CAPITULO 35 <3

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Pov's _____:

Estoy sumamente feliz, ya llevamos 3 días viviendo en la cabaña y todo ha ido de maravilla, ahora siento que vivo en el típico cuento en dónde todos son felices.

El día de hoy las llamadas de mi papá y mamá han disminuido al igual que los mensajes, la única diferencia es que ahora también tenía llamadas de mi madre, tan solo me llamo dos veces y envío un mensaje y me dió bastante curiosidad entonces lo revisé.

Mamá:

Sé que estás en la cabaña, hija.

Decidí no responder, tenía miedo, sentía que las cosas se habían salido de mis manos, tan solo podía cruzar los dedos para que ella no dijera nada. Volví a revisar el celular al escuchar otra notificación.

Mamá:

Quizá se te está acabando el dinero, hay un pequeño cofre con algo de dinero que dejé hace un tiempo justo debajo de la cama de la habitación principal.

Tómalo, comprá lo que necesiten ;)

Llámame si necesitas algo, te amo.

Al leer eso, sentí un gran alivio, pensaba que quizás era el fin de está linda historia pero no, al parecer mi mamá sabía mucho más de lo que pensaba y era mi cómplice.

Sonreí de oreja a oreja y me dirigí hacia la habitación principal para sacar el cofre que tenía una pequeña notita con una llave sobre él.

"Hola hija, ¿Cómo estás?

Bueno... Es probable que tengas muchas preguntas sobre todo, intentaré responder de la manera más breve que pueda.

Si estás leyendo ésto es porque leíste mi diario que dejé justo para que tú lo leas, sabía que quizá algún día tendrías algún problema o quizá simplemente buscas alejarte de todo y sobre todo de tu vida, quiero que sepas que te entiendo y que soy tu mayor cómplice.

Recuerda que te amo."

No pude evitar reír un poco con algo de nostalgia, estaba muy sorprendida por mi mamá, ella realmente es maravillosa, es una genio.

Tome el dinero del cofre y me dirigí hasta la sala en la que se encontraban todos jugando un juego de mesa que habíamos encontrado sobre la chimenea.

– Chicos... Vayamos al pueblo.

– ¿Podemos ir? –bill dijo con un tono de entusiasmo e ilusión–

– Uhh, me parece perfecto. Aunque ya les iba a ganar creo que deberíamos ir –Sara se levantó del suelto sacudiendose– No los quiero humillar, así que vámonos ya.

– Que mentirosa... ¡Ibas perdiendo!

– ¡E..era una estrategia!

– Shhh, yaya. Vámonos de aquí, mentirosa. –Bill le dijo con una sonrisa a Sara–


En cuanto Sara iba a seguir su conversación con Bill, él le dió la espalda dirigiéndose hacia mí dejándola con la palabra en la boca.

Prisioneros -Bill Kaulitz-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora