:;🍃; La llegada inesperada del hijo de Bulma trajo gran revuelto. Pero no venía sólo, los dos últimos guerreros que habían en el futuro se mostraron desesperados para lograr cambiar su realidad.
Y no solo eso, también esas orbes verdes...
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Sus ojos miraban perdidos el extenso cielo azúl, desviándose con una que otra ave que pasaba cerca de ellos o alguna nube. Se mantenía serena, completamente ajena al piloto quien estaba hecho un manojo de nervios al tenerla al lado. Sus brazos estaban recargados en la silla de copiloto, sus dedos daban leves golpecitos, pensativa mientras alguna veces miraba hacia abajo.
Estos momentos de paz son los que más se valoran cuando estás en medio de la tormenta.
Sus cabellos negros se movieron un poco ante la pequeña brisa que entraba por una de las aberturas de la ventana. Yamcha la observo de reojo, pasando saliva, aquel rubor en sus mejillas no desaparecía.
—¿Te encuentras bien? —Solto Akemi de golpe con un tono suave, volteando a ver al de cicatriz en el rostro.
Al parecer esto asustó al piloto, pudo escuchar su respiración agitada mientras volvía rápidamente su mirada hacia el frente.
—Claro que si, todo bien jejeje —. Rio nervioso sosteniendo con fuerza el volante, apretó los labios.
—¿Seguro? Te noto rojo ¿Tienes fiebre? ¿Estás enfermo? —pregunto la chica preocupada, casi levantándose de su silla para ir a checarlo. Provocando que aquel rubor se expandiera por el rostro de Yamcha.
—¡Todo bien! — respondió agitado y tenso, ante la idea de tener a la chica demasiado cerca —. Eres una chica realmente dulce ¿Te preocupo? — sonrió de lado intentando recomponerse con un aire coqueto.
—Suika es así con todos, es alguien demasiado amable que se preocupa por cada persona a su alrededor —. Interrumpió de golpe Trunks, mirando hacia aquella escena con el ceño fruncido.
—Oh, entiendo...— murmuró Yamcha, sintiendo aquella aura extraña del peli-lila, quien estaba sentado cerca de la silla del copiloto.
Mientras que Krillin sonrió ladino al reconocer esas actitudes en su amigo, Milk y Gohan solo soltaron una pequeña risa ante esa escena. Trunks bajo la mirada hacia Goku, quien se mantenía apacible en aquel futón, no había señales de que despertara pronto pero tampoco de que estuviera grave.
