30. Merezco Un... Alfa?

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Sanemi sintió la humillación caerle como balde de agua fría al enterarse de que Gyomei había sido testigo de su corta pero incómoda interacción con Kokushibo.

Acaso ese Alfa venía ahora a burlarse de él por ser tan patético? Por supuesto que era eso... En su cabeza, sentía que todos en la Academia Kimetsu se burlarían de su situación si se enteraran de que él, un Alfa y profesor temido en toda la escuela estaba esperando recibir amor de otro Alfa, cosa que era incorrecta y para nada natural.

Todavía no era capaz de comprender como había caído tan bajo por simplemente recibir una caricia en su cabeza por parte de un idiota como Kokushibo, el cual además apenas había conocido unas cuantas horas antes al chocar en el pasillo, y con el cual había alcanzado a tener cierto nivel de intimidad a causa de un incidente con el embarazo de su hermano menor.

Lo peor de todo era ver a Gyomei comiéndose el Ohagi que era para Kokushibo, lo cual consideró como una manera más profunda de burlarse de él. En su cabeza sonaba como "Mira, Alfa patético, me como tus ridículos esfuerzos de sentirte amado por un Alfa mejor que tú. No te mereces nada".

Le dolía ser humillado de esa manera, pero era cierto para Sanemi sentir que no se merecía ser amado. Por qué lo haría? Se comportó como un completo idiota con todas las personas a su alrededor, e incluso llegó a la violencia sexual con su compañero de trabajo Omega, Tomioka. Y por qué? Solo por ser un completo imbécil que quería una familia que le estuviera esperando en casa, sin importar obtenerla a base de manipulación, violencia y acoso. 

Simplemente era una copia idéntica del miserable de su padre, y eso le causaba tantas náuseas que quería vomitar. No podía asemejarse a ese bastardo... No debía hacerlo! 

Violentar a un Omega para tener una familia no era el camino correcto, y en su cabeza eso estaba claro, pero realmente estaba desesperado. Le irritaba que todos sus cercanos formaran familias felices y fueran amados... Por un momento pensó, en forma superficial, que si formaba una familia con Giyuu a través de forzarse sobre él, llegaría el punto en que Tomioka no tuviera más opción que amarle y después de eso serían felices juntos.

Su cerebro era tan básico que no era capaz de pensar en otras posibilidades, como ser más paciente con Tomioka y apoyarlo con sus miedos.

Qué hubiera pasado si realmente escuchaba sus complejos y le ayudaba a superarlos? Habría llegado el día en que alguien realmente se preocupara por él?

No valía la pena pensar en posibilidades nulas y destinos imposibles... De todas formas ya había perdido todas sus posibilidades con Tomioka, y este había caído en los encantos de Uzui.

Sanemi suspiró irritado y rodó los ojos, para después recuperar su compostura y gruñir hacia Gyomei para ocultar su vergüenza.

- Vienes a burlarte de mí, Gyomei? Vienes a refregarme en la cara lo patético que soy por haberme relacionado tanto con un Alfa, que además es nuestro nuevo compañero de trabajo? Ahórrate tus humillaciones, tengo la cabeza demasiado ocupada como para-

Sanemi emitió un jadeo y se quedó paralizado al sentir la enorme y cálida mano de Gyomei sobre su cabeza, acariciándolo y jugueteando con las hebras de su cabello blanco. 

Se sintió... agradable. No pudo evitar emitir un suave ronroneo y bajar la guardia, calmando su exceso de energía agresiva.

- G-Gyomei...

Él suspiró más calmado y levantó un poco la cabeza para ver a Gyomei a la cara, esperando que este explicara su actuar o simplemente dijera algo.

- Pensé que ese Ohagi que compraste con cariño no debía desperdiciarse. Lamento si Kokushibo no reaccionó de la forma que querías a tu gesto y fue cruel, aunque debo admitir que me sorprendió escuchar lo que pasó con él y contigo...

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