Capitulo 23: Eddie

492 56 0
                                    

— No debiste acompañarnos hasta aquí

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


— No debiste acompañarnos hasta aquí.

— Buck, debo salir y lo sabes — Hago una pausa mientras quitó mi cubrebocas — Además, me aburro sola en casa todo el tiempo 

— Buck, amigo. Algo que aprendí es que nunca ganas una discusión con la embarazada — Dice Chim

Buck iba a quejarse, pero la presencia de nuestro amigo cambia todo.

— Miren quién está aquí. Tío Eddie en acción

Era curioso como Buck, Eddie y Albert acarician mi panza siempre que están estresado o molestos, lo hacen como un instinto para buscar calma. Está vez pude notar el estado de mi amigo por su reacción repentina.

— Quería verlos. ¿Recuerdan a la mamá del otro día? ¿Sheila? ¿La del hijo enfermo? — Todos asentimos.

— Buck me habló de eso, que lindo de tu parte quedarte con el pequeño, pero tú hijo al día siguiente me llamó a pedirme libros.

— Si, bueno. Descubrí que el niño no está enfermo. Al menos no de verdad, lo está enfermando. Quizás desde hace años — Por instinto mi mano se va a mi vientre, es como si quisiera proteger a mi bebé de todo eso. Se que yo nunca haría algo así.

— ¿Manchausen por poder? Es una grave acusación, Eddie— Dice Chim algo preocupado

— La busqué por internet, todos piensan eso. La enfermedad autoinmune no especifica, la infinidad de doctores, está débil, frágil, siempre está vomitando. Está envenenadolo

Buck con lentitud toma mi mano y la aprieta. Ambos hemos hablado de todo, de los miedos que nos dan traer un bebé a este mundo cruel.

—¿Envenenadolo? ¿Con que?

Eddie suspira un poco antes de pensarlo bien — gotas para los ojos. Las ví en la cocina

— Gotas oculares, la tetrahidrozolina podría causar los síntomas que describes.

— Puede morir si se toma demasiadas. Papá tuvo uno de estos casos hace años y el chico lastimosamente no salió con vida. Yo lo ayude a distraer al niño mientras en secreto acusaba a la madre. El pequeño estaba tan asustado — Mis nervios empezaron a encenderse y algo de tristeza se siente en mi voz.

— Está drogsndolo. No lo suficiente para matarlo, pero si enfermarlo. Ya avisé a servicios sociales, vendrá en una hora. — Suspiro un poco,porque en realidad no había mucho en nuestras manos para hacer.

Nos miramos cuando el teléfono de Eddie suena.

— ¿Charlie? ¿Ests bien? — Por su tono pude deducir que era el niño llamando. — Aguarda iremos para allá.

Eddie cuelga rápidamente y busca el auto de bomberos — Iremos a su casa. Buck te necesito.

— Si, por supuesto, Lya...

Sálvame | 911 Los Angeles Donde viven las historias. Descúbrelo ahora