Me resulta increíble que Hirano-san se haya aventurado a buscarlos. Hirano-san siempre es un hombre amable y pocas veces lo he visto enojado, se que suele enfadarse mucho con sus amigos cuando no hacen las tareas o incumplen las normas de la institución pero esto se salió de control.
Niibashi, un compañero de clases pudo avisarme cuando comenzó la pelea. Me siento sumamente apenado. Hirano-san tuvo que ir contra ellos por mi debilidad.
No puedo depender de Hirano-san todo el tiempo, tiene que verme como alguien responsable, como su amante. No como un niño que hay que cuidar.
A toda prisa, atravieso los pasillos del colegio, intentando no tropezar con nada y me dirijo a la parte posterior del campus, divisó a lo lejos a tres chicos en el suelo y a Hirano-san sumamente enojado gritándoles.
Al verlo mi corazón vuelve a tomar pulso, él está bien. Lo veo sin un rasguño y eso me alivia. Hasta siento pena por los chicos que se levantan a duras penas mirándonos con rencor, uno de ellos aún se encontraba en el piso. Háganme acordar de no hacer enojar a Hirano-san.
Me aclaro la garganta y prosigo: —Ya es suficiente— dije con voz firme. —No quiero más peleas, ni problemas. Somos un equipo y debemos resolver nuestras diferencias de otra manera.— pienso que si bien nuestro entrenador no es el mejor ejemplo, en mi familia conocemos lo que es la unidad y trabajo en equipo. ¿Cómo fui a perder algo tan significativo en el camino?
—¿Quién te crees que eres para meterte en nuestros asuntos?— gruñó uno de los chicos, tratando de mantener su actitud amenazante. Sin esperar más, me acercó a los matones y les habló en voz baja, pero con un tono autoritario.
—El entrenador me nombró capitán del equipo, es mi responsabilidad que esto haya ocurrido, no fui lo suficientemente fuerte para afrontar esta situación pero ha entrado en juego una persona importante en este conflicto por culpa de mi incompetencia— Dirijo la mirada hacia Hirano-san, que se encontraba a mi lado.
—Por eso, tomaré las medidas necesarias que corresponda— finalizó. Mi mirada denota una determinación invaluable.
—Si entonces ¿Qué hará un imbécil como tú que no sabe ni jugar al baloncesto, para echarnos del equipo?— dijo otro de los matones, desafiante.
Me mantuve firme, sin dejarse provocar por las palabras de los chicos. Sabía que tenía que actuar con cautela y demostrarles que no estaba dispuesto a permitir más problemas para el equipo. Desde que ellos entraron al equipo, no causaron más que estragos. No entrenaban y abusaban de los fans. Cuando trataba de detenerlos me culpaban a mi por no hacernos ganar.
—Estoy tratando de ser un mejor líder. No solo se trata de ser fuerte físicamente, sino de ser fuerte mentalmente y emocionalmente. Un verdadero líder sabe cómo resolver los conflictos sin dañar al equipo. Y eso es lo que voy a hacer ahora mismo —respondí con seguridad en mi rostro.
Tengo que demostrarles a ellos, y a Hirano-san que puedo valerme por mi mismo.
Sin embargo, a pesar de mis palabras, los matones no parecían dispuestos a escuchar. Trataron de abalanzarse contra mí para hacerme retroceder. Uno de ellos intentó lanzar un golpe sorpresa, pero logré esquivarlo a tiempo pero se digirió a Hirano-san. Lo detuve antes de que pudiera alcanzar a mi amado compañero de cuarto.
No podía permitir que nadie lastimara a Hirano-san. Con un rápido movimiento, lo bloqueé con mi brazo y aparté al agresor empujándolo hacia atrás. Los otros matones parecían sorprendidos por mi reacción y retrocedieron unos pasos.
Hirano-san intervino una vez más. Con agilidad y determinación, se interpuso entre el otro matón que se levantó para atacar cerrándole el paso.
—¡Ya es suficiente! —gritó Hirano-san con voz decidida—. No permitiré que sigan causando problemas. Si quieren pelear, tendrán que enfrentarse a mí y al consejo estudiantil, ¡Les juro que no se saldrán con la suya esta vez!
En ese momento, sentí una oleada de determinación y valentía recorrer mi cuerpo. No importaba cuántos matones estuvieran allí, no iba a dejar que le hicieran daño a la persona que más me importaba en el mundo. Aproveché ese momento de confusión para tomar la mano de Hirano-san y jalarlo hacia mí.
Y ver la oportunidad para tomar el control de la situación. Con una mirada decidida, me dirigí a los matones nuevamente.
—Está claro que no entienden el verdadero significado de ser parte de un equipo. — tome aire profundamente y declare. — ¡¡¡A partir de este momento, quedan expulsados del equipo para siempre!!! — mi con voz fuerte resonando por todo el lugar. —
Los matones se miraron entre sí, llenos de rabia y frustración. Sabían que habían cruzado una línea y que no había vuelta atrás. Con resignación, se marcharon del lugar, pero no sin antes lanzar miradas llenas de odio hacia nosotros y maldecirnos en el camino.
— Tsk, Malditos Maricas— refunfuña uno mientras se agarra los costados adolorido — Lo pagarán. —
Aun tomando de la mano de Hirano-san, noto que él miraba atentamente donde se iban los matones. A pesar de que, en su bello rostro denotaba enfado por la situación, en sus ojos azules se reflejaba igualmente el atardecer, tiñendo el cielo de tonos cálidos y dorados.
Por fin, me sentía a la altura de estar con Hirano-san, pienso mientras acarició suavemente su mano.
Juro que me esforzaré por convertirme en un hombre digno de su amor.
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Hirano To Kagiura
Romance-Quiero tocarte, Hirano-san.- Entiendo que los de primer año tengan las hormonas alborotadas pero ¿esto es demasiado no? Historia basada en el manga del mismo nombre. ¿Cómo comenzará a florecer esta nueva pareja? ¿Qué obstáculos se encontrarán al...