capitulo 15: el futuro

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— ¿Buck tienes el destornillador?

Miro a lo lejos como Chim intenta armar la cuna de su nuevo bebé.

— Si y ya es todo tuyo, hice esta casa completamente segura para bebés. — Chim me mira de forma graciosa — oye que tal si ponemos sensores de alarma en las ventanas.

Fruncí el ceño — Buck, no tienes que convertir el apartamento en un fuerte sin escape.

— No quiero subestimar las habilidades de mi sobrino.

— No sabemos si es niño. — Dice Maddi caminando a la cocina.

— La última vez que fuimos no dejo ver qué era, Maddi dice que apropisito mostró más nalgas.

La embarazada rie un poco en la cocina mientras saca agua.

— Eso en definitiva lo sacará de ti — Dije golpeando el hombro de Chim.

— Cómo sea, tengo algunas ideas de nombres. Si es varón puede llamarse Buck o Buckley o también Evan

— Vaya, los pensaste mucho — Bufé

Cuando me dió esas ideas me pareció patético y en ese momento no pude evitar sentir nostalgia por el hijo que no tuvimos, estoy segura ue me habría obligado a ponerle alguno de esos nombres.
Honestamente nunca pensé en uno, no queri quitarle ese derecho a Buck.

— ¿Enserio Buck? El cajón está hasta arriba ¿Cómo podría alcanzarlo? — Mi amiga suelta quejidos mientras intenta abrir la gaveta dónde se encontraban los vasos.

Rei por lo bajo, pero se desmoronó cuando escuché a Chim hablar — ¿Tu novia ya conoce está versión de ti?

— Si oye y... Sobre eso yo... — Buck me mira con cuidado — Yo no tengo novia.

Un cierto alivio se formó en mi, pero no quise decir nada y me mantuve concentrada en la cuna de madera.

— ¿Que dices? Pensaba que veías a una mujer.

— Lo hago, pero es una terapeuta, es una relación profesional — Hace una ligera pausa y no deja de mirarme — Nada sentimental.

— ¿Tu sabías de eso? — Maddi trata de involucrarme mientras me da un vaso de agua

— No, ella no lo sabía — Entonces por la mirada de la pareja entendí que mi dolor era notorio.

—¿Por qué nos mentiste entonces?

— Si, en algún momento nos mandan a todos, es el precio del trabajo.

Maddi no deja de mirarme en ningún segundo, incluso creo que se fija en como mis manos se vuelven ansiosas.

— No es del departamento y no es que le hable del trabajo, le hablo sobre mi

Maddi por fin aparta su mirada y lo mira a el

Sálvame | 911 Los Angeles Donde viven las historias. Descúbrelo ahora