Largo día (Matt Murdock)

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Estaba en la cocina planeando que hacer de comer, acaba de llegar del trabajo y sabía que Matt no tardaba normalmente salía a las 7 de la tarde y faltaban 40 minutos.

El tiempo perfecto para ver un tutorial de YouTube y tratar de cocinar lo más decente que pueda para ambos.

Llevaba 3 videos vistos ya de cómo preparar pollo con arroz, y es que me encantaba cocinar, pero claramente no era la mejor en ello.

Y no creo que Matt quiera comer comida china otra vez, tendré que sacar mis dotes mexicanos para que la comida me quede bien, lo bueno es que tengo pollo preparado, no debe ser tan difícil solo cocinarlo y ya.

Tenía puesto guantes, lentes y una gran chamarra, en el maldito video de YouTube no explicaron que el aceite saltaba tanto.

Y fue ahí cuando lo escuche llegar, carajo no tenía listo el pollo ni el arroz, pues cuanto tiempo pase armándome de valor para poner el pollo en el aceite.

Escuche como abrió la puerta y dejo las llaves en el tazón a lado de la puerta.

- Amor, ya llegué.

- Estoy en la cocina. - le grite mientras seguía peleando con el pollo.

Sentí sus manos abrazando mi cintura.

- Tienes frio o porque la gran chamarra? - pregunto soltando una risita.

- Es que este pollo no se deja cocinar. - le dije con la voz algo nerviosa ya que el pollo seguía saltando.

- Mi amor por que no pediste comida? - me pregunto alejándose de mi yendo a sentarse a una de las sillas de la barra.

- Quería cocinarte algo, que tipo de esposa soy solo pretendo que cocino, pero pido la comida y sé que lo sabes por tu super sentidos. - le dije apagando la estufa ya fastidiada de este pollo.

- Mi amor, pero quien te metió esa idea, yo puedo comer lo que sea además antes de conocerte muy apenas y comía, créeme que el haberte conocido cambio totalmente mi vida. - me dijo acercándose a mí que estaba recargada del otro lado de la barra. - créeme que no me importaría comer todos los días comida china.

Dios me había casado con el hombre perfecto, me resolvió.

- Pero dime la verdad toda esta idea es tuya, porque si es una inseguridad o complejo el cocinar podemos tomar clases juntos o algo, pero dime ¿es idea tuya o no? -me dijo comando mis caderas y masajeando con sus finos dedos.

- Bueno es que, la verdad una compañera estaba hablando de como enamoro a su esposo, que le cocinaba comidas increíbles, que él siempre le decía que su comida era mejor que la de cualquier restaurante. -dije agachando la cabeza. - y me pregunto que como le había hecho yo para enamorarte, que tú eres todo un partido y yo no sabía hacer nada, que debía ser porque no podías ver mis fracasos de comida.

- Y esta señora de verdad te conoce? - me pregunto con su voz algo más profunda.

Sabia por su lenguaje corporal y el cómo su voz se hizo más profunda que ya se estaba empezando a molestar.

Y es que este hombre si de por si no le gustaba que se metieran con los demás, creo que cuando me conoció se volvió el doble de protector conmigo.

- Pues sí, trabajamos juntas desde hace tiempo, y yo le estaba contando a Lily que tenía ganas de comida italiana y me estaba recomendando un lugar con servicio a domicilio, y pues escucho y ya me dijo eso. - le dije intentando ocultar mi puchero, porque, aunque sabía que no podía verme el me conocía perfectamente.

- Pero mi vida, porque le haces caso a esa señora. - me pregunto moviendo una de sus manos a mi mejilla. Donde la acaricio y recargue mi cabeza en ella, la verdad estaba agotada de las críticas de ellas en el trabajo.

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