03. Pensando con cuidado

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Si tuviera que elegir mi sensación favorita, diría que es la satisfacción de saber que por más que pierda ganaría diez veces más de lo que perdí. 

Anonimo.

— ¿¡Que Mikey hizo que!?

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— ¿¡Que Mikey hizo que!?

Takemichi se encogió en su asiento ante el repentino grito de su novia mientras que Inui y Koko tan solo se vieron con incomodidad.

— ¡Lo sé! ¡Y lo peor es que ese simio con problemas de crecimiento amenazó a los demás miembros con no poder ver a Takemichi! —exclamó Chifuyu igual de indignado que la de pelo corto.

Naoto entró en la sala con una bandeja con seis tazas de té y galletas en manos, dejándola en el centro de la mesa de sala y tomando asiento en uno de los cojines de suelo que había allí.

— Me parece tonto que te expulse luego de haber demostrado tanta lealtad hacia el —dijo Koko tomando una de las tazas de te que el chico recien había traido—. Es más, ni siquiera te permitió defenderte, es algo estupido si te pones a pensarlo.

— Aunque si lo ves a detalle, es extraño, Mikey nunca dudaría de Takemichi, sin embargo la fuente que le dijo esto a Mikey debe tener algún lugar más alto que Takemichi en la vida de Mikey porque le creyo sin dudarlo —dijo Inui generando un pesado silencio en la sala del hogar Tachibana.

Y es que el rubio cenizo tenía razón. En muy poco tiempo, Takemichi se había ganado un puesto demasiado alto en la vida de Manjiro, porque con tan solo verle ya se había adherido a él cual garrapata, llegando al punto de ser posesivo en el exceso, por no decir tóxico en demasía, sin embargo, el hecho de que Manjiro haya dudado de Takemichi sin siquiera pensarlo dos veces abre un hueco en la historia y en el reclamo dirigido al mismo rubio, ¿Quien le habría dicho tal cosa de Takemichi?

Mientras sus mentes se perdían en el abismo de sus pensamientos el timbre de la casa Tachibana resonó en sus oídos, todos se miraron confundidos, Hinata no esperaba más visitas además de su novio y sus amigos.

Naoto se puso de pie y abrió la puerta sin pensar que se encontraría con él.

— Oh, Naoto, ¿Tu hermana está aquí? Emma me hizo traerle estas revistas —dijo una voz grave al otro lado de la puerta.

Takemichi no pudo evitar reconocer esa voz a la distancia, por lo que se puso de pie rápidamente corriendo en dirección a la puerta, anhelaba no haberse equivocado.

Cuando llegó al recibidor las lágrimas casi se le salen. Era Draken. Desde lo que pasó hace seis días no había podido verlo otra vez, se sintió perdido cuando su rostro confundido y preocupado fue lo último que vio cuando salió del santuario el día que fue acusado de traición. Verlo tan deshecho se sintió como si su corazón se hiciera añicos.

— ¡Draken! —exclamó corriendo a abrazarlo.

Ryuguji se sintió aturdido cuando se le abalanzaron encima tan de repente, sin embargo cuando vio la cabellera rubia enmarañada de siempre la confusión se transformó en alivio, pero esa sensación fue sustituida rápidamente por el desconcierto, uno que le golpeó tan fuerte como el día en que el Hanagaki fue acusado de lo impensable.

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⏰ Última actualización: Nov 16, 2023 ⏰

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