Capítulo 9: Mi motivación

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— Kagi-kun. Kagi-kun. Oye, te estoy hablando. — abro los ojos lentamente. Me quedo dormido.

Miro a mi alrededor y veo que estamos sentados uno al lado del otro, hace rato estábamos concentrados en nuestros libros de estudio. No sé exactamente en qué momento me quedé dormido.

Después de sus clases adicionales, Hirano-san me brinda tutorías personalizadas. Siempre se esfuerza al máximo para obtener las mejores calificaciones, pero aún así encuentra tiempo en su agenda para ayudarme con las asignaturas en las que no soy hábil.

Esta iniciativa surgió cuando nos enteramos de que podríamos ser separados como compañeros si no obtenemos un buen promedio. Ambos nos negamos firmemente a que eso sucediera. Y como no me va bien en las asignaturas principales, tengo que esforzarme al máximo para mejorar mis calificaciones en un 60% y así evitar alejarme de Hirano-san.

Hirano-san tampoco quería que nos separemos por eso ambos pactamos estudiar después que él saliera de clases y yo del entrenamiento.

Ahora estoy entrenando intensivamente tanto por la mañana como por la noche. Hemos reducido el número de miembros en nuestro equipo debido a lo que sucedió anteriormente.

Mi equipo y yo estamos buscando reclutar nuevos integrantes. Estamos buscando en toda la institución, realizando entrevistas y completando formularios para los posibles nuevos miembros. Esta combinación de entrenamientos intensivos, clases extendidas, exámenes y la búsqueda de más miembros para el equipo me está agotando enormemente.

Hago lo posible para no quedarme dormido, no quiero decepcionar a Hirano-san, él también se está esforzando.

— Lo siento Hirano-san, me quedé dormido. — froto mis ojos mientras enfoco mi vista hacia su dirección.

— No importa Kagi-kun. — me regala una sonrisa dulce y reconfortante mientras acaricia suavemente mi cabello de manera amable. — Se que estas muy cansado, te desperté para que te vayas a la cama porque si te quedas acostado sobre la mesa pescaras un resfriado. — 

No puedo evitar mirarlo encantado. Definitivamente me casaré con él.

Sonrío internamente mientras me pongo de pie y recojo mis cosas. Hirano-san siempre se preocupa por mí, incluso cuando estoy agotado.

Me levanto y me estiró perezosamente, veo a Hirano-san preparar sus cosas para mañana. Ahora que lo pienso nuestros horarios últimamente no coinciden mucho, eso hace que lo vea muy poco.

Realmente lo extraño mucho. Pasó la mayor parte de los entrenamientos y actividades pensando en él. Desearía estar todo el día con él.

Trato de mantener mi cabeza ocupada así no pensar tanto en él pero a veces se vuelve imposible.

— Kagi-kun, ¿te entrarás a bañar primero? — pregunta Hirano-san sacándome de mis pensamientos intensivos.

— Si, entraré primero Hirano-san. — él asiente y prosigue a seguir ordenando.

Paso a su lado y noto que no lleva sus típicos piercings. Eso es inusual.

— Hirano-san. — él se gira en mi dirección y pone sus hermosos ojos azules en mi. — ¿Por qué te sacaste tus piercings? ¿Te están molestando?

— No, es solo que tuve que sacarlos temporalmente. Mañana tenemos que visitar universidades estatales para futuros postulantes y la universidad que me asignaron asistir es estricta con la imagen. — lo veo suspirar resignado — Así que tuve que optar por sacarlos hasta que acabe esa excursión. — hace ademanes para restarle importancia.

Lo miró detenidamente. Lleva unos pantalones sueltos, junto con una camiseta de algodón con estampado de una banda de punk rock. Su cabello despeinado con sus mechones a los costados ligeramente ondulados. Su cabello rubio, suave y brillante, complementa a la perfección con su hermosa piel que pide a gritos ser marcada.

¿Puedo tocarte, Hirano-san? — pronunció en voz alta.

Sus ojos conectan con los míos profundamente. La intensidad de su mirada me hace perder el aliento, y no puedo evitar sentir un cosquilleo en lo más profundo.

Él asiente lentamente, perdido en sus propios pensamientos.

Estiró mi brazo y acarició suavemente su mejilla, lo siento temblar ligeramente por mí tacto pero no se aparta. Suavemente me dirijo a sus orejas que de a poco se van tornando rojizas. Trazo con mis dedos el lugar donde se supone que deberían estar sus perforaciones.

Él me mira expectante. Ambos acordamos una situación en particular, para que él me vea como una potencial pareja amorosa propuse demostrarle con muestras de cariño cómo sería yo como novio. 

Anhelo que me mire como un futuro amante. Y eso es exactamente lo que quiero hacer.

Eso sucedió una tarde, cuando me abrumó por las sensaciones que me despertaba estar a su lado. Nibashii me dijo que debería cambiar de tácticas y hacer que Hirano-san me considerara como un posible interés amoroso.

Ante las negativas y rechazos de Hirano-san, decidí probar una idea diferente para ver si así tengo más suerte. Esa tarde exprese: —Me dejarias tocarte una vez al día. Así simularemos que somos pareja, de ahí podrás ver si puedo ser una potencial pareja para ti. —

Su rostro se llenó de desconcierto. No creía que realmente estuviera planteando esta situación. Después de mirarme y entender que no estaba bromeando lo considero en silencio.

El tiempo pasaba sumamente lento mientras veía en sus ojos duda e incertidumbre. Al final de unos minutos habló: — Está bien, pero solo serán 10 segundos. Ni más, ni menos Kagi-kun. —

Su aceptación generó una oleada de sensaciones desbordantes. ¡Dijo que sí! Gracias Niibashi, recordaré comprarte muchos Manjus en el almuerzo.

Desde ese momento mis intenciones y anhelos de tocarlo eran expresados en palabras. Mis manos ardían por tocarlo todo el tiempo pero tenía que regular mis instintos por respeto al acuerdo. Tampoco quería que Hirano-san se sintiera incómodo, así que podría tomarlo con calma aunque en el interior esté muriendo por sentirlo.

En estos 10 segundos que transcurren, mis manos que tocaban sus orejas viajaron lentamente a su cuello de forma inconsciente. Escucho el latido de mi corazón retumbar en mis oídos. Su piel es increíblemente suave y delicada. ¿Cómo se sentiría lamer o morder su cuello?

— Kagi-kun, ya pasaron los 10 segundos. — observó su rostro nuevamente, ligeramente sonrojado pero molesto por no respetar el tiempo acordado.

Su hermosa voz me saca de mis cavilaciones. ¿En qué estaba pensando?

Retiro mi mano a duras penas. Las ansias a flor de piel. Siento como me queman las manos y una adrenalina sube en mi.

Hoy será una dura noche.






Hirano To KagiuraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora