34. Malestares y Sorpresas

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Ya eran las 9:30 de la mañana, había terminado la primera clase de la jornada escolar, así que todos los estudiantes y profesores tenían un tiempo libre de 15 minutos antes de tener que volver nuevamente al salón.

Giyuu salió del gimnasio bastante agotado después de realizar su primera clase del día, suspirando y quitando el sudor de su frente con una toalla de mano.

El Omega se sentía bastante agotado tras la primera clase a pesar de que sólo hizo un par de ejercicios con los alumnos. Qué le estaba pasando? Probablemente era por la familia Uzui que se estaba volviendo un poco flojo.

Bueno, ya llevaba viviendo con Tengen y sus esposas desde hace tres semanas, (solo un par de días después de su primer apareamiento con Uzui) y entre que su sueño era cortado por los llantos de bebé durante la madrugada, y lo cálido que era dormir entre los cuatro individuos, se sentía más cansado y se estaba volviendo flojo.

Tomioka sonrió para sí mismo mientras empezaba a caminar por los pasillos para ir a la cafetería y comprar alguna barra energética para recuperar energías.

Cuando entró a la cafetería vio a todos los alumnos en las mesas jugando y comiendo, algunos tomando desayuno u ocupando el teléfono, y a lo lejos vio a Muichiro cuidando a Genya, el cual ahora ya tenía un embarazo visible y una pancita más redondeada.

Cuánto llevaba...? Serían aproximadamente cuatro meses, si recordaba bien.

Le alegraba ver que ambos se encontraban bien. Recordaba todo el conflicto que tuvo con Sanemi a causa del embarazo de su hermanito, y que el Omega siguiera embarazado hasta este punto era porque de seguro Sanemi no tuvo más opción que aceptar la decisión de su hermano de tener al cachorro.

Si era honesto no apoyaba el embarazo de adolescentes, pero si apoyaba al adolescente embarazado. Giyuu sonrió a la distancia al ver como Muichiro acariciaba la panza redondeada de Genya, y hasta donde estaba Tomioka parado se escuchaban los ronroneos de felicidad del Omega.

Era adorable... qué se sentiría vivir eso...? 

Giyuu apartó la mirada de ambos jóvenes cuando fue su turno de comprar en la cafetería, pero fue detenido por un apretado abrazo de la encargada del negocio. Suma.

Tomioka soltó un jadeo ahogado al ser apretado con tanta fuerza, pero apreciaba ese gesto de todas maneras. Ya estaba acostumbrado a vivirlo todos los días desde que las esposas de Tengen obtuvieron el puesto de trabajar en la cafetería.

Durante la mañana Suma se encargaba de vender las cosas mientras que Makio y Hinatsuru preparaban los almuerzos en la cocina para más tarde, cosa que Giyuu consideraba lo mejor, porque con los antiguos trabajadores de la cafetería la comida era asquerosa.

- Hola Giyuuuuuuuu~!!!!!

Suma agitó al Omega entre sus brazos y le llenó la carita de besitos, a lo que Tomioka se puso rojo y suspiró. Esa mujer sí que era amorosa... no se quejaba. Era lindo.

- H-Hola, Suma...

- Qué quieres comprar, Giyuu? Hoy traje muchísimos dulces!! También tengo galletas, caramelos, papitas y... De todo! Todo está muy rico, Giyuu San! Te daré un descuento especial porque te amo mucho! 

- U-uh...

Tomioka sentía como su cara ardía con intensidad, tanto por las palabras de Suma como por las miradas que recibía de los alumnos y profesores alrededor. Se ponía tímido cuando le daban demasiada atención, más si era un caso como este.

- Ahm... Quiero una barra energética. Tengo bastante sueño y necesito energía...

Suma asintió con una sonrisa y fue a buscar una barra energética entre las cajas que tenía en el suelo.

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