A través de la rendija

2 0 0
                                    

No tuve miedo.
Cuando ingrese al hotel, pedí mi habitación y fui a dormir de inmediato no lo note, una puerta que pase de largo, sin nada especial, tan invisible como el aire que corría por mis pulmones, y al igual que el aire abandonando mi cuerpo, el recuerdo de la puerta abandono mi cabeza.

Pero siempre volvía, en ocaciones; se quedaba todo el día conmigo, atormentando me incesantemente, como si fuera un objeto ajeno que no debería estar ahí, quizás por su falta de número en la habitación, quizás por el sentimiento de ser observado al pasar cerca de ella.

Pero no sentía miedo alguno, perturbación quizás, pero no miedo.
Cuando pregunte para calmar mis nervios a la recepcionista.
"Es el armario de mantenimiento", una respuesta que no me satisfacía.

Mire por la rendija de esa puerta y vi una cama....y lo que me parecía la sombra de alguien, ¿esa estúpida recepcionista me había mentido?, ¿con que proposito?, me parecía ilógico.
Me fui a dormir, y no soñé con aquella puerta.

A la mañana siguiente, después de terminar mis obligaciones regrese al hotel y subsecuentemente a mi habitación.
Intente no ver otra vez, quizás esa era la habitación de la recepcionista, quizás le asustaba que fuera a intentar algo.
No pude resistir y volví a mirar por la rendija.

La habitación seguía igual pero había alguien ahí, apenas veía un brazo saliendo de una de las esquinas de mi campo de visión, pero estaba ahí.
Al día siguiente volvía a mirar, pero esta ves todo era oscuro, tendrían las luces apagadas?, no; anteriores días había estado iluminada tenderete, pero visible.
Había sido tapada la rendija, me decepcione.

Al volver a mi habitación note como algo recorría la orilla de mi campo de visión, intenté ver que era, pero se me escapo a la vista, era como si alguien apareciera y desapareciera de mi vista.

Cuando fui a dormir lo note más claro, no eran alucinaciones.
Al pasar de los dos siguientes días se volvía cada vez más claro, alguien estaba en mi visión periférica, siempre en el borde, a punto de no ser detectado, pero lo suficientemente visible para ser notado. Al voltear siempre desaparecía.

Cuando llego el momento de abandonar aquel hotel intente volver a mirar por la rendija de aquella habitación una última vez, pero seguía en completa oscuridad, cuando estaba apunto de levantarme para irme note algo;eso no era un oscuro en su totalidad, tenia toques marrón, y confirmando la teoría que apenas estaba formulandose en mi cabeza, lo que estaba del otro lado parpadeo.

Pero no tuve miedo, si siquiera cuando al volver a casa seguía viendo a alguien en las orillas de mi campo de visión, o cuando al entrar a la habitación cuando a penas abría la puerta, por una fracción de segundo alcanzaba a ver a alguien asomándose de el otro lado, ni siquiera cuando la veía observarme a través de las esquinas, siempre de lejos, siempre a plena vista, siempre incompleta.

Cuando de verdad tuve miedo. Fue cuando al levantarme e ir a lavarme los dientes, vi ese mismo ojo que me observo por aquella rendija, esta vez; en el fondo de mi garganta reflejada en el espejo de el baño.
Fue ahí, donde sentí terror.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Nov 15, 2023 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

los cuentos descartados de un escritor indecisoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora