra que pronunciaba-
Pudo sentir su dolor, su angustia, su tristeza, ver como aquella chica fuerte que siempre sonreía, la que me daba consejos y me prestaba su hombro para llorar, se desmoronaba ante mis ojos, me dio a entender que aveces necesitamos ser el pañuelo de los demás, qué las personas que más sonríen también sufren y también necesitan personas que las escuchen.
Ella siempre se había mostrado fuerte y dispuesta a escucharme pero ella también necesitaba ser escuchada.
Tome su rostro entre mis manos y le dije lo mismo que me había dicho a mi algunas horas atrás:
__ Estoy aquí para ti y te escucharé. -ahí fue cuando me di cuenta, vi como sus ojos brillaban y sentí como los míos también, como nuestros ojos se conectaban y como mis mejillas se ruborisaban-
Nota de la autora:
Buenos días, tarde, noche o madrugada.
Este capítulo es uno de mis favoritos y pueden estar segur@s de que esta hecho con mucho sentimiento. Lo describiría como un viaje doloroso desde muertes hasta que aquellos que sonríen también necesitan ser escuchad@s.
Para aquellos que sonríen y están rotos tómense su tiempito para sanar esas heridas para estar en paz con su pasado y también con su presente.
Y para aquellos que perdieron una personita especial
debemos ser fuertes por nosotros y también por la personita que se fue, y recordar que ese momento va a pasar, que el tiempo lo va a curar y que aprenderemos a vivir con ello y ser más fuerte.Recuerden que no están sol@s y que van a poder vivir, crecer y superar todas las atrocidades que les mande la vida.
💙
Atte: Jerianny Aileen
ESTÁS LEYENDO
Halan: ¿Cuándo acabará la tormenta?
Teen FictionDetrás de una sonrisa hay una mentira, personas con su equipaje van por la vida, sonreír para no llorar y llorar cuando no puedes más. Todo tan monótono es. Tragedia, llanto, sufrimiento, soledad y melancolía, qué aveces me pregunto si podré encontr...