CAPÍTULO 5.

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-Ni creas que dormirás en mi cama. -Mencionó el menor al ver a Yeosang entrar a su habitación. 

-Conociéndote vine preparado. -Sacando una pequeña manta y colocándola en el suelo. 

Ni bien ambos se acostaron en sus respectivos lugares hubo un silencio incomodo, hasta que Jongho habló volviendo el momento aún más incomodo

-¿Vas a seguir apareciéndote?

-Jongho estás terminando con mi paciencia, te estoy diciendo que soy real, todos los doctores son reales, SOMOS reales. -Con un tono de molestia. 

-Es mentira, quieres seguir jugando conmigo pero no lo vas a lograr. 

-Sabes que, duerme, ya haré algo para que te convenzas. Se que la has pasado mal y juro ayudarte y vuelvas a ser el chico de antes. -Mencionó de manera calmada y cálida. 

-¿El chico de antes?, ja. 
Ese chico no existe más, ni siquiera quiero recordarlo. 

-Jongho, esto no es bueno para ti. -Acercándose a donde él estaba.

-Quédate ahí, no te quiero cerca.

-Pero como puedo ayudarte, si no quieres que ni me acerque, enserio quiero ayudarte, es mi trabajo y más que eso, eres mi amigo.

-Yo no puedo hacer amigos. Buenas noches. 

Fueron las últimas palabras de Jongho antes de ignorar a Yeosang y quedarse dormido, la estaba pasando muy mal. 

.

[Mensaje de texto]

-Yeosang, como vas con lo acordado.

-Es más difícil de lo que creí, pero lo haré como sea. 

-Debes apurarte, necesitamos las pruebas, y seguir con la investigación. 

-Estoy haciendo todo lo posible, pero mi paciente sigue con la idea de que no soy real  y blabla y me dificulta todo. 

-No tenemos mucho tiempo Yeosang, has lo que siempre haces, después de todo en unos meses no lo verás más, es la única manera. 

-Tienes razón...

-No hay arrepentimiento Yeo, sabíamos a lo que nos metíamos, todo por la medicina.

-Sí, todo por la medicina. 

-Bien debo irme, mi turno ya se acerca, cuídate y ya sabes... Todo está permitido. 

-Adiós...

.

-Ten Jongho, te traje tu desayuno favorito. -Dándole una bandeja con jugo de naranja y panqueques. 

-Yo no te pedí nada. 

-CHOI JONGHO, hasta aquí llegó mi paciencia, ven. -Jalándolo del brazo y llevándolo hasta su auto.

-¡QUE HACES! -Con asombro y molestia. 

-Escúchame, iremos a un lugar por un tiempo, debes alejarte de todo.

-¿Qué?

-Vamos a ir a un pueblito en las afueras de la ciudad, ya conseguí el permiso y aunque digas que NO, eso no cambia nada. 

-No quiero. 

-Jongho, ya no voy a tolerar tus faltas de desconfianza. -Lo tenía mirándolo fijamente a unos centímetros-. A partir de hoy todo se hará como yo diga. 

Jongho no le quedó de más que aceptar y durante todo el viaje solo hubo silencio. 

Al llegar al lugar, la casa que había separado Yeosang era fabulosa, comenzando con que estaba en medio de muchos arboles y alejado totalmente de las personas. Él ya lo había planeado todo, a Jongho le encantaba las plantas y siempre deseó estar en una casa rodeada con ellas y alejado del ''mundo''. 

Yeosang al notar la cara de felicidad de Jongho se dio cuenta que todo estaba saliendo como planeó o al menos por el momento era así. 

-Ya te diste cuenta que una persona ''irreal'' no haría esto. -Burlándose. 

-No es gracioso. 

-Bueno, entremos. 

Al entrar era aún más deslumbrante, todo estaba ambientado en la edad media, parecía como si estuvieras viviendo en esa época. Jongho simplemente se sentía maravillado. 

-Te gusta, ¿verdad?

-Esto debe ser un sueño, golpéame. 

-Bueno. -Le dio un fuerte golpe en la espalda. 

-¡OYE! -Con cara de dolor y viendo el lugar donde le dio el golpe. 

-Tu lo pediste.

Ambos echaron a reír, y las cosas comenzaron a fluir. 

Al llegar la tarde, Yeosang le tenía preparado una sorpresa que sin duda le encantaría. 

-Ya puedes quitarme esto, se siente raro. -Jongho tenía una venda en los ojos, puesto que minutos antes Yeosang se la había colocado para que no vea la sorpresa. 

-Jongho, espérate, no seas impaciente. 

Cuando ya se encontraban en el lugar, Yeosang le quitó las vendas y Jongho al ver el bello paisaje y los dos caballos en él, no dudó en darle inconscientemente un abrazo a Yeosang, a lo que él correspondió y luego como un niño pequeño fue a ellos. 

Sí, puede sonar infantil, pero Jongho anhelaba muchísimo algún día montar a caballo, desde que era un niño le decía a su madre que lo lleve. Todo creció cuando visitaron a su tío y él tenía un gran establo con 5 caballos, lamentablemente no pudo subirse a ellos por el miedo de su madre a que le pase algo, desde ese día siempre iba a verlos y apreciar a esos animales. Su madre al notar su gran afición hacia ellos, le regaló un collar de plata en el tenía un pequeño caballo y le dijo que representaba la inocencia y bondad de su pequeño hijo.

Inocencia que fue rebatada tiempo después...

Jongho siempre llevaba con él, el collar y recordaba esos días donde podía apreciar a dichos animales y para Jongho, los caballos representaban la fuerza y libertad. Cada vez que era castigado solo pensaba en ellos y podía seguir en pie, algún día creyó ser igual de libres como aquellos que corrían en el campo. 

Jongho solo quería ser feliz, él no tenía ni una pizca de malicia a pesar de todo lo que pasó.

-Son tan hermosos. -Estaba a punto de llorar de la felicidad. 

-No pensé que te gustaban tanto los caballos. -En realidad Yeosang, ya tenía todo calculado. 

-Me encantan, son animales tan únicos y con tanta magia. 

-Pues que esperas, son tuyos. 

-¿Qué?

-Los compré para ti, buenos para los dos, adelante. 

Jongho dudó un poco antes de subirse a uno, pero inmediatamente se bajó. 

-¿Que pasa?

-Nunca me subí a uno, solo los veía de lejos. 

-Me vas a decir que el Jongho rudo, ¿nunca subió a uno? 

...

-JAJAJAJAJA ven, yo te enseñaré. 

Ahí estaba Yeosang dándole unas pequeñas clases y Jongho estaba totalmente sorprendido, sí, aparte que admiraba los caballos por ser animales tan únicos, también lo hacía con las personas que los ''dominaban'' y ese fue siempre su sueño, tener un cabello y estar en él.

Solo que ver a Yeosang encima de uno, hacia verlo de otro mundo, ver la brisa por los cabellos dorados de Yeosang y los rayos de sol en su cara, era como apreciar a un verdadero ser irreal. 

Jongho simplemente quedó maravillado ante el hombre con el caballo, sin imaginar que estaba naciendo en él sentimientos que podrían ser su salvación o maldición. 



ENTRE CUATRO PAREDES [JONGSANG]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora