Tenía libre el día hasta las 6 pm que me tocaba trabajar.
Casi a la 1 de la tarde mi ropa salió de la lavadora, la coloqué en una cesta y salí al jardín trasero para colgar las prendas. Mientras tendía la ropa, un fuerte golpe se escuchó en la casa de al lado, como si se hubiera caído algo.
Caminé hacia la cerca de madera que dividía mi jardín del suyo, pude ver entre las tablas a mi vecino: estaba sacando unas bolsas negras a los contenedores de basura, luego vi como ingresaba a su casa azotando de un portazo.
Me quedé recargada en la cerca, no me daba nada de confianza, pero tal vez estaba siendo una paranoica, aun así, prestaría más atención a lo que hacía porque lo que menos quería era tener vecinos conflictivos.
Regresé a la cesta, continué sacando el resto de mi ropa humeda para terminar de tenderla. El clima estaba soleado, así que mi ropa no tardaría mucho en secarse.
A las 5:30 de la tarde, ya me encontraba lista para ir a trabajar, volví al jardín a meter mi ropa ahora seca y subí a acomodarla en mi closet. Tomé mi mochila de la sala y salí de mi casa.
Mientras estaba cerrando, vi a mi vecino entrar a su casa con unas maletas estilo deportivas. Estaba bajando de su auto varias de ellas.
Por ahora probablemente todos los vecinos lo veían normal o simplemente nadie prestaba atención a su alrededor, al menos yo sí lo hacía. Nunca entendí como hay personas que no se fijan en su entorno, hay muchas cosas que pasan buenas o malas y ellos jamás lo notarán.
Cerré mi puerta, di un vistazo rápido a la otra casa, en serio había algo que despertaba mi curiosidad o tal vez era porque él se veía extraño.
Me fui de ahí, rumbo a mi trabajo. Al llegar, mis compañeros se encontraban con el uniforme puesto.
—Llegas 1 minuto tarde —anunció Max con fingido enfado—. ¡Estoy que no me lo creo! —rio por ello, actuando como un dramático.
—Me distraje un poco —contesté sin importancia, aunque era la verdad—, fue por eso —caminé a la parte trasera y me puse mi uniforme.
......
El trabajo de hoy estuvo muy ajetreado. La cantidad de gente que recibimos nos mantuvo tan ocupados que no pudimos tomarnos ni unos minutos de descanso.
Regresé a casa en transporte, 5 minutos después, bajé en la parada de autobuses y caminé una cuadra para llegar a mi casa. Antes de acercarme a mi casa, me llamó la atención la casa del vecino. Otra vez se miraba extraña. Se veían casi todas las luces apagadas, excepto una luz de la parte de abajo.
Lo que me hizo preocuparme fue cuando vi que la puerta de su auto estaba abierta, pero no había nadie cerca.
Miré a mi alrededor si no había nadie y corrí a la casa de mi vecino. Iba a tocar la puerta para avisarle que habían abierto su auto, pero noté que la puerta de su casa estaba entreabierta.
La abrí y en efecto: la casa estaba abierta. Entré sin hacer ruido y miré la casa. Lucía ordenada, pero no veía a ninguna persona o intruso por aquí.
No prendí las luces y caminé hacia el interior de la casa.
—¿Hola? Vecino —hablé normal, pero no tan fuerte. No era una hora correcta como para estar gritando.
Continué caminando y llegué a la sala donde estaba la única luz prendida. Saqué mi celular para llamar al 911, puesto que todo esto, se estaba tornando raro.
Me detuve cuando vi que en el piso de la sala estaban todas las maletas que mi vecino metió cuando me fui a trabajar.
Mi curiosidad pudo más y me agaché para abrir una de esas maletas. Solté mi teléfono del susto por lo que acababa de ver en la maleta: estaba repleta de armas de distintos tamaños.
Agarré mi teléfono y me levanté con rapidez, las luces de la casa se encendieron y me asusté.
—¿No te han enseñado a no meterte en asuntos que no son de tu incumbencia? —dijeron a mis espaldas.
—Yo... yo... —me giré y pude visualizarlo a unos metros de mí—. No quería... yo...
—Mocosa, te acabas de meter en un gran lío —caminó a paso calmado en mi dirección, mostrando un semblante que causaba terror.
—No diré nada —los nervios y el miedo no me dejaban moverme de mi lugar—, lo juro.
—Es un hecho que no lo harás —rio y se detuvo frente a mí—, porque haré que te lleves mi secreto a la tumba.
—Por favor... —susurré al borde del llanto.
—Eso debiste pensarlo antes de andar de curiosa —puso su mano en mi cuello y me empujó hacia la pared. La presión que ejercía me estaba dejando sin aire.
No quería morir y menos de esta manera.
—No... ayuda... —hablé con dificultad y coloqué mis manos arriba de las suyas, intentando que me soltara, pero fue en vano, su agarre era demasiado fuerte.
Lo último que pude ver antes de desmayarme, fue su rostro, notablemente molesto.
• Kashimo •
Una vez que logré desmayarla, solté su delgado cuello. Dejé uno de mis brazos en su espalda y pasé mi otro brazo por debajo de sus dos piernas para poder cargarla.
Bajé al sótano y la acomodé en una silla de metal. Busqué entre mis cosas guardadas y saqué una cuerda para amarrarle tanto pies y manos a la silla, después coloqué una mordaza en su boca, dejando a la chica sentada, en lo que se despertaba.
Salí del sótano cerrando con candado la puerta, en caso de que ella despertara antes de tiempo. Caminé a la sala a recoger las maletas cargadas con armas y las metí en un baúl antiguo, vi un teléfono celular tirado en el piso, el cual supuse que era de la mocosa entrometida y lo levanté de inmediato.
Fui al auto para cerrar la puerta y me metí a mi casa colocando doble seguro, revisé que todas las cortinas estuviesen cerradas, sin oportunidad de que algún otro individuo apareciera o viera el interior de la vivienda.
Me senté en la sala mientras pensaba en qué demonios iba a hacer, ya que yo no mataba ni a mujeres ni a niños.
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In The Shadows | Hajime Kashimo (LIBRO 1)
FanfictionLas malas decisiones te llevan a cometer actos atroces, pero siempre hay una luz... al final del túnel. -Historia original -Los personajes pertenecen a Gege Akutami -Lenguaje y contenido explícito -Historia desarrollada fuera del mundo de JJK