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Narrador Omnisciente •

La mañana del lunes se sentía más fresca de lo normal.

En los pasillos de la Universidad de Nebraska-Lincoln había docenas de estudiantes, preparándose para ir a sus primeras clases, tomando libros de sus casilleros o simplemente estaban platicando con algún otro compañero.

—Estamos a una semana de salir —pronunció la joven castaña—, ya quiero que lleguen las vacaciones.

—Los días se pasarán rápido, ya lo verás —contestó su amiga, mientras sostenía un par de libros en sus brazos—. Por cierto, ¿dónde está Alice? —cuestionó mirando a sus dos amigos.

—No debe de tardar —respondió Thomas con neutralidad—. Me mandó un mensaje diciendo que llegaba en 5 minutos —el joven miró el reloj en su muñeca, notando que el tiempo ya había transcurrido—, en cualquier momento llega.

Ambas compañeras asistieron con la cabeza y se quedaron recargadas en los casilleros, mientras continuaban conversando entre sí.

Thomas se alejó unos pasos de distancia con el objetivo de pararse en el centro del pasillo y mirar en ambas direcciones, buscando a su amiga.

Buscó un poco más, hasta que un minuto después, la pudo divisar entre la multitud. Alice se veía tan diferente que si no la conociera de hace años, juraría que no era la misma chica que caminaba animadamente por el pasillo.

Thomas permaneció quieto, mirando con atención su andar.

Alice usaba un vestido floreado de gasa color azul marino, el cual se ceñía a su cuerpo en la parte superior, haciendo notar su pequeña cintura. El maquillaje en su rostro consistía de matices rojos y negros que combinaban a la perfección con su cabello planchado, permitiendo que su tono de piel resaltara.

La chica seguía avanzando por el corredor bajo la atenta mirada de varios hombres y mujeres, cosa que ella no notó, pues venía absorta en sus pensamientos y demasiado contenta. A pesar de que usaba zapatos de plataforma, caminaba sin dificultad alguna y con total seguridad, sosteniendo su mochila en un solo hombro.

Por esta ocasión, hubo más de una persona que saludó a la joven con un "buenos días", saludo que Alice regresó sin necesidad de detener sus pasos.

La universitaria se detuvo en cuanto localizó a su amigo en el pasillo, quién tenía una cara de asombro.

—Quita esa cara, Thomas —pronunció la chica con un toque de gracia—, sigo siendo yo.

—¡Ah, sí, sí! —respondió con tartamudeos por el nerviosismo—, buenos días, Alice.

—¡Alice Carter! —pronunciaron a espaldas de Thomas, pues no la habían reconocido hasta que la chica habló—. ¡No lo puedo creer! —dijo Ciara con total sorpresa—. ¡Qué bien te ves!

—¡Dios Mío! —se acercó Mikayla y tomó a Alice de la mano para hacerla dar una vuelta en su sitio. Acción que hizo sonrojar a Alice—. ¡En verdad eres tú! ¡Luces espectacular!

—Te ves bien, Alice —musitó Thomas en voz baja, limitándose en decir algo más.

—Muchas gracias —agradeció la avergonzada chica por la cantidad de halagos de sus amigos—, lamento la tardanza, pero ya les traigo la información de la convocatoria —la joven abrió su mochila sin descolgarla de su hombro y sacó una carpeta con un paquete de volantes—. ¡Miren! —entregó una copia a cada uno de sus amigos para que pudiesen verlos.

—¡Quedaron increíbles! —aseguró Mikayla en el momento que vio el volante.

—¡Bastante! Nos interesaba que quedaran muy llamativos.

In The Shadows | Hajime Kashimo (LIBRO 1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora