Incómodo

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Después de que Dazai acompañara a Chuuya hasta la oficina de la orientadora, se hizo una costumbre para ambos que Osamu ayudará a Chuuya cada que se perdía.

Así transcurrieron las primeras semanas de clases hasta el punto en el cual se podían considerar amigos.

Aunque discutían todo el tiempo.

En ese punto ya se conocían de más de dos meses y medio, pero jamás profundizaban su contacto.

Eran amigos, pero no eran cercanos.

– ¡Deberías beber más leche! – Le gritó el castaño.

– ¡Para tu información tengo 16 y aún estoy en crecimiento! – Respondió en el mismo tono.

Atsushi y Akutagawa parecían haberse acostumbrado a esta situación, por lo cuál simplemente los ignoraban.

– ¡Osamu ya basta, pareces un niño! – La chica se paró entre los dos adolescentes mientras reprendía a su novio.

– Eso, escucha a tu novia Ougai. – Se burló Chuuya.

– Uy eso sonó a celos Nakahara. – Sonrió victorioso.

Michiko parecía perder la paciencia.

– No seas infantil Osamu. –

Esa frase solía ser la más común y cualquier otra que incluyera a Dazai comportándose como un niño.

Michiko odiaba profundamente cuando Dazai hacia eso, realmente lo detestaba.

Esto hacia enojar a los amigos del castaño, pues aseguraban que eso era parte de la escencia de Osamu.

Sin embargo, el implicado solo bajaba su cabeza y obedecía.

– Vamos a la tienda, tengo hambre. – Lo tomo del brazo y se lo llevó a la fuerza.

Chuuya no dijo nada, pero realmente le parecía un poco incómodo de ver.

No era quien para juzgar relaciones ajenas, de hecho el nunca había tenido pareja, pero podía notar como la relación de Ougai Osamu no era del todo sana.

– Te juro que la detesto Ryuu. – Soltó Atsushi una vez la chica estuvo lejos. – Si no fuera por Osamu, La mandaría a comer... lo que ya sabemos.

– A mi tampoco me agrada, pero debemos respetar la decisión de Osamu. – Ryuunosuke puso su brazo sobre los hombros de Atsushi. – Se me hace tierno cuando tratas de insultar.

Eso fue dicho contra el oído del albino y este no tardó en tomar un color más rojizo en su rostro.

– Por dios estamos en la escuela. – Se quejó Tachihara.

– Estoy de acuerdo con Tachi. – Le siguió Chuuya. – No coman pan enfrente de los pobres.

《♡》

– No estoy segura de esto, Mori. – La mujer tomo un sorbo de su té.

Estaba en la oficina de Fukuzawa hablando con ambos, aunque el de cabellos blancos casi no participaba en la conversación.

– Es decir ¿Por qué ocultarles que se conocen desde los 4 años? –

– Se darán cuenta cuando sea el momento. –

– Entonces es mejor apurar eso, Chuuya no deja de preguntarse donde había escuchado el nombre "Osamu" y empieza a ser molesto. –

– Es mejor darle tiempo al tiempo. – Fue lo único que Yukichi dijo.

Pero demostró estar del lado de su esposo.

– Es que, no lo entiendo. –

– Es simple Kouyo-kun.  – Mori junto sus manos sobre el escrito. – Si les decimos, las cosas se pondrán incómodas entre ellos. No es lo mismo lo que paso entre Ryuunosuke y Osamu, que lo que paso entre Osamu y Chuuya.

Promesas rotas - Soukoku [FINALIZADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora