Luego de hacer diferentes actividades en la nieve. Nos encontramos en la pista de hielo porque Kagi-kun insistió en ir. Me sorprendió ver que Kagi-kun también sabe patinar sobre hielo muy bien. Los deportes en sí le sientan de maravilla. Es un atleta de primera, no importa en qué rama sea.
Me detengo a observar mientras patina, sus movimientos comienzan con pequeños deslizamientos, donde Kagi-kun empuja con delicadeza los bordes de los patines para ganar impulso. Y a medida que adquiere velocidad, sus andadas se vuelven más fluidas.
Pero lo más hermoso de ver era la expresión de felicidad en su rostro mientras patinaba. Kagi-kun irradiaba alegría y emoción, disfrutando cada momento en el hielo.
En momentos específicos voltea a verme, regalándome una sonrisa llena de complicidad y alegría, mientras seguía patinando con destreza dando saltos y giros cortos. Kagi-kun se impulsaba con fuerza, girando sobre un pie mientras mantenía el equilibrio con gracia. Los brazos se extienden, creando una hermosa estela en el aire.
Se acerca a mí en un ágil movimiento.
— Hirano-san ¿Quiere patinar conmigo? —
— La verdad, nunca intente patinar Kagi-kun —
— Yo puedo enseñarte — dice mientras se le iluminan los ojos.
Kagi-kun últimamente es muy insistente en ayudarme. Inicialmente, se esforzaba por despertarme temprano por las mañanas o realizar labores de limpieza. Aunque kagi-kun se mostraba muy agotado siempre quiere hacer cosas por mí, según él "Quiere estar a la par conmigo y ayudarme".
— Cuento contigo. — dije con una leve sonrisa.
Puedo considerar estas clases de patinaje como una forma de agradecimiento por las lecciones particulares que le doy.
Me pongo los patines y miro con duda el hielo.
— En todo momento estaré a tu lado para cuidarte, Hirano-san. No te asustes, no dejaré que te caigas. — dice expresando seguridad y confianza.
— Tu pequeño, quién está asustado ¿eh? — dije un poco enojado, dando un ligero golpecito en su cabeza.
Él se palpa el golpe riendo y me ofrece suavemente su mano, juntos entramos al hielo. El hielo es firme y sólido, proporcionando una base estable para patinar. La mano de Kagi-kun no me suelta en ningún momento.
La pista de hielo es sumamente amplia, hay barandillas alrededor del lugar y luces colocadas en postes alrededor de la pista o incluso en el suelo, lo que crea una atmósfera mágica y festiva.
Nunca intenté patinar, pero con ayuda de Kagi-kun pude andar bastante. Cada vez que me sentía inestable, Kagi-kun me sostenía la cintura con firmeza para evitar que me cayera. Sus manos cálidas y reconfortantes me daban confianza al aprender a andar.
Poco a poco, fui ganando más seguridad en mis habilidades sobre el hielo. Kagi-kun me mostraba técnicas y movimientos básicos, y siempre estaba dispuesto a repetirlos conmigo una y otra vez hasta que los dominara.
Gracias a su ayuda constante, logré progresar en el patinaje sobre hielo mucho más rápido de lo que esperaba. Ya no necesitaba que me sostuviera todo el tiempo, pero Kagi-kun seguía a mi lado, animándome y celebrando cada pequeño logro.
La oscuridad se apoderó rápidamente del entorno mientras la noche caía pesadamente. Sin embargo, las luces y linternas presentes en el lugar brillaban de manera sorprendente, tal como los padres de Kagi-kun habían mencionado.
Los destellos de luz iluminaban cada rincón, creando un ambiente enigmático y misterioso, pero a la vez mágico y vibrante.
Las linternas de papel, con sus diseños intrincados, se balanceaban suavemente en el viento nocturno, proyectando sombras danzantes en las paredes cercanas.
El brillo de las luces se reflejaba en el suelo, creando un efecto mágico en el que parecía que caminaban sobre estrellas.
Se escuchó un ruido y el cielo se llenó de vida cuando los fuegos artificiales coloridos y vibrantes iluminaron la oscuridad de la noche. Sus formas y destellos eran tan deslumbrantes que resultaba casi imposible apartar la mirada. Pero no tan deslumbrantes como la sonrisa de Kagi-kun que miraba la función embelesado.
Cada cohete ascendía hacia el cielo dejando una estela de colores brillantes y chispas que estallaban en el aire. El estallido de luces y los estallidos de sonido llenaba el corazón de cada persona.
Los fuegos artificiales de tonalidades intensas pintaban el cielo con tonos de rojo, azul, verde y dorado, creando un espectáculo de luz y color que parecía sacado de una película.
Mientras mi mirada se encontraba con la de Kagi-kun en un momento de conexión silenciosa, inesperadamente decidí tomar su mano. Su rostro reflejaba sorpresa y timidez, pero no rechazó mi tacto. Al contrario, apretó mi mano con fuerza, como si también sintiera la necesidad de ese contacto.
En ese instante, sentí una inmensa necesidad de tocarlo yo también, de sentir su presencia más cerca. Mientras nuestros dedos se entrelazaban, sentí cómo el calor de su mano se transmitía a la mía, creando una sensación reconfortante y eléctrica. Un cosquilleo recorrió mi piel.
Por primera vez sentí la inmensurable necesidad de tocarlo yo a el.
¿Está bien que sea yo quien lo toque esos 10 segundos?
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Hirano To Kagiura
Romance-Quiero tocarte, Hirano-san.- Entiendo que los de primer año tengan las hormonas alborotadas pero ¿esto es demasiado no? Historia basada en el manga del mismo nombre. ¿Cómo comenzará a florecer esta nueva pareja? ¿Qué obstáculos se encontrarán al...