10. La Ayuda De Un Omega

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Giyuu trató de calmarse y secó las pequeñas lágrimas que estaban saliendo de sus ojos usando las manos. 

Él no podía derrumbarse tras ser abandonado por un Alfa. Él debía mantenerse firme, como lo había hecho todos esos años tras haber perdido a Sabito. 

Si el Alfa no iba a respetar ni tomar en cuenta sus miedos, había sido positivo que este dejara de acosarle, no?... Pero... Por qué le dolía tanto? 

Realmente era un Omega patético?... 

Giyuu se puso de pie y caminó lentamente hacia la puerta con el ánimo por el piso, volviendo a tener ganas de llorar. Había confiado en Sanemi... Creyó que podía ser feliz con otro Alfa... 

Por qué destruyeron sus esperanzas de forma tan violenta? 

Cuando Tomioka iba a abrir la puerta, un mesero le agarró del hombro y le impidió irse. 

- Oye! No puedes irte! Ni tu compañero ni tú han pagado la cuenta! 

- Qué? 

Giyuu volvió a secarse las lágrimas y miró al mesero con extrañeza. Sanemi no había pagado? Era su venganza por no haber sido un buen Omega? 

- Y-yo... Lo siento... Espere un poco... 

Tomioka metió sus manos en los bolsillos, y tras unos segundos, palideció. No tenía su billetera! Qué iba a hacer!? Cómo iba a pagar!? No se suponía que Sanemi le había invitado?... 

Tomioka suspiró y sus labios temblaron mirando al mesero. 

- Discúlpeme... No traigo dinero ahora mismo. Si usted me deja ir rápido a mi casa yo buscaré mi billetera y-

Una cachetada dio a parar a la mejilla de Tomioka, impidiendo que terminara de hablar. El mesero se veía completamente enojado, y su rostro se había tornado rojo por la ira. 

- Omega de mierda! Crees que puedes venir a este lugar a comer gratis o qué!? Esperas que te crea tu estúpido cuento!? De seguro no planeas volver a pagar! Maldito idiota! 

Tomioka se quedó paralizado emitiendo un diminuto maullido de dolor y miedo. Su mejilla se inflamó por el fuerte golpe y eso le causó más dolor. 

Giyuu no pudo contener más el estrés y comenzó a llorar de angustia. Emitió pequeños maullidos de miedo esperando a que su Alfa fuera a rescatarle y protegerle, pero era inútil. No había ningún Alfa que le quisiera proteger. 

- Me vas a pagar los 85 dólares, de alguna forma u otra! Y no vengas a hacerte la víctima y llorar, que te ves como un patético ladrón! 

- L-lo siento... Mucho... Lo siento mucho... 

Tomioka emitió un chillido cuando vio la mano del mesero levantarse otra vez, cuando otro Omega le detuvo. 

- Hey, déjalo, si? No ves que le estás asustando? Yo pagaré, anciano. 

Tomioka miró con los ojitos llorozos al Omega de cabellos negros y pestañas rosa, el cual estaba embarazado. 

Cuando la cuenta fue pagada, el mesero se retiró sin antes mirar con resentimiento a Giyuu. 

- Estás bien? 

Giyuu se limitó a asentir, temblando todavía por el miedo. 

- Ven acá, siéntate conmigo, si? 

- B-bien...

El Omega embarazado regresó a su silla a paso lento, mientras acariciaba con ambas manos su pancita redondeada por debajo de las telas de su ropa. 

❈Un Omega Terco❈Donde viven las historias. Descúbrelo ahora