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Atención: ¡Este capitulo es para las personas que van al día con el fic! (antes de que mandara la historia a borradores)

Si vas en los primeros capítulos, evita leer este ¡¡para no caer en spoilers!!

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Alice

Quería que la tierra me tragase y me escupiese lo más lejos posible. Esa pregunta fue como un balde de agua fría, las ganas que tenía de sexo se apagaron de golpe.

Me sentía avergonzada, sumamente avergonzada.

—¿Pero cómo es... —intenté preguntarle y mis palabras no terminaron de salir. Ni siquiera quería mirarlo a los ojos.

—Salí a buscarte y da la casualidad que estabas en el otro cuarto —pausó, acercando sus labios a mi oreja—, masturbándote.

—Yo… —no tenía idea de qué responder, sentía cómo mis mejillas comenzaban a enrojecerse a causa de lo que decía.

—Tus gemidos sonaban tan lindos, bonita —continuó diciendo—, que fue imposible no mirarte.

—Por favor, Kashimo —lo empujé despacio, logrando que se separara de mí—, no hables de esa forma —susurré sin mirarlo, acomodando mi vestido con rapidez.

—Solo estoy diciendo la verdad —sonrió inocente, para después posar ambas manos en la barra, a cada lado de mi cintura y acercándose otra vez—, ayer no pude atender tus necesidades debido al cansancio y me disculpo por ello —me tomó del rostro, obligándome a verlo—, pero en este instante voy a remediarlo, preciosa —no me dejó responder, dado que, se adelantó en besarme.

Una de sus manos me abrazó de la cintura con fuerza, elevándome unos centímetros de la barra, con su otra mano bajó mi ropa interior, quitándola en solo segundos y volviendo a sentarme con cuidado.

—Kashimo, escucha… —dije y volvió a besarme, impidiéndome hablar. Sus labios comenzaron un camino de besos hasta llegar a mi cuello, también noté cómo su mano se posaba en uno de mis muslos.

—Abre esas lindas piernas, Alice —pidió en voz baja, dando un leve apretón en ellas—. Ábrelas para mí —asentí con la cabeza, dejándome llevar la manera en que lo pidió.

Kashimo se acomodó entre mis piernas y no perdió el tiempo, ya que sentí cómo sus dedos comenzaban a frotarse en mi zona. Esta vez no había nada de por medio que le impidiera hacerlo.

—Sé que estás molesto —mencioné en un quejido, tratando de mantener mi voz calmada—, y que actúes de una manera tan tranquila me confunde —una pequeña risa se escuchó por parte de Hajime.

—Lo estoy, bonita —contestó sin mirarme—, por eso hoy no planeo ser delicado contigo —uno de sus dedos se introdujo en mi interior, haciéndome soltar un par de gemidos que no pasaron desaparecidos, Hajime apresuró dichos movimientos sin dejar de masajear mi clítoris con su pulgar.

—Kashimo, por favor… —supliqué por más. Desde ayer andaba deseosa de esto, y que él me tocara hizo que todo el calor regresara a mi cuerpo.

—¿Tienes idea de cómo me pones? —pronunció antes de sacar su dedo de mi interior—, solo tus gemidos bastan para ponerme erecto, preciosa —posó sus manos en mi cintura con el propósito de apegarme a él, lo más que se pudiera. Me percaté de los roces que estaba teniendo conmigo, podía sentir a la perfección lo que anteriormente me había dicho—. Tengo ganas de cogerte, Alice —su rostro se alejó de mi cuello y terminó recargando su frente con la mía, creí que iba a besarme, pero me sorprendió que no lo hiciera.

In The Shadows | Hajime Kashimo (LIBRO 1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora