Shinichiro corría por las calles de Tokio con la esperanza de llegar a las clases, era la quinta llegada tarde que tendría y sería notificada a su abuelo, lo último que quería era ayudarlo en el dojo y ser pateado por aquellos mocosos. Estaba completamente desalineado y alterado por haber sido interrumpido en su dulce sueño donde estaba con una sexy modelo, pero su abuelo se encargó de devolverlo a la realidad al grito de <<Volviste a pasar la noche con aquello vagos ¿Cierto? Son las siete menos veinte, levántate o recibirás un castigo>>.
Y ahí estaba, con la mitad de la camisa fuera del pantalón y la chaqueta desabotonada, mientras era perseguido por los ayudantes del consejo, quienes verificaban que todos los alumnos se presentaran con el uniforme como corresponde.
– Vuelve aquí, Sano, que no te salvas de ésta.
Riéndose en la cara de Takahiro, chocó con alguien que en un simple movimiento le había dado un golpe en el estómago, dejándole sin aire en el piso.
– Mira por dónde vas, idiota –comento una voz masculina con un extraño acento.
Al levantar la mirada noto a un grupo de chicos con aires de pandilleros, reconocía esa aura donde fuese. Ignoraron cualquier replica por parte del pelinegro y siguieron caminando por el pasillo. Por esa ocasión, Takahiro se lo perdonó, también lo habían intimidado los chicos nuevos, los murmullos corrían por los pasillos, sobre el grupo de malandros que competían con la conocida pandilla "Black Dragons", mas éstos no mostraban interés alguno en el dominio de un espacio que lo veían como transitorio, no esperaban quedarse en Tokio por más de dos años.
Al entrar en su salón siendo golpeado con el listado en la cabeza por el preceptor, Sano notó la presencia de dos personas no comunes en el salón, el primero era un chico un poco más bajo que él, pero de contextura muscular mayor a la suya, parecía gruñirle a la chica que estaba a su lado, tímida con su cabellos suelto y una diadema blanca para combinar con el uniforme. Se veía tan tierna e inofensiva, como una muñeca de porcelana que fue retirada de su caja original. Sus bancos estaban juntos y un gran grupo de chicos y chicas la rodeaban, algunos tocando y alagando su cabello fuera del común de los japoneses, en ese momento se dio cuenta de varias cosas, la chica estaba abrumada por la cantidad de personas a su alrededor y como la trataban como una exposición de circo, por otra parte, el chico no estaba tratando de intimidarla, todo lo contrario, la estaba protegiendo.
– Ya, siéntense de una vez, Sano, se que es tu escritorio, pero por hoy déjalos.
>> Como ya lo habrán notado, tenemos nuevos estudiantes, por favor, preséntense.
El chico se movió automáticamente al frente del salón, siendo seguido por la fémina, como si tratase de esconderse detrás de él.
– Somos Yves e _____& Faure-Dumond, pero pueden llamarnos Ysu –se señaló a sí mismo– y ______, por lo que se habrán dado cuenta, mi hermana no habla es sorda-muda, pero puede escuchar mediante sus aparatos, por favor, cuiden de ella o nos encargaremos que la escuela sea un infierno para ustedes.
Todos los presentes veían al equipo que conformaban los hermanos, mientras el hablaba, ella escribía lo mejor posible en katakana y romanji adornado con florituras, haciendo ver la letra más refinada de lo que ya era.
– ¿Alguna pregunta? –varias manos se elevaron– que no sean estúpidas, por favor– muchas cayeron avergonzadas.
– ¿Por que ella es la única que escribe? –preguntó Futaba, percibiendo como machista la actitud del hermano menor.
<<Es que su letra es terrible>>
Las risas se hicieron presentes ante lo que la chica escribió, alivianando el tenso aire que se respiraba desde que Yves empezó a hablar, y a su vez, reían del pequeño pleito de hermanos, hasta el profesor.
– Bueno, es suficiente, siéntense y espero que te esmeres en escribir legible, Ysu, si no lo entiendo es un 0.
Todos rieron ante el comentario, hasta _______, quien era reprendida por su hermano gemelo.
Las clases transcurrieron tranquilas, la chica trataba de responder todas las preguntas posibles durante el receso, muchas de ellas interpretadas por Ysu. Un grupo de grandes tipos irrumpió en el salón sin pedir permiso y rodearon a la chica, algunos de ellos acariciando su cabeza como si de un cachorro se tratase.
– _____-san ¿Quiénes son estos lindos chicos, acaso son tus hermanos?
La mencionada asintió, inflando su pecho con orgullo, desde la perspectiva de todos, a pesar de tener una contextura mayor a la de las japonesas promedio, se veía tierna con sus sonrisas radiantes y grandes ojos.
Shinichiro sintió como su brazo era movido de su posición, haciendo que por acto de la gravedad su cabeza cayese en el banco, llamando la atención de los presentes, incluida la tuya.
Alzaste la mano en forma de saludo con una dulce sonrisa, cuando un grupo de chicas se la bajaron y empezaron a susurrar no tan bajo, casi con intención que el pelinegro se enterase.
– Recién empieza la semana y ya estás flechado por una nueva, aunque admito que está buena –dijo Takeomi para molestarlo mientras sus mejillas se teñían de rojo y trataba de negarlo.
– Eres demasiado tierna para juntarte con gente como él, _____-san.
– Él está en una pandilla muy peligrosa.
– Oí que sale con una chica diferente cada semana.
– Yo oí que las amenaza para estar con él.
Mientras escuchaban esas declaraciones acerca de su persona, sentía cada vez más pena por sí mismo.
<<Tierra, trágame>> dijo para sus adentros mientras trataba de esconderse entre sus brazos.
– Por favor, este idiota no es capaz de golpear a una hormiga y dicen que sería capaz de amenazar a una chica –replicó en voz alta su amigo buscando limpiar su nombre–. Déjate de chismosa, Hana, que ayer te vieron con el presidente a solas en un cuarto.
Un sonoro <<Uhhh>> se alzó en todo el salón. Por otra parte, un papel cayó en su brazo, estaba apunto de replicarle al responsable cuando la chica nueva le señaló al piso donde estaba el papel.
<<Le creo a tu amigo, no pareces mal chico>>
Le regaló una pequeña sonrisa antes de volver a esconderse completamente ruborizado.
<<Si tan sólo supieran a lo que estoy acostumbrada ¿Serían capaces de ser tan buenos conmigo?>>

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La Chica de al Lado (Shinichiro x Lectora)
FanfictionYa cuando Shinichiro se está por resignar a no conseguir pareja y centrarse en su dos más preciados deseos (su tienda y el bienestar de su familia) llega una nueva vecina a su tienda ____ Faure-Dumond, una joven egresada de una prestigiosa academia...