CAPITULO 50

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Bill:


¿qué sucede conmigo? ¿por qué simplemente no me pude defender mejor?

...

★★★

Acabo de despertar en el hospital... Lo último que recuerdo fue haber estado encerrado con esos tipos que me odian, recuerdo que imploré que me dejaran en paz, pedí ayuda una y mil veces, pero nadie me escucho o eso parece. Pensé que moriría.

Oh... Estuve cerca.

Y ahora lo único que veo, es como el padre de _____ habla con la enfermera en la entrada a mi habitación, simplemente no puedo evitar sentir que algo está mal, algo muy malo debe estar pasando para que el venga acá.

Trague saliva en cuanto cruzamos miradas, extrañamente no era con odio, era como si sintiera pena por mí.

– Ahh... ¿Bill Kaulitz? –Pregunto la enfermera mientras se asomaba desde la puerta–

Tan solo asentí un tanto nervioso, evitando la mirada de mi suegro a toda costa.

– Perfecto... Tienes visita –Se abrió paso al padre de mi novia–

El entro, su mirada aun fija sobre mí, pero no era una mirada de odio, era muy distinta... Muy extraña.

– H..hola... señor... –No supe que decir, estaba nervioso–

El tan solo se mantuvo serio, suspiro mientras se acercó con la cabeza gacha, yo no entendí nada aún.

– Se que estas confundido por mi visita, es claro que no me caes nada bien –Soltó con un tono leve de tristeza–

– Y..yo lamento bastante haberle mentido, pero no tuve otra opción... Se que usted está pensando que quizá soy el peor ser humano por haber hecho lo que hice... Solo quisiera que me escuchara, no pido que me entienda, pero pido que me escuche... De verdad amo a su hija, es lo más importante para mí, lo único que tengo...

– Chico... 

– Por favor... 

– Chico, chico... Escucha –Me miro a los ojos, yo me sentía miserable rogando por unos segundos para que me escuchara– No vine por eso...

Sentí el nudo en mi garganta al ver su cara, algo muy malo sucedía.

– Se trata de _____... –Volvió a hablar el–

– ¿_____? ¿qué sucede con ella?

– Ella... –Sentí pánico como nunca antes en mi vida justo cuando el padre de _____ rompió en llanto– N..no sé cómo decir esto...

Mi mente estaba en blanco, tan solo podía sentir mi corazón latiendo con fuerza y temeroso, el pánico dentro de mí era imposible de ignorar.

– El abogado que iba a llevar tu caso dijo que era imposible sacarte de acá, dijo que él ni nadie podría hacer algo por ti y... Ella... –Tomo aire mientras secaba sus lágrimas para poder continuar– 

– ¿que hizo ella? –Simplemente aun no entendía que sucedía, el mantenía el silencio– ¿¡que hizo ella!?

El volvió a llorar con más fuerza, tapo su rostro intentando contener el llanto. Me sentí perdido, quería saber lo que sucedía, pero... Pero yo era tan inútil, no podía hacer más que estar acostando en esa estúpida camilla mientras sentía esas grandes ganas de taparme los oídos y cerrar los ojos con fuerza para despertar de esa pesadilla.

Prisioneros -Bill Kaulitz-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora