Habían pasado cerca de dos horas en silencio absoluto, desde el día en que Robbie había contado lo que ocurrió en la oficina de Serkins, Evelyn se había visto algo distante con ambos.
Una vez terminado el trabajo, Robbie se había dispuesto a recoger las cajas que aun yacían en el piso. Pero como eran demasiadas, entre los dos se repartieron algunas y comenzaron a recogerlas. En ese momento, antes de salir, Robbie escuchó una extraña risa, se escuchaba tan cercana pero estaba seguro de que Evelyn no lo había hecho. Miró a todos lados, pero no había nadie más que él y su compañera.
— ¿Escuchaste eso? —preguntó Robbie desconcertado.
— ¿Qué cosa? —preguntó Evelyn.
—La risa, hace unos segundos. —respondió.
—Ah... No, a lo mejor fue abajo.
—No, estaba demasiado cerca. —insistió.
—Pues no, a lo mejor fue tu imaginación. —concluyó y se dispuso a bajar con las cajas en ambas manos.
Robbie quedó sólo en la segunda planta, aun desconcertado. Hasta hace algunas semanas, Evelyn había dado la idea de creer en cosas paranormales, pero ahora parecía ser igual de escéptica que Zerek.
Pasó su mano por su cabeza y se dispuso a tomar nuevamente las cajas, pero cuando se agachó para agarrarlas, alguien tocó su hombro izquierdo y sintió un escalofrío recorrer su espalda. Se reincorporo rápidamente y volteó a ambos lados, llevándose la sorpresa de estar únicamente él en aquella sala; ya ni si quiera estaba la mujer del sofá, era como si se hubiera esfumado de un momento a otro.
Notó como un florero que estaba en la mesita de en medio de la sala parecía estar levitando. Se acercó cauteloso y lo analizó de cerca, notaba una leve distancia entre el jarrón y la mesa. Lo tomó entre sus manos y este dejó de flotar, dejando ver una extraña luz de color rojo en su interior; aquello le había parecido curioso, pues fuera lo que fuera, no tenía que estar ahí.
Cuando metió su mano al interior del jarrón, con el fin de sacar aquel misterioso y brillante objeto, una mano huesuda y de un asqueroso color verde, salió del mismo y agarró la muñeca de Robbie. Quien al instante intentó soltarse, moviendo la mano de arriba a abajo.
— ¿Qué estás haciendo? —cuestionó Evelyn, quien observaba con un gesto de confusión. Robbie se detuvo en seco y escondió su mano.
—Mi mano se atascó en el jarrón... —contestó y mostró su mano, la cual estaba en el interior del florero.
—Me veo en la necesidad de preguntar: ¿en que estabas pensando? —arqueó la ceja y se acercó a Robbie para ayudarle a desatorar el florero.
—Había algo adentro. —explicó. —Intente sacarlo y mi mano se atoró.
—Era más fácil voltearlo. —jaló el florero y este se desatoró el instante, de hecho, no había manera de que una mano se atasque allí. —Robbie, es imposible que tu mano se haya atascado allí.
Por ese momento, Robbie se había sentido como un completo idiota. Pero sabía que si contaba lo que había pasado realmente, lo tacharían de loco o simplemente no le iban a creer. En ese momento, también se sentía acorralado.

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Sombras De Medianoche
ParanormalRobbie es un joven con una habilidad increíble para poder ver fantasmas. A sus 23 años, se muda a la ciudad de Chicago y posteriormente encuentra trabajo en una peculiar tienda de antigüedades, pero nunca pensó que en aquella tienda habría algo que...