¿Pasado?

989 167 126
                                    

Chuuya logro estabilizar a Dazai, aunque aún se veía un poco aturdido.

Fyodor le ofreció una botella de agua para que se calmara un poco y parecía estar funcionando. 

– ¿Don-Donde está Michiko? – Pregunto mirando a la nada.

– No lo sé, cuando salimos ya no estaba. – Le fue sincero.

Chuuya no pudo comentar nada cuando las lágrimas cayeron de los oscuros ojos de Osamu.

– Ella... Ella realmente no me ama... Siempre lo sospeche pero hoy lo he confirmado... Soy un idiota. – Se lamento. 

Fyodor se sintió un poco mal por el castaño, realmente se veía triste.

– Lo eres. –

– ¿Chuuya? – Fyodor pareció muy sorprendido de esa respuesta.

– Pero eso no es malo. – Le acarició la espalda. – Simplemente estabas enamorado de ella y querías creer que ella no te haría daño, solamente la amabas lo suficiente para intentar olvidar sus defectos... Pero amar también es saber dejar ir y darse un lugar.

Eso hizo que Fyodor se sintiera más tranquilo, era más propio de su Chuuya dar palabras de apoyo.

Sonrió un poco y supo que debía irse.

– Chuu, debo volver a casa. – Le dió un pequeño beso en la coronilla. – Nos veremos otro día, recuerdo que ahora tú me debes una cita.

Cuando Fyodor le dió un giño, se sonrojo un poco pero aún así asintió.

– ¿Quieres quedarte aquí? – Le pregunto a Dazai.

– No, me iré a casa. – Se puso de pie, pero sus piernas aún estaba débiles por lo cuál se tambaleó. – Gracias por todo Nakahara... Y lo siento.

– No seas estúpido. – Le dijo poniendose de pie y tomo su brazo para servirle de apoyo. – Dame la dirección de tu casa e iremos en taxi... Sobre lo otro, luego hablamos de eso.

Osamu solo pudo hacer caso, no tenía ganas de llevarle la contraria al rojizo.

No hablaron gran cosa durante el viaje, Osamu solo vio su teléfono para no sentirse incómodo y lo primero que vio fue un mensaje de Michiko.

La chica le decía que había pasado algo urgente y tuvo que irse.

¿Cuánto más iba a mentir?

Decidió no responderle y posar su vista en la mano de Chuuya, quien inconscientemente sostenía la suya, dándole pequeñas caricias para tenerlo tranquilo.

¿Cómo podía ser tan dulce con él después de como lo trato los últimos días?

Finalmente llegaron a casa de Ougai y Chuuya se negó a recibir dinero de su parte.

Vio a los alrededores y se sintió cálido, era una calle bastante acogedora.

Su mente se llenó de una extraña melodía que sabía que la había escuchado pero no en dónde.

Si das la vuelta por el parque central.

A la casa de Samu llegarás.

Para volver al hogar, tus pisadas seguiras.

Aún con Osamu sosteniéndose de él, tocó el timbre de la casa.

Una chica de cabellos rubios le abrió la puerta, parecía estar en una llamada importante, ya que, no presto mucha atención a ellos.

Tardó unos segundos en notar lo débil que parecía estar su hermana y entonces entro en pánico.

Casi empujo a ambos hacia la casa y los sentó en la sala de estar.

Promesas rotas - Soukoku [FINALIZADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora