19. Rose

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Es misma noche, la habitación de Robbie era un gran desastre, empezando con el hecho en que la chica fantasma movía las cosas de un lado a otro hasta llevarlo al hartazgo.

- ¿Quieres dejar de mover mis cosas? -le pidió algo molesto. Hubo un silencio momentáneo, pensaba que iba a detenerse por un buen rato. Pero la realidad era que la peliplateada se había acercado considerablemente y respondió con un "No". Robbie se levantó de su silla por el susto.

- ¡Que manía de acercarte así! -reclamó. La peliplateada rio por lo alto, Robbie, molesto tomó el libro de fantasmas y se lo lanzó, pero no sirvió de nada, pues la traspaso y en su lugar, golpeó la ventana.

- ¡¿Cómo te atreves?! -reclamó.

-Deja de mover mis cosas. -pidió Robbie, maldijo por lo bajo y fue a recoger el libro.

Sombra, poltergeist, banshee, demonio, ¿qué podría ser exactamente? Tenía la apariencia de un banshee, pero la fuerza de un poltergeist. Un cuaderno salió disparado y por poco golpeaba a Robbie, si no fuera porque este alcanzó a esquivarlo.

- ¡¿Qué te dije de lanzar cosas? -regañó.

- ¿Con quien estás hablando? -preguntó Zerek. Quien había abierto la puerta y quedó perplejo al ver a Robbie hablando "Solo". La chica se escondió abajo de la cama de Robbie y únicamente eran visibles sus fosforescentes ojos rojos.

-Hablaba por teléfono. -mintió Robbie, quien tomó rápidamente el teléfono de su base. Miró de reojo al piso y debajo de su cama pudo ver aquellos ojos rojos observándolo fijamente.

- ¿Y era necesario gritar? -cuestionó. -Robbie, son las 12:00 de la noche.

- ¿Ah sí? -miró su reloj y marcaban las 12:47 de la noche. Mientras que la puerta de su armario se abrió, en ese momento se había dado cuenta de que los ajos rojos debajo de su cama habían desaparecido y muy probablemente la peli plateada se había escondido en el armario.

Fue entonces que lo cerró y se recargó en la puerta, aunque sabía que aquello sería inutil y que de igual manera atravesaría la puerta. Zerek lo miró tal cual un bicho raro.

-En serio que eres muy raro. -dijo y salió de la habitación para posteriormente ir a la suya. Robbie cerró la puerta de su habitación con seguro y después abrió la puerta de su armario.

Para su sorpresa no había nadie, Robbie buscó y rebuscó en el armario pero la peli plateada había desaparecido. Pensó que finalmente se había librado, sino fuera porque al voltear la vio flotando encima de su cama. Dandole un gran susto que por poco le ocasionaba un paro cardiaco.

-No puedo irme si eso es lo que quieres. -dijo la peli plateada.

-Debe de haberlo, solo tengo que encontrar como ahuyentar un banshee. -afirmó Robbie.

- ¿Disculpa? -dijo quisquillosa. -No soy un banshee.

-A mí me parece que sí. -afirmó sin mucho interés y dejó el libro en su escritorio. Tomó su pijama y salió de su habitación rumbo al baño.

Se puso su pijama y se dispuso a intentar dormir un poco, sin embargo su ahora compañera de cuarto no dejaba de hacer ruido y merodear de un lado a otro. No sería nada fácil, pero estaba dispuesto a alejarla lo antes posible.

Sombras De MedianocheDonde viven las historias. Descúbrelo ahora