TRADUCCIÓN: Esta historia no me pertenece.
Autor: A Really Big Idiot
Kaname traicionó brutalmente a Zero a un destino peor que la muerte. 100 años después, Zero ha reaparecido con una apariencia que nunca hubiera esperado: la apariencia del oscuro...
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Hace 140 años
Mientras estaba sentado en el banco del parque de la ciudad, un joven Kaname observaba a los habitantes de la ciudad pasar a su lado a la luz del sol poniente. Los amarillos y rojos moribundos del sol pintaban de color la ciudad, pero la calidez de esos colores no llegaba hasta él en el frío suelo de abajo. Pero la gente seguía pasando a su lado. Madres con sus hijos pequeños. Parejas jóvenes. Una mujer en patines con su perro. Un hombre corriendo. Todas estas diferentes y variadas personas pasaban junto a su banco y no le dirigían la palabra.
Permaneció sentado en el banco durante horas, incluso mientras el sol se ocultaba y la pálida luna daba vueltas en el cielo.
"Kaname, ¿Qué demonios estás haciendo aquí?" Le preguntó una voz cansada pero familiar.
Kaname se volvió hacia la voz de su padre. El hombre parecía cansado a pesar de que acababa de despertarse. Kaname cerró los ojos y se inclinó más hacia el frío banco del parque. "Dime, padre. ¿Por qué siempre estoy solo?".
El mayor Haruka miró a su joven hijo y suspiró. "Eres un sangre pura, Kaname. Somos la raza más rara y pura de los vampiros. Sin embargo, los mejores siempre son los más raros y los más raros siempre están solos".
"¿Siempre estaré solo?" preguntó Kaname con ligereza.
Su padre se pasó la mano por el pelo. Miró a su joven hijo con simpatía. Aunque los sangrepura eran la más rara y poderosa de todas las formas de vida de esta tierra, la maldición de los sangrepura era probar continuamente la amargura de la soledad. Era el talón de Aquiles de su raza: la soledad que todo lo consume. A pesar del hecho de que los sangre pura podían vivir todo el tiempo que quisieran, seguían siendo una especie rara. Ninguna otra criatura puede entender esta maldición de los sangre pura. Vivir para siempre, ser todopoderoso, ser siempre joven, ser muy respetado... todas estas cosas se sentían como pobres premios de consolación cuando los seres queridos morían, los amigos fallecían y los tiempos cambiaban.
Esa era la razón por la que los vampiros se mantenían alejados de los humanos. Aunque los humanos eran una fuente de alimento, si un vampiro, especialmente un sangre pura, se apegaba demasiado a uno, se vería totalmente consumido por el vigor y la alegría que tenía la humanidad. Sus vidas estaban tan llenas de aventuras, emociones y plenitud. Los humanos eran tan apasionados y tan variados que un vampiro podía dejarse llevar por su frenesí y volverse adicto a la vitalidad de su vida. Sin embargo, sus vidas eran tan breves y desaparecían como las flores de primavera y las hojas de otoño. El dolor de la pérdida y la comprensión de que nunca se podría evitar era un destino con el que muchos de su especie nunca podrían lidiar.
Los vampiros nobles y los niveles inferiores de los vampiros también experimentaban esta verdad sobre los humanos, pero para los sangre pura tener relaciones con los nobles podría ser como una relación con los humanos. Todas las cosas pasaban. Lo único que no podía cambiar eran los propios sangre pura.
