Capítulo 20

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– Entonces ¿es ella? –preguntó el peliblanco con seriedad.

– Así es, mi rey, ella es la novia de Shinichiro-san –contestó el de la cicatriz mientras le mostraba una seguidilla de fotos que había tomado de ambos adultos durante una cita –. Es su vecina, se llama _____ _____, sólo es dos años más joven que Shinichiro-san; su familia es propietaria de una cadena de hoteles internacionales, sin embargo, ella decidió no dedicarse al negocio familiar y estudiar y desempeñarse como diseñadora de alta costura. su entorno de es de grande influencias a pesar de tratar no aparentarlo, su educación y finura delatan su estatus social.

– ¿Sólo eso?

Un suspiro se escapó de los labios del de la cicatriz, llevaba dos semanas investigando a la chica, la mitad de tiempo desde que el mayor había dejado de visitarlos tan seguido y a actuar como si hubiese algo que ocultar y era a su actual pareja.

– Tiene una estrecha relación con los principales miembros de la Toman, suelen pasar algunas tardes en la semana con ella o llegar después de una pelea, parece que tiene conocimientos básicos de enfermería. Pero lo más sorprendente no es eso, mientras la seguía hubo un incidente, unos adolescentes de una pandilla pequeña trataron de acosarla, ella entró apropósito a un callejón sin salida y se encargó, por momentos pensé en ayudarla, pero cuando salió su ropa estaba cubierta por un poco de tierra y guardaba algo en su bolso, era como un garrote extensible, apenas se notaba, pero su ropa estaba algo manchada de sangre.

– Entonces también sabe pelear y tiene relación con al menos una pandilla, que curiosa mujer tiene de novia mi hermano –Izana sonrió con un poco de gracia ante la idea de su hermano junto a una mujer de tanto carácter a su lado, de por sí era raro imaginarlo con una pareja, ahora, alguien como esa mujer que su fiel amigo describía le parecía casi de no creer, si no fuese por haberlos visto ya en una ocasión previa mientras iba a su taller –, parece muy interesante. Bueno, vamos, Kakucho.

– ¿A dónde vamos, mi rey?

– A conocer a mi cuñada, ¿no es obvio?

Sin permitirle terminar de hablar empezó a caminar al patio del orfanato donde viven hasta una de las rejas la cual, detrás de un pequeño matorral de plantas y enredaderas, la misma estaba cortada para facilitar el acceso a su libertad, un poco detrás de él lo seguía su amigo, quien le preguntaba que planeaba hacer, conociendo su actitud impredecible y temiendo por la seguridad e integridad de la chica, no se lo había contado, pero en un momento ella lo había descubierto y, contra todo pronóstico, su actitud hacia él había sido de las más dulces, sabía que la estaba siguiendo, pero al notar que sólo era un niño no reaccionó de forma enojada como él se lo esperaba, todo lo contrario, le había invitado un chocolate caliente junto a un sándwich caliente para que el frío fuese más llevadero y tuvieron una charla amena, tan pocas personas lo había tratado con tanto cariño al punto que el estado de alerta del niño bajó y confesó por qué la estaba siguiendo y a toda costa le hizo prometer a la mayor mantener el secreto entre ellos dos.

Al llegar a la puerta, Izana se detuvo y empezó a dudar, ¿realmente quería afrontar esta realidad? Donde el de por sí compartía a su hermano con otros dos niños, ¿realmente quería compartirlo con alguien más? Finalmente, decidido, abrió la reja y empezó a subir lentamente la escalera, dándole tiempo a su cerebro a procesar todo lo que estaba pasando. Al llegar a la parte superior tomó el pomo de la puerta, lo giró y entró, siendo recibido por una campanillas y cascabeles ubicados en la parte superior de la misma. Dentro había una novia probando su vestido, tratando de contener las lágrimas para no arruinar su maquillaje ni el vestido, por otra parte había una mujer vestida de forma más masculina, ajustando el vestido y dándole indicaciones a la novia de los movimientos que debía hacer. El ambiente era tan efímero y onírico, como si de entrar al cielo se tratase, de fondo sonaba una suave música de instrumentos que no parecían de ese plano, apoyando sus ideas posteriores del lugar.

– Hola, por favor, denme unos minutos y los atenderé.

La mujer extendió un biombo entre verde y azul profundo y ayudó a la mujer a sacarse el vestido para colgarlo de nuevo en su lugar.

– _____-chan, te estoy tan agradecida por todo lo que haces por nosotros –rápidamente empezó a buscar en el interior de su bolso y sacó un sobre champagne metalizado –, le esperamos de Shinichiro-san, así que más le vale venir.

– Estaré encantada de ir, querida y no hace falta que me des las gracias, lo más importante es la felicidad de mis novias.

La mujer la abrazó fuertemente y se fue, dejando a los presentes en un silencio mientras la mujer iba a la cocina con el fin de darles la bienvenida correspondiente a sus visitas.

– Muy bien, señores, díganme ¿Cómo puedo ayudarles?

– ¿Usted es la novia de Shinichiro? –el peliblanco fue directo al grano, los nervios y el miedo de perderlo le carcomían.

– Antes de responder la pregunta ¿puedo saber sus nombres? –dijo mientras servía el chocolate –, pero, creo saber quienes son, tú debes ser Izana, su hermanito, ¿cierto?

– ¿Cómo lo sabes? –preguntó tensionado, esa era una de las últimas respuestas que esperaba.

– Shin me habló de ti, pero su descripción no le hacen justicia a lo hermosos de tus ojos, mi niño –la chica giró hacia Kakucho, por un momento tuvo miedo que lo delatara –. Y tú debes ser Kakucho, su fiel caballero ¿no?

La suavidad de las palabras dio en una parte de su corazón que hizo que la imagen tan estricta que tenía de la mujer se ablandara. Como respuesta a su comentario, el chico estaba sonrojado y balbuceaba silabas sin coordinar palabra alguna, por otro lado, su amigo miraba asombrado la situación, rara vez su amigo se quedaba sin palabras.

La tarde transcurrió entre charlas y anécdotas de los tres para conocerse más hasta el anochecer, en eso a Izana se le había escapado sus inseguridades y como respuesta recibió un cálido abrazo por parte de la chica, quien, ante quejas del más pequeño, tuvo que compartirlo. La puerta se abrió y entró el hombre pelinegro con aires de enamorado, pero por un momento su sangre se heló al ver la escena frente a él, ahí estaban sus otros dos hermanitos con su novia, quien lo miraba como mala cara.

– Shinichiro Sano ¿podrías explicarme por qué no has estado visitando a Iza-chan y Kaku-chan?

El regaño que le esperaba iba a ser largo.


¡Llegamos a las 900 leídas! Muchísimas gracias por todo su apoyo y el amor que le están dando a la historia.

La Chica de al Lado (Shinichiro x Lectora)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora