Capítulo 34

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Poco era decir que se encontraban nerviosos. La tensión los redeaba, nadie se atrevía a decir nada por miedo a empeorar las cosas, pero incluso así, tenían un médico entre ellos y no podían evitar preguntar.

—¿Estará bien?

Cuestiono con indecisión Gin a su jefe, sabia que su hermano no lo haría, estaba demasiado desconcertado por la situación como para atreverse a preguntar. Mori la miro un largo momento, no quería responder a esa pregunta.

—Estoy aquí como padre y no como médico… estoy seguro de que Dazai estará bien.

Dijo con inquietud, maldecía ser médico en un momento como ese, ¡él mismo pudo haber ayudado a Dazai!, pero la incertidumbre, las complicaciones y sus propios sentimientos no lo ayudarían. Dazai era como un hijo para él, lo crío desde que era un niño que aún no podía hablar correctamente y tener que verlo en una situación en la que, literalmente, podria morir, no lo ayudaría.

—¿Y como médico?

No obtuvo respuesta, por ello prefirió volver junto a su hermano, aunque ver a su jefe dudar no la ayudó a calmarse.

Llevaban horas esperando, pues al parecer las cosas para Dazai eran complicadas, demasiado complicadas. Era inquietante y aterrador, estaban en un callejón completo en donde habían diferentes personas dando a luz, veían a familiares preocupados e inquietos, otros más tranquilos pero pendientes. Los gritos de algún que otra mujer en labor de parto fue aterrador, sonaba doloroso, Ranpo sintió en su estómago un rudo de inquietud, ¡sonaba demasiado doloroso!, oh, sin duda se estaba replanteando la idea de tener hijos, se apoyo en Poe esperando algún tipo de consuelo que sin dudar Poe le brindo, sonrio aún nervioso, aunque ligeramente más tranquilo.

Los niños estaban apilados sobre sí mismos en las sillas de la sala de espera, en algún punto de la noche terminaron por quedarse dormidos, cosa que los adultos agradecian, pues sus preguntas sobre si Dazai estaría bien solo los ponían más nerviosos.

Mori mientras tanto no podía evitar repasar mentalmente las cosas que pasaron los últimos días, pues no sólo se vio obligado a afrontar las complicaciones que existen en la situación de Dazai, por que Chuuya al saber como su presencia había empeorado las cosas se negó a marcharse hasta saber que tanto Dazai como su hija estaban fuera de peligro, aunque incluso por más que protesto y peleo no se le permitió acompañarlos al hospital, de igual manera con Kouyou, pues para ser sincero, Mori había comenzado a desconfiar de ella.

¿Cómo pudo ser consciente de todo lo que Chuuya hacia y aún así defenderlo?, enserio debía hablar seriamente con esa mujer, pues aunque quisiera matarla, era una ejecutiva y únicamente eso la salvaba, pues había descubierto que en más de una ocacion Chuuya había acosado a Dazai, incluso antes de que este se presentará de manera tardía, cosa que sin duda lo confundió, ¿por qué?, pensó que dejar a Chuuya bajo cuidado de alguien tan recta como Kouyou sería lo correcto, en cambio ahora ver su error, se habia confiado demasiado al entregar un niño a aquella solitaria mujer. Aunque no podía odiarla del todo, pues al igual que ella, él también cayó ante Dazai a tan sólo unos días de tenerlo bajo su cuidado, incluso cuando Arthur, su anterior jefe, se lo prohibió.

Suspiro ruidosamente y si querer llamo la atención de su viejo amigo, quien sin pensarlo mucho propuso ir por café para sus subordinados, a regaña dientes acepto, pues sabía que de negarse el alfa lo arrastraria sin importar cuanto se quejara.

—¿Estas loco?, ¡no quiero separarme de Dazai!, ¡me necesita!

—Tú necesitas descansar. Si te llega a ver asi se asustara, por que te ves horrible Ogai.

El jefe de la mafia jadeo indignado ante las palabras de su amigo, quizo golpearlo, pero se resigno mientras recordaba que sin importar qué fuera omega, el peliplateado le devolveria el golpe, aunque quizás y si tenia suerte, no lo golpearia con toda su fuerza.

—Eres malo Yukichi~

Se quejo con un puchero que solo arrebato un suspiro cansado de los labios del agente. Sin duda ninguno extrañaba, demasiado, al otro.

❂✿❂

No podia mantener la calma y eso sin duda era un problema. En un intento de controlarse golpeo su cabeza contra su escritorio, ¡debía mantenerse cuerdo!, no podía darle el control a su alfa, pero demonios, podía sentirlo, Dazai y su hija estaban en peligro, y aquello solo lograban inquietar en sobremanera a su alfa, ¿deberia ir a verlo?, no, si lo hacía Dazai entraría en una posible crisis.

Maldijo su idiotez, ¿que debería de hacer?, por un momento pensó en ir con Kouyou, pero se negaba a hacerlo, aún se encontraba molesto con la beta, ¿por qué?, sensillo, ella nunca se tomó la molestia de corregir su comportamiento y eso lo dejó tan jodidamente mal de la cabeza que no se dio cuenta de lo que había hecho si no es hasta que vio al mismo Dazai, aquel chico que nunca mostró debilidad o miedo, aquel que con tanta facilidad podía disparar contra alguien y ni sentír remordimiento, si, supo que había hecho mal al verlo tan aterrado por él, pero no podía controlarse, no sabía cómo, nunca le había ver sus errores, al menos Dazai lo intento, pero al tener a tantos reforzando su comportamiento lo ignoro. Por ello, aún sabiendo que solo lo lastimaria más no pudo evitar acercarse más a él, solamente detenimiendose cuando lo vio caer sobre sus rodillas llorando y quejándose de dolor.

Era un idiota, uno al que nadie intento detener, pues simplemente ignoraban su comportamiento y malas acciones. Sabía que Mori no le hubiera permitido salirse con la suya, pero lamentablemente al ser él el jefe de la mafia, siempre se encontraba ocupado.

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⏰ Última actualización: 6 days ago ⏰

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𝙴𝚕 𝙳𝚒𝚊𝚛𝚒𝚘 𝙳𝚎 𝙳𝚊𝚣𝚊𝚒 𝙾𝚜𝚊𝚖𝚞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora