Arpía astuta

920 165 122
                                    

Sintió como la respiración de Ougai se calmaba un poco, con el teléfono en mano decidió llamar al primer contacto que apareció en las llamadas del castaño.

En el aula, atsushi de veía inquieto, Osmau se había tardado en volver y la risa de cierto grupo le estaba colmando la paciencia.

Lo hubiera llamado pero estaba sin saldo - Sus padres habían olvidado pagar - y Ryuunosuke había dejado el teléfono en casa.

Se sintió un poco más tranquilo al ver cómo su teléfono se iluminaba y mostraba el nombre del más altos.

– ¿Osamu? ¿Dónde estás? He estado.... ¿¡QUE!? VOY PARA ALLA. – Atsushi se puso de pie y salió corriendo, ni siquiera le importo lo que sea que haya gritado su profesor de gimnasia.

– ¿Amor qué sucede? – Pregunto Ryuunosuke quién corría a su lado.

– Osamu... Está encerrado en la bodega de los balones. – Dijo con dificultad.

– ¿Está solo? –

– No, está con Nakahara pero no han podido abrir la puerta, tiene seguro. –

– Oh... Iré por la llave.  – Dijo Ryuunosuke cambiando el camino.

¡Claro la llave! ¿Cómo pudo ser tan tonto?

– Espero que tengas una buena excusa para correr por los pasillos Nakajima. – Fue detenido por un fuerte brazo.

– Oda-Sensei... –

– Está prohibido correr por los pasillos. –

– Oda-Nii, Osamu... Le hicieron una broma pesada y está encerrado en la bodega del gimnasio. –

El rostro calmado de Oda se transformó.

Si, cualquiera que conociera bien a Osamu sabría que tiene miedo a la oscuridad, un miedo profundo.

Oda lo acompañó hasta el gimnasio.

Por su parte Ryuunosuke había robado exitosamente la llave de la bodega, aunque el profesor de gimnasia no parecía muy feliz con la azaña del azabache.

– AKUTAGAWA DAME LA LLAVE, TENGO CLASE CON LOS DE TERCERO. – Grito mas no podía alcanzar al chico. – Maldición, ojalá así corrieran en clase.

Akutagawa perdió de vista al profesor al girar por los pasillos. 

¿Por qué el camino se sentía tan largo?

– ¿En serio? Que dulce eres~ – Una chica de cabello negro caminaba por los pasillos, parecía que justo había ido al baño. – Pero Yukio-Kun ¿Estás seguro?... Si tú lo dices.

Reía mientras hablaba por teléfono, sin esperar ser levemente empujada por un apurado Ryuunosuke.

No cayó pero casi tira el teléfono, eso desató su cólera.

– ¿Qué mierda? Mira por dónde vas idi... Ryuunosuke ¿Que pasa? –

Akutagawa sintió asco al ver cómo ella le llamaba por su nombre de pila.

Igual tomo un poco de aire, ya no podía correr más.

– Osa... Mu... Oscuridad... Gimnasio. – Una vez dijo, o intento decir eso, corrió nuevamente.

La chica vio como la figura desaparecía entre los pasillos de la escuela mientras lo veía confundida.

– ¿Sucede algo preciosa? – Escucho al otro lado de la línea.

– Ah... Osamu. – Suspiro. – ¡Te juro que no sé si tengo un novio o un hermano pequeño! Que horrible ¡Le tiene miedo a la oscuridad!

– Vaya, si que suena como alguien infantil. – Se rió y ella volvió a suspirar.

Promesas rotas - Soukoku [FINALIZADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora