El llamado de la bruja

Cuando Cae La Noche (Ciudad De Sonbras)

Cae la noche en la ciudad y con ella empiezan de a poco asomarse viles despojos de humanidad.
Calles oscuras y lúgubres que resguardan en las sombras, almas en pena, perdidas, sumidas en el abandono de personas vivas.
Lugares que abren sus puertas, para que algún desafortunado o descarriado mate su pesar, ahogándose en alcohol entre la densa niebla del humo de cigarrillos.
La noche cae y con ella llegan los gatos que se esconden o corren sobre los tejados, escapando de quienes quieren encerrarlos, perros vestidos de traje y corbata que hacen sus artimañas, dejando a un lado el daño que causan, se limpian las patas y siguen como si nada. 
Selva de asfalto y concreto donde en la noche se hace desierto, tierra de nadie, donde algunos salen a la caza de sus presas, otros se pierden en los laberintos de sus mentes, forjados por alucinógenos químicos ya inherentes.
La noche cae sobre la ciudad y con ella llega y despierta la maldad de seres sin corazón, sin amor y sin compasión, donde hacen de las suyas y los únicos testigos de sus fechorías son tenues luces amarillentas de alguna cuadra en tinieblas.

La noche cae sobre la ciudad, y la misma se transforma, los locales comerciales cierran sus puertas, prenden sus luces y carteles luminosos, dándole vida a las avenidas, pero por otro lado la vida nocturna se vuelve turbia, las sombras se apoderan de callejones apartados donde el caminar solo se torna pesado, el sonido de los tacones de una chica al caminar hacen eco en la oscuridad de la noche, su misma sombra le proporciona un escalofrío, volviendo la mirada sobre su hombro, como si alguien le susurrara.

«La chica camina sola, bien arreglada, pintada y vestida de negro, con su andar glorioso y sexy, quién sabe a dónde va, dónde se dirige (de seguro viene o va a una cita)».

Orcos carroñeros asechando, escondidos, cuales oscuros demonios tras las sombras, se abalanzan sobre la chica, para trastornar su mente, corromper su piel y usurpar su cuerpo, tratándola como si fuera una cualquiera, viles inquisidores, sacando su basura, la basura que llevan dentro, llamándola de perra y bruja, sin tener argumentos, queriendo ser verdugos de tan lindo cuerpo, despojando de ella su atuendo, maltratando y menospreciando su ser, su vida, dejándola abandonada y desecha, en cualquier mata de un descampado alejado.

Desprotegida, desnuda en la noche fría, casi sin vida, donde la cruel y amarga Parca, se apareció para cubrirla con su capa y pasarla al otro lado sin que nada le pesara, lugar en el cual se juntaron padre e hijo para sentenciar su destino, en el cual se pusieron de acuerdo en mucho tiempo.

—Denle la opción y que ella elija de ir al infierno o al cielo.

Tras difícil decisión la Parca tomó otra opción, de tomarla en brazos, cubrir y calentar su cuerpo con su velo negro, dándole en su frente un beso negro, proclamado:

—¡Tú vivirás y te trasformarás!

Vivirás en libertad, de tus acciones tomarán conciencia, de tus palabras, de tu sabiduría y de tus letras se llevarán grandes sorpresas.

Vivirás entre la luz y la oscuridad, el desamor no te afectará porque no vas a ser sumisa, sino la puta Ama, la que domine a quien se le ponga al lado y venga sin piedras en la mano.

Vivirás en amor intenso, con bondad y libertad, pero siempre donde se entregue todo, dejando atrás todo lo malo que te ha tocado en esta miserable vida, pero sin olvidarlo.

Vivirás y verás, que miles te seguirán, haciéndote grande, sin que te des cuenta de que vas dejando huella entre tanta mierda, revuelta de este mundo de miserias.

¡Tú vivirás y te trasformarás!

Te trasformarás en una maldita bruja, vivirás en la luz, en la flor de tu vida y en la oscuridad de tus letras malditas, verás como el tiempo gira y te hace grande sin la necesidad de vengarte, porque sabes que el juicio llegará y cuando te reencuentres con todos lo que te hicieron daño, los harás pagar, mostrándoles el infierno que llevas en tus manos.

Sumida en el dolor de mis heridas, ultrajada sin compasión, veo su manto oscuro que me arropa, me lleva a la cúspide de la vida y la muerte, deciden por mí, sí, lo hacen porque estoy casi muerta, siento por dentro como cruje mi corazón, algo se ha roto, algunos fragmentos jamás serán encontrados, desde este día nada será igual, pasan los días sin querer ver a nadie, me encierro en mi cuarto y tomo la decisión de acabar con mi vida, ya no quiero crisis en medio de la madrugada, no quiero repetir una y otra vez el recuerdo y la putrefacta respiración de uno de esos cerdos, no puedo olvidar esa cara de gozo ante mi cuerpo débil, golpes en mi cuerpo, caricias siniestras que se clavan como estacas en mi pecho... Entonces veo esa imagen nuevamente, me está llamando, me dice que soy su elegida. De repente abro los ojos y estoy en un lugar sombrío, áspero, lleno de árboles, la niebla cubriendo todo, y ella acercándose a mí...

—Linda Frey, te he estado esperando, esta es tu primera muerte y tu renacimiento para servirme, desde hoy me escucharás, danzarás para mí, te olvidarás del amor, de las debilidades de la carne y del corazón, enfriaré tu pecho para que mueran los sentimientos que puedas sentir por los mortales, desde hoy eres una de mis brujas.

La miro sin entender lo que dice, no quiero hablar, no quiero ni siquiera hacer preguntas, me da algo en las manos, es un frasco pequeño, con un liquido morado en su interior y en ese momento me susurra:

—Pídeme lo que más desees, pero piénsalo bien, tendrás un despertar que te hará ver todo distinto, entonces la maldad, las ganas por ver más allá de lo que sabías de la vida, te hará encontrar tu destino, tu llamado a mi mundo.

La miro y no dudo...

—Quiero verlos muertos, quiero que sufran, que naden entre sus vísceras, que se pudran lentamente. Dame eso quién quiera que seas y te daré mi devoción para siempre.

—Ya rugiste bruja, hecho está desde hoy, no te olvides que desde este momento te deberas a mí, y siempre lleva mi nombre con orgullo, porque tu madre Lilit te concederá lo que desees siempre. Ahora despierta y bebe de ese néctar cuando estes lista para despertar en un mundo que te reclama.

Se acerca a mis labios, me besa y me dice que soy su hija desde hoy, entonces espero pacientemente el día de sus muertes, se hunde la luz plateada, y despierto en medio de la avenida, ella fue tan irreal, tan mística, que no sé si eso fue cierto, pero en mis manos esta la prueba que todo sucedió, mi sendero ha sido marcado, se ha amortajado todo dentro de mí, entonces abro los ojos y veo como ese otro ser de capa negra desaparece, nadie ve nada, y la gente me ahoga entre murmullos, entonces despierto sobresaltada es otra crisis de esas, quiero que se vayan, quiero que no se repitan esas imágenes, entonces la recuerdo, ese frasco...

Busco entre mis cosas y lo encuentro, quiero adormecer este dolor, no aguanto más, quiero dejar de sentir como ella me lo ofreció, el hastío ¡maldito hastío que no soporto de mí misma! Entonces lo bebo, empiezo a ver de golpes imágenes de vampiros pletóricos de sangre, cuerpos desnudos de brujas danzando que van cayendo, las están matando, y entonces siento una llama que arde dentro de mí, algo dentro de mí dueoe demasiado, voy sintiendo una frialdad en medio del fuego que se alza, entonces veo la tumba, y una niña llorar en ella, vi la muerte de rodillas ante aquella tumba, acariciando a la niña, sepultada entre violetas, mi mirada arde, quema, he aquí el secreto descubierto ¡Malditos vampiros! ¡Mataron a mi madre! Quiero verlos acabados, quiero cazarlos, por ellos estoy aquí perdiendo lo que fui, hundiéndome en un camino que no conozco, pero que promete darme lo que necesito, entonces abro los ojos, la bruja dentro de mí ha despertado.

Mile Morales "Dulce Cayena"
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