Capítulo 3

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Los dolores y la fiebre no se han calmado con el pasar de los días, al contrario, parecieran aumentar.

Dejando mis quejas de lado.
Chuuya a estado actuando raro desde la otra vez que irrumpió en mi habitación, hablando de eso, por órdenes de Mori la habitación de Chuuya fue movida a una mas lejana de la mía. Aún recuerdo la mirada asesina que le dio Mori-san a Chuuya cuando se entero de lo sucedido, si las miradas mataran yo podría bailar sobre la tumba de ese enano.

Hablando de Mori-san, últimamente anda raro, ordenó que el uso de supresores en alfas sea constante, sin necesidad que estén en celo debían tomarlas siempre que entraran a la cede de la mafia, eso incluyo a Ango y Odasaku que apesar de ser betas aceptaron tomarlos para evitar soltar sus casi inexistentes feromona. Ellos no se quejaron de diferencia de otros, quienes terminaron muertos.

Quien también está raro es Hirotsu-san, quien comenzó a acompañarme a cualquier encuentro con algún enemigo y en caso de peleas eran Gin y Akutagawa quienes me acompañaban.

Curiosamente los tres eran de sumo cuidado al interactuar conmigo, además, siempre train supresores con ellos.

❂✿❂

Dazai bostezo, eran casi las cuatro de la mañana y alguien llamaba a su puerta, quien sea que fuese lo odiaba, a excepción de que sea Odasaku, a él le perdona todo.

Se sento en su cama y miró con enojo la puerta, ¿quien está despierto a las cuatro de la madrugada?

Como sea, era raro por lo que Dazai dudo en abrir o no la puerta, pero si no lo hacia probablemente la puerta sería derribada.

Abrio la puerta y frunció el ceño.

—¿¡Qué haces en mi puerta a las jodida cuatro Am!? ¡Mierda chuuya! ¡Tengo sueño, pero no dejas de molestar!

El pelo naranja solo lo ignoro y lo empujó hacia el interior de su habitación, Dazai se quejo cuando sus manos fueron apretadas por el peli naranja con agresividad.

—¡Habla! ¿¡Donde está el omega!?

—¿¡De que omega hablas Chuuya!?

Grito confundido, realmente Chuuya era raro. Chilló al sentir como el agarré de Chuuya en sus muñecas aumentaba, a este punto le quedarían moretones.

—Dazai, toda tu habitacion huele a omega, el olor de exprarse por toda la cede.

Ante lo último Dazai se sorprendió y comenzó a olfatear el lugar.

—Yo no huelo nada...

Gruñó y aparto a Chuuya, lo fulmino con la mirada mientras frotaba su brazo derecho.

Chuuya continuo oliendo el lugar hasta que comenzó nuevamente a hacercarse a Dazai, el castaño estaba por quejarse ante la incómoda cercanía de Chuuya, pero fue interrumpido por un golpe en la puerta.

𝙴𝚕 𝙳𝚒𝚊𝚛𝚒𝚘 𝙳𝚎 𝙳𝚊𝚣𝚊𝚒 𝙾𝚜𝚊𝚖𝚞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora