🌷 NARRADORA
Después de dos semanas, la familia Yang y los Kim decidieron que sus hijos menores deberían casarse lo antes posible, ya que no aceptarían que el bebé naciera fuera del matrimonio.
Así que en una semana ambos se vieron obligados a firmar el certificado de matrimonio y Sunoo llevó a Jungwon a su casa donde sería su nuevo hogar.
Sí planeaban vivir juntos por el bebé, pero no casarse. El Omega quería conocer más al Alfa, y además siempre soñó con que su Alfa le pidiera matrimonio en una cena romántica en la playa o en la plaza como en las películas, pero eso no fue así.
- El bebé está muy bien. - dijo el doctor a la pareja. - Y usted también lo está. - señaló al Omega.
- Te lo dije. - recalcó el Omega empujando el brazo del Alfa.
- Sólo le enviaré unas vitaminas que le ayudarán a fortalecer a su bebé. - el doctor comenzó a escribir la receta y a darles algunas recomendaciones de cuidados.
- Muchas gracias, doctor. - se levantó el Alfa y extendió su mano para estrecharla con la del médico.
- No es nada. - sonríe. - Recuerden que tenemos las citas mensuales y este mes ya no tienen que venir, a menos que sea una emergencia.
El doctor abrió la puerta y la pareja salió del consultorio con las vitaminas que le recetaron al Omega.
- Te dije que estabas exagerando. - el Omega camina más rápido.
- Jungwon, por favor. - el Alfa abre la puerta de la salida para que ambos salgan. - Te caíste y eso puede ser grave.
- Pero no fue para tanto. - hace pucheros. - Además, ni siquiera se me nota todavía.
- Apenas hace dos días cumpliste los dos meses. - saca las llaves de su carro y presiona un botón para quitar el seguro. - Pronto verás qué tan grande será.
- Ay, no, qué horrible. - entró al carro.
- Será una MUY grande. - el Omega le golpeó el brazo al subir al carro. - Pero será linda, muy, muy, muy linda. - sonríe y prende el carro para dirigirse a la casa.
Antes, pasaron al supermercado a hacer las compras del hogar y luego fueron a comprar los antojos de Jungwon; una pizza de peperoni con orilla de queso y una hamburguesa sin cebolla porque le daba náuseas. Al llegar a la casa, Sunoo llevó las cosas a la cocina y Jungwon llevó únicamente su mochila.
- ¿Dónde comerás, en la cocina o en la sala?.- preguntó el Alfa.
- Ya se me quitó el apetito. - se acercó a Sunoo.
- ¿Hablas en serio?. - el castaño asintió.
- Lo siento, pero ahora me dieron náuseas con sólo el olor.
- No te preocupes. - apartó las cajas de comida. - ¿Quieres algo?.
- Por qué mejor no aprovechamos este tiempo. - enrolló sus brazos en el cuello de su Alfa. - Cuando mi estómago crezca será difícil e incómodo y cuando nazca el bebé será aún peor.
El Alfa sólo lo miró y resopló alzando una ceja.
- Sé que no me amarás como lo hiciste con él, pero ahora eres mi esposo, no el de él. - quitó sus brazos del cuello ajeno. - Duermes en la habitación de invitados o con tus amigos porque yo te incomodo, pero tendrás que acostumbrarte porque en unos meses nuestro hijo nacerá y lo verás por todos lados.
- Jungwon, no empieces.
- Tú eres el que está empezando.
- Apenas llevamos dos semanas viviendo juntos y sólo dos veces me quedé en la habitación de invitados y si lo hice fue porque tú me echaste de la nuestra.
ESTÁS LEYENDO
CON LOS MUSLOS HÚMEDOS
Fanfic° Sexo explícito, drama, ficción, erótica, fantasía ° Lenguaje inapropiado, obsceno y agresivo ° Leer bajo su propia responsabilidad {Clasificación "C"} Esta historia es exclusivamente para mayores de 18 años, ya que se presenta contenido de sexo ex...