Capítulo 2

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La cama va en la segunda planta en el primer cuarto a la derecha, sube el colchón, Renaun.

¿Por qué debo encargarme yo? Míralos, ahí sentados tomando té, y tú no les dices nada.

Si no les digo nada es porque ellos no causaron un casi enfrentamiento con otra pandilla–comentó la ____a su vez que empujaba un perchero lleno de vestidos blancos, marfil y crema.

Renaun sólo se digno a obedecer las órdenes de su hermana mayor, ella tenía razón y no quería más problemas de los que había ocasionado en situaciones pasadas, su padre aún no le perdonaba el desastre de las ovejas del verano pasado, él y los Mckenzies seguían bajo la mirada de sus padres.

El resto de los hermanos reían sin piedad ni consideración por la obediencia que tenía a su hermana y como no, si era su favorita de todos sus hermanos, aquella actitud que tan amigable, dulce y cariñosa podía pasar a ser ese monstruo temido que en esos días conocidos como sus días de gloria, donde la joven ex pandillera dominaba junto a sus hermanos y amigos cuatro ciudades de Europa. Renaun aún recordaba como esa escurridiza mujer le rompió la nariz a un compañero dos años mayor por molestarlo o cuando se enfrentaron a una pandilla en Toulouse que inauguraría su frase conocida en todo el continente "No entraré en la pelea hasta que el circo sea entretenido". Como se lamentaba ese triste producto que creó su padre cuando la pandilla subió de escala, tan rígida, tan políticamente correcta, tan...perfecta.

Al bajar la escena no había cambiado mucho, aquellos haraganes seguían tomando té y comiendo eclairs pero su hermana no estaba con ellos, no, la chica estaba subida a la mesa de costura mientras martilleaba un clavo para, consecutivamente, colocar un enorme cuadro con una chaqueta negra enmarcada, con varios parches de diversos países, principalmente europeos; sabía lo que había detrás en la espalda: un gran parche con una cruz cubierta de rosas rojas con la inscripción "crois naomh Skye", la cruz de santa Skye

¿Pudiste encontrar el cuarto sin problemas? –asintió–. Perfecto, ve y toma una taza de té, enseguida estaré con ustedes.

La tarde transcurrió y la mudanza logró concretarse con éxito, a excepción de alunas motos mal estacionada que fueron tumbadas por los hombres como una pequeña venganza. Llegó el momento de la despedida, sería la primera vez en veintitrés años que no pasarían más noches juntos, excepto por visitar eventual, y serían consientes de eso.

Los tres menores y Willfried no se despegaban de ella, literalmente la joven no era capaz de caminar sola por los agobiantes brazos de sus hermanos, mientras los otros dos, Tristan e Yves, trataban de liberarla y, antes de irse, el primero le entrego un paquete de medias acompañadas de las palabras "Eres un elfo libre, ____" y salió corriendo por la puerta antes que el zapato de su hermana le diese en la cabeza.

El silencio abundaba, los vestidos estaban amontonados al fondo del estudio principal junto a las telas correspondientes, en la planta inferior estaba el taller de sastrería con las telas e instrumentos correspondientes. Fue a la planta superior y tomo un papel junto a una pluma, mientas escribía con su mejor intento de caligrafía japonesa una nota que entregaría, junto a una caja de macarons que había escondido de sus hermanos, a su vecino el día siguiente a modo de disculpas por el disturbio causado por sus hermanos.

La Chica de al Lado (Shinichiro x Lectora)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora